SUSPIRÉ CON FRUSTRACIÓN MIENTRAS SALÍA DEL ALA MÉDICA. Levanté la mirada hacia el sonido de pasos apresurados y vi a Piett pasando rápidamente entre la gente para llegar a mí, —¿Qué-? —comenzó, pero se detuvo para recuperar el aliento, se agachó y levantó su dedo índice hacia mí, haciéndome una señal para darle un segundo. Me reí de su estado de cansancio y finalmente se enderezó y me miró con preocupación, —¿Qué pasó?— Preguntó con un suspiro.
Me encogí de hombros, —No es gran cosa—, levanté mi mano izquierda, —me rompí el dedo.
Él gimió, —Oh, Dios mío, ¿en serio?— Habló en un tono molesto y agarró mi mano para mirar el pequeño yeso que estaba colocado en mi dedo índice izquierdo, —¿Cómo sucedió esto?— Me miró, —Lord Vader debería regresar más tarde hoy y le dije que estarías en la misma condición en la que te dejó—. Suspiró mientras sacudía la cabeza, —Y aquí estás tú, rompiéndote los dedos.
Entrecerré los ojos hacia él, —No planeé romperlo, simplemente sucedió—, miré molesta a R2 que estaba justo a mi lado, —Alguien me distrajo—. Hizo un pitido en defensa y negué con la cabeza. El pequeño gilipollas entró rodando en mi estación de trabajo y tiró un montón de mierda cuando estaba golpeando una nave, lo que me hizo mirarlo y no prestar atención a lo que estaba haciendo. Así que golpeé el martillo contra mi dedo índice, me dolió como el infierno.
—Pero aún así, necesitas tener más cui-
—¿Piett?— Vi como se puso rígido visiblemente con los ojos ligeramente abiertos cuando escuchó la voz familiar de Aubra. Ella caminaba hacia su espalda cuando él se giró lentamente para mirarla, lo miraba fijamente, —Creí haber dicho que no quería verte aquí—. Se detuvo y se cruzó de brazos.
Puso los ojos en blanco, —Lo siento, no me di cuenta de que eres la dueña de la Estrella de la Muerte, Aubra—. Respondió en un tono cortante y contuve la risa, lo amo.
Ella se burló, —Entonces, ¿cómo está la pequeña señorita rubia de todos modos?— Preguntó en un tono disgustado mientras lo miraba de arriba abajo.
Él sonrió, oh Dios, va a decir algo que no debería, —Bien, es mucho mejor en la cama. Y no es tan pegajosa y psicótica como algunas personas—. Sonrió sarcásticamente.
Me quedé boquiabierta, no acaba de decir eso...
—¡Idiota!— Dio un paso adelante y lo abofeteó. Ella lo empujó y se alejó por el pasillo, prácticamente pisoteando en el camino.
