Capítulo 36. El compromiso de proteger

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-¿Entonces las armas no funcionan en este nuevo monstruo?- preguntó Mark mirando a Sandy mientras tomaban café, se habían reunido en la casa del primero, y Sandy le contaba cómo iban las cosas, de igual forma el ataque de Jindrax del día anterior salió en todas las noticias esa mañana.

-No, la bala rebotó como si no fuera nada, sobra decir que en la oficina están aterrados, Samuel dijo que llamaría al señor Mikaelson, pero aquí entre nos, dudo que quiera ayudar, le prometieron no usar las armas contra los Rangers, y la semana pasada Hailey les disparó cada vez que pudo, es un desastre, envió una carta para que nos reemplacen- dijo Sandy con molestia y Mark frunció el ceño ante eso.

-¿Cambiarlos?, ¿Quiere otro equipo?-

-Así es, según ella nosotros no cumplimos con nuestro trabajo, Samuel se ha negado, y si ahora apareció éste nuevo monstruo y el señor Mikaelson se niega a ayudarnos, quedaremos como al principio-

-Es increíble, sabía que las cosas se complicarían, pero me preocupa que sea con la llegada de monstruos peores que los que hemos visto-

-Lo sé, y no se honestamente si los Rangers son familiares o esposos, pero en la pelea con esa mosca mutante terminaron discutiendo entre ellos, aunque la Ranger Rosa estaba a nada de golpear a Hailey, todo es un desastre Mark, la oficina, el papeleo, el equipo, no nos entendemos con el equipo de Henry, Hailey lo tiene al borde de un colapso, dándole ordenes a todos-

-Lo entiendo, pero no hay mucho que hacer-

-Deberían volver a contratarte, en este momento eres el único que parece llevarse bien con los Rangers-

-¿Llevarse bien?, Sandy nunca he tenido una conversación directa con ellos-

-Pero los ayudaste, tú podrías hablar con ellos-

-¿George te está contagiando?- preguntó Mark sonriendo, a lo que Sandy rió.

-Tal vez, que no te sorprenda si en algún momento debemos pedirles ayuda a los Rangers y lo diré ahora, no querrán escucharnos, por lo menos no a nosotros- sentenció Sandy con seguridad, y Mark sonrió pero rápidamente negó incrédulo, esperaba que las cosas no empeoraran, pero por como iban, debían estar preparados.

Esa mañana, Kol se despertó y se quedó mirando el techo sin mucho animo, el día anterior había sido un desastre en muchos aspectos, Elena se fue sola a casa, cuando salió no la vio por ningún lado, le preocupaba y quiso llamarla, pero no sabía qué decirle, o qué opinaba ella, eso era cobardía, pero al final le escribió un mensaje para asegurarse que había llegado bien, cuando ella lo respondió, decidió dejarla tranquila; aunque su padre y Rose notaron su mal humor, él no comentó nada, estaba preocupado y confundido, no sabía qué hacer.

Se levantó y procedió a arreglarse sin mucho ánimo, fue entonces cuando Rose le avisó que tenía visita, pero el castaño miró la hora.

-¿Visita a las 6:30 am?- dijo Kol incrédulo pero Rose asintió sonriendo, no quería presionar a su "niño" con preguntas sobre su mal humor, pero estaría pendiente.

-Dice que es tu maestro o algo así- respondió Rose suavemente, pero Kol frunció el ceño y asintió antes de seguir a Rose por el pasillo, escaleras abajo y se llevó una sorpresa al ver a Lucían.

-Hola, madrugaste- dijo Kol sonriendo, y Lucían sonrió de vuelta con tranquilidad.

-En realidad quería hablar contigo rápidamente antes de que empezaran las clases ¿Puedes?- preguntó Lucían con duda, pero Kol asintió mientras lo guiaba al jardín para hablar con tranquilidad.

-Tú dirás- dijo Kol una vez estaban en privado, Lucían suspiró y miró al joven con compresión.

-Kol, se que lo que dijo el maestro suena lógico, pero no todo es cierto-

POWER RANGERS: BeginningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora