POWER RANGERS: Beginning

Capítulo 25. El vacío que dejaste

Lucian volvió a la nave, seguido de Karsh e Illeana que venían hablando de esa época, y su falta de flora y fauna en ese sector; en el camino se encontraron a Claire, la cual venía leyendo varios libros.

-¡Hola! ¿Ya se fueron Kol y Elena?- preguntó Claire sonriendo, la cual parecía estar de mejor ánimo, tener a todos reunidos era como estar toda la familia, y eso la hizo sentir mejor.

-Así es, creo que han tenido muchos problemas estos últimos dos días así que se fueron a descansar- comentó Lucían mientras llegaba al salón.

-Ellos deben ponerse al día en su entrenamiento- la voz del maestro sonó y Lucían solo pudo suspirar con frustración, el día que el maestro apoyara una decisión de alguien más, sencillamente se acabaría el mundo, Illeana y Claire se miraron, no querían presenciar otra discusión, ya se estaba volviendo monótono y debían estar unidos. Lucían se giró para mirar al maestro, pero esta vez no quería discutir, estaba de buen humor, la Gema Roja estaba con su portador, Elena había vuelto y había recuperado a su viejo amigo, era más de lo que hubiese esperando.

-Se pondrán al día, Elena retomará su entrenamiento y Kol parece tener bases en eso- aseguró Lucian pero eso último llamó la atención del maestro.

-¿Sabe pelear?-

-Corrección, se sabe defender, pero no creo que sea muy difícil que él se acople a algún estilo de pelea- Karsh sonrió más tranquilo, y no solo él, a los demás eso les cayó de maravilla, especialmente al maestro.

-Eso es bueno, sabía que la solución sería la llegada de la Gema Roja, de ese modo no tendremos que depender de Elena- Illeana suspiró y no se midió para hablar, pero ya se habían metido mucho con su protegida.

-Lo siento maestro pero es injusto, Elena ha salvado muchas vidas, solo porque no puede estar aquí en todo momento o no tenga bases peleando, eso no la hace mala Ranger- Karsh miró sorprendido a la rubia, es que ella nunca le había hablado así a un maestro.

-Illeana, recuerda que yo sigo siendo el maestro, estoy a cargo, no me faltes al respeto, Elena puede haber salvado a muchas personas pero aún creo que es un riesgo para nosotros, las Gemas y por supuesto la humanidad, no se puede confiar en alguien que huye en todo momento, además, de que es mala influencia-

-¿Mala influencia?- preguntó Illeana confundida.

-Crees que no sé que gracias a ella ya no cumples con tu deber como guardiana y protectora- dijo éste molesto dejando desconcertados a los demás.

-¿No cumplo con mis deberes?, eso no es cierto, yo cuido de Elena, pero intentó acoplarme a su vida, no puedo quedarme las 24 horas del día con ella- Karsh era el más desconcertado, él no tenía ni idea de que el maestro estuviera tan disgustado con la elección de la Gema Rosa y sobre todo con Illeana, quien según él ya no cumplía con su deber.

-Te dedicaste a trabajar como ¿cocinera? No se como lo nombró Alpha 5, pero ahora tú interés está en eso, en lugar de lo que sí debes. Escúchame Karsh, más vale que tú sí tomes en serio tu papel, que es cuidar del Ranger Rojo- el nombrado solo pudo asentir aún un poco confundido, Illeana era quien peor se sentía y la mirada que le dio Karsh la hizo sentir peor, por eso Lucían decidió intervenir.

-Ya basta, Illeana hace bien su trabajo, pero ni Elena ni Kol pueden permitirse tener a un extraño para sus familias en sus casas las 24 horas del día, escúchame Karsh si quieres cuidar de Kol debes adaptarte, que eso es lo que está haciendo Illeana, no puedes culparla, lo ha hecho bien-

-Tú no deberías meterte en esto Lucían, ya no eres un Ranger- por cada minuto que pasaba el maestro se ponía de peor humor, y no era el único.

-No me importa, me agrada Elena, como antecesor debo y quiero ayudar a Kol, y Karsh e Illeana son mis amigos, le guste o no maestro me voy a meter, porque si ellos insisten en permanecer con esos jóvenes en menos de nada tendremos a la Gema Roja y Rosa aquí sin portador- todos miraron al maestro porque estaban de acuerdo con las palabras de Lucían, incluso Claire y Karsh, nadie quería eso. El maestro por otro lado solo miró a Lucían molesto y asintió.