CAPÍTULO 12 - NADA QUE CONTAR

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Bruno miraba a Camilo con una ceja levantada y expresión interrogante, el chico tenía un aspecto alterado y la cara completamente roja. Lo había visto salir corriendo de la habitación y suspirar apoyado en la puerta, hasta que sus miradas chocaron.

—Bru-Bruno...

El hombre vio que el chico estaba aun mas alterado y nervioso.

—¿Pasa algo, sobrino?

—¿Qué?, no, no, no pasa nada...

—¿Seguro?, porque te noto un po... —no pudo acabar la frase, pues la puerta tras Camilo se abrió y pudo ver salir a Lucas abrochándose la camisa que, al verlos a los dos allí, se la cerró rápido con la mano y con una sonrisa nerviosa, saludó a Bruno.

—Hola, señor Bruno... esto... no es lo que usted piensa...

—Aja —Bruno entrecerró los ojos y pasó la mirada de uno al otro.

—Es verdad, tío Bruno, no ha pasado nada.

—Ya... bueno... no os preocupéis que se guardar un secreto —les dijo guiñándoles un ojo.

—Pero que no ha pasado nada... —dijo Camilo un poco mas alterado.

—Claro, claro no ha pasado nada —dijo Bruno exagerando la pronunciación —y tampoco voy a decir nada que no ha pasado —volvió a guiñar el ojo.

Lucas dio un paso al frente y se dirigió al hombre.

—Muchas gracias señor Bruno, podemos confiar en usted.

—¿Pero que dices? —Camilo se estaba alterando mas.

Lucas se giró hacia él y le guiñó un ojo.

—Camilo, no vale la pena ocultarlo.

Camilo entendió que lo hizo para dejar esa conversación, el chico le siguió el rollo.

—Vale, tío Bruno, pero no digas nada.

—Soy una tumba —dijo el hombre.

Tras eso, Lucas se fue de allí algo rápido abrochándose la camisa y dejando a tío y sobrino solos. Camilo aun sudaba y estaba algo rojo cuando volvió a detener su mirada en Bruno, este le sonreía.

—¿Ves como no pasa nada? —preguntó Bruno.

—Si... —respondió el joven Madrigal cabizbajo.

—Bueno, venía a buscarte.

—¿A mí? —una sonrisita se dibujo en los labios del joven Madrigal.

—Si, ya me han contado tu madre y tu tía todo lo que pasó hace un año con mi visión, Mirabel, las paredes, la abuela... vamos un lio... seguro en un futuro harán una película sobre esto.

—No sé si tendría éxito.

—Seguro que sí. Bueno ¿quieres ir a dar una vuelta?

Camilo llevaba una mañana muy intensa, rimero Lucas y ahora Bruno lo invitaba a salir, debería estar contento, pero...

—Claro, ya sabes que contigo voy donde sea.

—Pues vamos a dar un paseo, que aquí dentro me aburro.

—Vamos.

Tío y sobrino salieron de la casa y comenzaron a caminar por los senderos que rodeaban a Casita. Bruno se veía algo inquieto cosa que para Camilo fue fácil ver, sobre todo tras conocerlo tanto el último año.

—¿Estas bien?

—No lo sé, sobrino. Sinceramente me hubiera gustado no saber ese incidente.

—No fue muy agradable, para mi al menos no lo fue...

—Lo siento.

—No, no te disculpes, tu no tuviste la culpa, además eso ya es agua pasada. Lo importante es el ahora, que estas con nosotros, conmigo —dijo eso último en voz baja.

—Eso es algo que quería contar. Siento como que es algo pasado, no consigo sentir lo que se supone que debo sentir en estos momentos, es como si mi yo anterior lo tuviese superado y no me dejase sentirlo.

Camilo se frotó al cabeza no entendiendo nada.

—Es como si ya lo hubiese superado sin llegar a pasarme nada.

—Bueno, supongo que es algo normal, al fin y al acabo tu memoria sigue ahí, aunque no se manifieste.

—Pero me hace sentir mal, cuando supe que Víctor había muerto lloré, pero solo fue un momento, luego me dio igual, como si y lo hubiese llorado mucho tiempo antes.

—Y así fue.

—Pero eso me quita a mi yo actual de vivir esa experiencia.

De pronto a Camilo se le vino una idea a la cabeza.

—¿Quieres ir a ver la tumba de Víctor?

Bruno se detuvo en seco y miró con cierto temor al joven.

—N-n-no sé si estoy preparado.

—Cuando lo estés me dices y vamos los dos, ¿vale?

—De acuerdo —Bruno había adoptado una actitud de cachorrito en cuanto dijo de ir a visitar la tumba de Víctor, se encogió de hombros, se hizo pequeño, tartamudeaba.

Volvieron a caminar, ahora en silencio. Bruno caminaba mirando al suelo sin levantar la vista, es como si su personalidad hubiese cambiado de un momento a otro, del hombre mas o menos seguro de hace un rato que había bromeado con él, a ahora que aprecia que todo le daba miedo.

—Bruno.

—¿S-s-sí?

—¿Te puedo abrazar? —dijo Camilo pensando que eso podría ayudar al hombre a clamarse un poco, y por que negarlo, quería sentir su cuerpo, quería abrazarlo.

—Cl-claro.

Así le mayor extendió los brazos y estrechó a Camilo en ellos. El joven se abrazó al amor de su vida como si fuese la última vez que lo fuese a ver, apretó su cara contra su pecho y rodeó bien su cuerpo con los brazos, había necesitado mucho ese contacto, estuvo a punto de llorar cuando Bruno lo apartó de forma brusca mientras caía de rodillas la suelo sujetándose la cabeza.

—Ahhhhhh —gritaba el hombre.

—Bruno, ¿Qué pasa?

—MI...CA-CABEZA...

Segundos después, Bruno cayó inconsciente sobre la hierba, alertando a Camilo que gritaba pidiendo ayuda de forma desesperada.







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Hola mis queridos lectores empoderados, el capítulo de hoy es mas corto porque hubo un contratiempo mientras escribía y tuve que pararlo ahí. Espero me disculpen.

Un saludo.

Mr. Enxant

El Camaleón que no Podía Cambiar de Color (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora