Capítulo 40. El cristal Zeo y las Gemas del poder

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Luego de salir de la cueva de los Zords, Alpha 5 guió a Kol y a Elena rumbo a la casa de Lucían, sobra decir que ambos parecían más unos niños que acababan de recibir juguetes nuevos, aunque para la pelinegra aún era latente la preocupación del uso de los Zords, el tamaño dejaba claro que existía la posibilidad de que enfrentarán algo peor que Goldar, y eso no aumentaba su ánimo, sin embargo, prefería mentalizarse en sus problemas más cercanos.

-Ay ay ay, este es el lugar- dijo Alpha 5 señalando el nuevo hogar de Lucían; y por segunda vez en el día, ambos jóvenes se quedaron boquiabiertos.

-¿Esta es su definición de pequeña cabaña?- preguntó Elena incrédula.

-Definitivamente lo mejor que le pudo pasar a Lucían fue que lo echaran de la nave- agregó Kol riendo, ante ellos había una casa en madera que parecía ser roble, tenía dos pisos, un gran porche y un lindo jardín.

-¿Cómo la consiguieron?- preguntó la pelinegra aún confundida.

-El poder de tener un pequeño androide de aliado- la voz de Lucían sonó de repente, atrayendo la atención de todos.

-Ay ay ay ¡Hola Lucian! que gusto verte- el hombre sonrió mirando al androide.

-A mí también me da gusto verte Alpha, al igual que a ustedes muchachos...me alegra verte mejor Kol- dijo Lucían con sinceridad, y ambos jóvenes sonrieron pero el castaño asintió de forma despreocupada.

-Soy un roble, estoy bien- respondió Kol sonriendo, y Elena suspiró pero no dijo nada, a ella también le alegraba verlo mejor.

-Es un gusto, los Ranger Rojo somos difíciles de derrotar- dijo Lucian sonriendo, y Kol rió mientras Elena los miraba incrédula, incluso Alpha 5 "suspiró".

-Y también comparten el ego, en fin, nos da gusto verte mejor...linda casa- dijo Elena sonriendo, ignorando la mirada ofendida del castaño, aún así, Lucían rió mientras asentía.

-Vengan, les enseñaré y podemos hablar más tranquilamente-

Lucían los guió al interior de la casa, la cuál tenía una gran y acogedora sala, había una chimenea y todo parecía ser en madera, estaba junto al salón, el comedor, la cocina, un baño, una terraza con vista al lago, además de un cuarto; en el segundo piso, habían otros cinco cuartos, cada uno con baño privado, y una escalera que daba a otra terraza, eso sin contar que todos los cuartos tenían su balcón.

-Insisto que esto no es una pequeña cabaña, es preciosa- dijo Elena con emoción mientras miraba los adornos.

-O sea que ¿Ahora eres el dueño?- preguntó Kol curioso, y Lucian asintió.

-No me preguntes como porque aún no entiendo esto, pero me siento más tranquilo, es bonita, lejos de la ciudad y estoy rodeado de bosque, es mi paraíso-

-Y nosotros preocupados porque estuvieras sufriendo- respondió el castaño mientras se sentaba en uno de los muebles, y Lucían sonrió antes de que todos tomaran asiento.

-Les dije que no tenían nada de qué preocuparse, pero antes que nada ¿Quieren contarme que pasó en la nave y porque Alpha 5 llegó con ustedes? no es que me moleste Alpha, al contrario, me alegra- aclaró Lucían con sinceridad, pero Kol y Elena se miraron antes de hablar.

-Digamos que eres nuestro nuevo maestro- dijo Kol sonriendo, pero Lucian no parecía molesto, es más, ni siquiera confundido, esos dos tenían su carácter y ya le habían dicho que no pensaban aguantar más groserías por parte del maestro, podía intuir que fue lo que pasó.

-Me halaga, y puedo deducir que pasó para que llegaran a esa decisión, pero ¿Y Alpha 5?-

-Ay ay ay, soy leal a los Rangers y tú eres mi amigo- respondió Alpha 5, y Elena sonrió con ternura mientras miraba al androide, era tan tierno.

POWER RANGERS: BeginningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora