POWER RANGERS: Beginning

Capítulo 32. La decisión de Mark

Kol llegó casi en la noche a su casa, estuvo toda la tarde con Elena, luego de dejar todo claro, ella tuvo la idea de que vieran una película, claro que, debía admitir que el no haber dormido le pasó factura porque no tardó en quedarse dormido, en cuanto despertó, ya era tarde, Elena dijo que se veía cansado así que lo dejó dormir, ese fue un aviso para volver a casa; además, Lucían e Illeana llegaron a visitar a la pelinegra, por suerte, Illeana se veía bien, como si nada hubiese pasado, estos le hicieron una seña, de que lo que había pasado esa tarde en la nave, lo dejaran entre ellos, Elena no tenía porque enterarse, ella debía descansar; así que, sin más, se despidió de todos y salió rumbo a su casa.

Abrió la puerta en medio de un bostezo, y a la primera que vio fue a Rose, quien dijo que le prepararía algo para que no se fuera a dormir con el estómago vacío; la mujer ni siquiera lo dejó hablar, lo mandó directo al comedor, donde estaba su padre cenando.

-Hola Hijo ¿Cómo te fue?- dijo Richard con una sonrisa, y Kol en respuesta sonrió con cansancio mientras iba a sentarse al lado de su padre.

-Bien, estoy agotado, y ¿Tú? ¿Hablaste con ellos?- preguntó Kol con curiosidad, y Richard suspiró mientras asentía.

-Si, llevé a mis abogados, y dijeron que no volvería a pasar-

-¿Les crees?- preguntó Kol dudoso, él personalmente no creía nada de eso, el problema apenas empezaba.

-Honestamente no, tengo que pensar qué hacer, tenías razón, puede que el gobierno tome una decisión en la que no podemos opinar, pero no quiero ayudarlos a hacer semejante estupidez- Kol miró con tristeza a su papá, sabía que había tenido buena intención, pero ahora cargaría con la culpa si alguien salía herido.

-No es tu culpa papá, supongo que sería más fácil irse por el lado legal ¿No?-

-Así es, hablaré con mis abogados, estaremos atentos, además, creo que no me he disculpado contigo, y debería hacer lo mismo con Elena- Kol frunció el ceño y negó, él no culpaba a su papá, si pensaba con cabeza fría, la culpa era de los imbéciles que usaban las armas.

-No tienes porque disculparte, a mi no me pasó nada, y por suerte Elena está bien-

-Igual me disculparé, ahora cuéntame, de padre a hijo ¿Cómo te fue?- preguntó Richard curiosamente y Kol sonrió al ver el cambio en el ánimo de su papá, era increíble, pero si eso lo ayudaba a pensar en otra cosa, mejor.

-Bien, muy bien, no quiero adelantarme pero creo que vamos por buen camino- aseguró Kol, y Richard sonrió con orgullo mientras miraba a su hijo.

-Me alegra mucho, y me siento más tranquilo al ver que avanzaste, no te quedaste con un mala experiencia-

-Se lo conté, lo de Daisy, lo merecía, fui un idiota en cierto momento cuando le pedí que se alejara- admitió Kol con sinceridad, y Richard asintió con suavidad mientras ponía una mano en el hombro de su hijo.

-Tener miedo es normal, y tú no lo demuestras, pero eso no significa que no lo sientas, malas mujeres hay, al igual que malos hombres, pero una mala experiencia no puede marcar tu vida, eres joven y eras aún más joven cuando te fijaste en Daisy, pero por lo que vi, te esforzaste, le diste importancia a esa relación a pesar de tu edad, me siento muy orgulloso por eso- Kol sonrió un poco más tranquilo, a él no le gustaba hablar de Daisy, pero sentía que era hora de solo dejarlo ir.

-No me gusta admitirlo, y puede que no lo vuelva a hacer, pero también siento vergüenza, es decir, siento que le di todo lo que tenía, y al final, según ella es mi culpa, puede que si, no lo sé, pero me avergüenza hablar de eso, de como confié en ellos, en Kaleb, al parecer nuestra amistad no valía lo suficiente- Richard miró a su hijo impresionado y a la vez con orgullo, Kol nunca hablaba de lo que pasó, él se enteró de todo ese día que Kevin y Theresa fueron a su casa para apoyarlo luego de la muerte de su esposa, Kaleb lógicamente iba con ellos, él para ese momento no sabía lo que había pasado pero escuchó la discusión de su hijo con Kaleb, y al final, a Kol no le quedó de otra que contarle, pero luego de eso fue tema Tabú, ahora, Kol voluntariamente le contaba cómo se sentía, sin duda fue lo mejor del día, sentía que su hijo confiaba en él.