ME DESPERTÉ CON MI COMUNICADOR SONANDO, EL SONIDO SÓLO ESTABA HACIENDO que mi cabeza palpitara. Gemí cuando me acerqué y lo saqué de la mesita de noche, -¿Sí?- Hablé en él.
-Hangar. Ahora-. La voz severa de Vader respondió y suspiré mientras me sentaba, la habitación todavía se sentía como si estuviera girando. Fuerza, ¿cuánto bebí? Caminé lentamente hacia mi bolsa de ropa y me cambié el pijama por un par de mallas y una camiseta sin mangas.
Sentí que mi estómago se revolvía incómodamente y corrí al baño para vomitar las indiscreciones de anoche en el inodoro. Después de terminar y tirar de la cadena, procedí a cepillarme los dientes y recoger mi cabello en un moño apretado. Respiré pesadamente para alejar las náuseas antes de salir de la habitación para poder encontrarme con Vader.
Caminé lentamente, los eventos de anoche estaban un poco borrosos pero pude distinguir algunas cosas. Uno cuando Adam me besó, dos cuando Vader estaba tan cerca de mí que casi pensé que me iba a besar, qué estúpido pensamiento, por supuesto que eso nunca sucedería, pero las mentes borrachas son mentes borrachas, y tres vomitando en su papelera. Estaba tan avergonzada y un poco nerviosa de verlo, ¿estaría enfadado conmigo? ¿Todos nos íbamos a meter en problemas por beber?
Abrí la puerta del hangar y lo vi parado cerca de la esquina con la capucha levantada mientras miraba algo en su mano. Levantó la vista cuando me escuchó y levantó la botella de whisky de la noche anterior, -Parece que olvidaste algo.
-Lo siento.- Murmuré mientras miraba hacia el suelo con nerviosismo.
-Lo que sea-, lo tiró a la basura, -No es por eso que te llamé aquí.
Levanté la vista para encontrar su mirada y me sobresalté cuando me di cuenta de cuánto se había acercado sin que yo me diera cuenta, -¿Por qué me llamaste?- cuestioné.
-¿Recuerdas lo que te dije anoche?- Preguntó mientras inclinaba la cabeza hacia un lado.
Pensé en anoche y me puse nerviosa cuando me di cuenta de que no, ni siquiera recordaba haber regresado a mi habitación anoche, -Honestamente, no. Admití con ligera desgana.
Puso los ojos en blanco, -Esperaba que no lo hicieras. Ahora que terminaste con esto-, hizo un gesto alrededor de la habitación, -Traeré más para que hagas.
-¿Más?- Gemí con un suspiro.
-¿Es eso un problema?- Gruñó ante mi reacción y mis ojos se abrieron un poco.