Bruno entró en su habitación y atravesó la cortina de arena, aun con la capucha puesta se detuvo en medio de la cueva, intentaba frenar sus lágrimas, pero le fue imposible, cayó de rodillas y enterró sus dedos en la ardiente arena. A su alrededor se empezó a humedecer el suelo debido al sus lágrimas, sentía tanto dolor que por un momento le fue difícil respirar.
Aun así, en su interior sentía algo de paz, no entendía bien que pasaba, ¿Por qué no estaba mas afectado por la muerte del amor de su vida?, ¿será porque Víctor murió hace tanto tiempo que el Bruno de antes de la perdida de memoria ya lo había superado?
La confusión fue a mas al no poder recordar nada, para él, Víctor había hablado con él la tarde anterior, se habían visto en el bosque, se habían besado y ahora ya no estaba. Mientras seguía admirando la tierra húmeda bajo su cara vio acercarse a unas ratas.
—¿Condesa?
Las ratas se detuvieron delante de él.
—No... ¿Quiénes sois vosotras?
La rata principal dio unos chillidos.
—No, creo que os equivocáis, yo solo tengo tres ratas y vosotras sois cinco...
La rata principal se giró a sus compañeras y luego volvió a mirar a Bruno para darle otros chillidos.
—Lo siento, no se quienes sois, a-a-al pare-parecer he perdido la memoria.
Las ratas algo sorprendidas lo miraron y volvieron a chillar.
—¿Qué pasa con Camilo?
Una de las ratas que estaba por detrás se acercó a él y se posó en su mano. Bruno vio que su tormento se iba disminuyendo, ¿tan rápido había superado a Víctor?
—Mejor vamos a mi cuarto y me tumbo un rato, me duele la cabeza —dijo le hombre tendiéndolas las manos a las ratas para que se subiesen todas.
Al poco, estaba tumbado en su cama mirando al techo, aun sentía pesar por todo, su cabeza le daba muchas vueltas, no dejaba de pensar en Víctor, también se arremolinaban en su mente todo lo que le había contado su "familia", de un día tener dieciséis años al otro a tener cincuenta y uno y tener seis sobrinos. De locos.
Y por lo que pudo ver, era el tío favorito de uno de ellos, Camilo desde el principio se mostraba mucho mas cercano que los demás, Bruno no sabía que tipo de relación tenían ante del accidente, pero parece que eran cercanos. El chico le parecía amable y simpático, lo poco que lo conocía le había agradado bastante.
Un toque en la puerta le trajo de vuelta a la realidad y miró. Allí, en la puerta de la cúpula estaba Camilo.
—Hola, ¿puedo pasar?
—Si, claro pasa...
Bruno se incorporó, se quitó la capucha y se sentó en la cama enjuagándose las lágrimas. Camilo entró algo tímido.
—¿Estas bien?
—Bueno, me acabo de enterar que el amor de mi vida ha muerto... realmente no sé como estoy.
—Yo te entiendo, aunque no lo creas —dijo el chico sentándose en la cama a su lado —yo también he perdido al amor de mi vida, pero espero recuperarlo pronto.
—Oh, lo siento... también ha...
—No, simplemente esta de viaje... un viaje largo.
—Pero no se puede salir de Encanto... —dijo Bruno no entendiendo nada.
Un ligero silencio se instauro entre ellos.
—Camilo...
—¿Sí?
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El Camaleón que no Podía Cambiar de Color (Camilo x Bruno) (Brumilo)
Storie d'amoreHa pasado una semana desde que Bruno sufrió el fatídico accidente. Desde entonces lo ha pasado en cama, inconsciente, tiene varias costillas rotas, al igual que un brazo y las dos piernas, algo fácil de arreglar en cuanto despierte, pero no parece q...