Capítulo 8. Ranger Rosa- Parte 2

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-¿En qué momento me metí en esto?- pensaba Elena mientras seguía avanzando hacia los putties, ella sabía que esto era un suicidio, ni siquiera sabía que iba hacer y esas cosas entre más cerca más miedo daban.

-Podría poner en práctica eso de que es mejor un cobarde vivo que un héroe muerto, no creo que me consideren una heroína por hacer que me maten y no resolver nada antes- murmuró ésta con fastidio mientras evadía la gente que corría desesperada y se llevaban lo que sea por delante.

-¡NIÑA RETROCEDE!- escuchó que le gritó uno de los policías mientras ayudaba a levantar a un hombre mayor.

Solo en ese momento Elena notó la estupidez que estaba haciendo, o bueno, una de ellas, se supone que nadie puede saber su "identidad" y aquí de por si había mucha gente, y si no podía activar su armadura -cosa que no sabía hacer- le tocaría actuar en su forma civil, y lo que sea que fuera hacer, no podía ser en este lugar.

-¿Qué hago?- murmuró Elena mirando a su alrededor mientras su cerebro empezaba a trabajar a toda marcha; los gritos y los disparos, más las sirenas no ayudaban mucho a que la gente "conservara la calma", como pedían muchos policías.

-Bien, aquí vamos- dijo finalmente la joven cuando se le ocurrió algo, empezó a correr, pero, esta vez, en lugar de ir directamente hacia los putties, cambió su dirección a un callejón con el objetivo de rodear esos "bichos" y alejarse un poco de la vista de las demás personas.

Con el grupo de investigadores las cosas no estaban mejor, el equipo se había dividido en un intento de reorganizar el cuerpo policial, dado que el capitán resultó herido y ahora varios hombres intentaban sacarlo de la zona de combate.

-¡Nuestra prioridad ahora es sacar a las personas!- dijo Hailey a uno de los policías que estaba decidido a seguir votando cartuchos en los monstruos que estaban atacando todo a su paso.

-¡No podemos dejar que sigan avanzando!- agregó uno de los oficiales, y Hailey asintió, sabía que tenía razón, pero ahora las cosas no pintaban bien para ellos y dado que sus armas no parecían funcionar -¿Qué más podrían hacer?- la rubia se llevó el radio a la boca y habló.

-Mark, se que es una pregunta estúpida, pero ¿Qué hacemos?- pasaron 5 segundos antes de que ambos obtuvieron respuesta.

-Hay que desviar su atención, no sabemos qué es lo que buscan, pero hay que impedir que sigan avanzando hacia áreas más pobladas- dijo Mark con voz agitada.

-Hay que trazar un perímetro, no ganamos nada con todos los policías aquí amontonados mientras salen heridos- se escuchó la voz de George.

-Es cierto- dijo Mark, y después de unos segundos en silencio volvió a hablar - Lizz, llama a la central, que los policías tracen un perímetro y no se acerquen más, Hailey, tú encárgate de ayudar a los oficiales que se encuentran en el área, terminen de evacuar a las personas; el resto, aleje a los policías que estén más cerca- agregó Mark, y sin que ninguno dijera nada, se dispusieron hacer las tareas ordenadas.

Muchos de los oficiales se encargaron de ir evacuando la calle por la que iban pasando los putties, muchas personas se escondían dentro de casas y edificios que estuvieran más alejados; los demás policías ayudaban a los heridos que iban quedando en el camino, eso sí, ahora nadie se acercaba a más de 5 metros a los putties, esto mientras pensaban cómo enfrentarlos.

Elena llegó finalmente a la parte de atrás de la calle por donde pasaban los putties, habían muchos heridos por lo que no salió directamente a la calle y pensó en cómo llamar la atención de esas bestias, miró a su alrededor y no encontró algo que usar como arma, solo vio varias piedras -Era una estupidez, lo sabía- aun así, sin pensarlo más, tomó varias de estas y se acercó lo suficiente como para lanzarle una a un puttie, sobra aclarar que la piedra no pasó ni cerca del monstruo.

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