Bruno y Camilo llegaron finalmente a la casa, nada mas entrar, Casita los saludo moviendo algunas baldosas del suelo.
—Hola, Casita, ¿está mi tía Julieta? —preguntó el chico.
Al formular la pregunta, una hilera de baldosas cambió de color formando un pequeño pasillo hasta la cocina.
—Gracias.
—Que pasada, antes no hacia esas cosas —dijo Bruno.
—Desde que Mirabel salvó al milagro, Casita esta mucho mas animada.
—Aun no comprendo todo eso.
—Ya te lo contaremos, primero a buscar a mi tía.
Caminando llegaron a la cocina, donde efectivamente, Julieta se encontraba en los fogones, no los oyó entrar por lo que le mayor se acercó a ella por la espalda y le tocó el hombro, haciéndola dar un pequeño respingo.
—Perdona, Juli, no te quería asustar.
—No es nada, ¿Qué pasa?
—El tío Bruno ha recordado algo, pero creo que no es nada importante —dijo el joven acercándose a una fuente donde había amontonadas varias arepas y agarró unas cuantas.
—Camilo, eso es para la comida...
—Lo siento —dijo, pero sin soltar ninguna.
La mujer rodó los ojos y miró a su hermano.
—¿Qué es eso que has recordado?
—Al parecer no es importante, pero he recordado cuando jugamos los seis hace unas seman... hace muchos años a verdad o reto y Agustín y yo nos besamos.
—Ah, eso... si, por desgracia no es un recuerdo relevante. Tiene que ser algo que sucediese mucho después de ese momento.
—Vale... —dijo el hombre tomando asiento algo cabizbajo.
—Pero es un avance, ¿a que sí? —intentó animar el chico a su tío dirigiéndose a Julieta.
—Bueno, en parte si —respondió la mujer mientras volvía a rellenar la fuente que Camilo había medio vaciado.
—¿Ves, tío Bruno?, poco a poco.
—Si...
Camilo tomó asiento y estuvieron allí un rato mientras Julieta seguía cocinando, cuando de pronto Bruno habló.
—Juli, ¿está Dolores arriba?
—Si, en su habitación, con el pequeño Víctor.
—Vale, tengo que hablar un momento con ella —dijo mientras se levantaba, se despedía de Camilo y salía de la cocina.
Camilo no pudo decir nada porque tenía la boca llena, pero se disponía a ir detrás de él.
—Cielo, espera.
Camilo se detuvo ante la llamada de su tía, se volvió hacia ella con actitud impaciente.
—¿Sí?
—Tengo que hablar contigo de algo.
—¿Tiene que ser ahora? —dijo mirando fuera y viendo como Bruno entraba en el cuarto de su hermana.
—Si, es algo importante.
Camilo, se rindió y volvió a sentarse.
—¿Qué pasa?
Julieta también se sentó en la silla frente a él.
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El Camaleón que no Podía Cambiar de Color (Camilo x Bruno) (Brumilo)
RomanceHa pasado una semana desde que Bruno sufrió el fatídico accidente. Desde entonces lo ha pasado en cama, inconsciente, tiene varias costillas rotas, al igual que un brazo y las dos piernas, algo fácil de arreglar en cuanto despierte, pero no parece q...