CAPÍTULO 15 - PEQUEÑÍN

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Camilo salió al patio, donde pudo ver aquella estampa, Mariano y Lucas sentados en el césped mientras hablaban, rodeados de animales y con Antonio también participando en la conversación. Eso llenó de curiosidad al chico que se acercó a ellos.

—Hola, ¿Qué hacen?

—Hey, Cami, estamos "debatiendo" —dijo Marino haciendo las comillas con las manos.

—Eso no es debatir, Mariano, es hacer solo lo que tú quieres —protestó de forma divertida Lucas.

—Yo debato muy bien, eres tú le que no está donde tiene que estar.

—Ya... seguro que es eso.

Ambos se echaron a reír dejando a Camilo con la cara algo perpleja.

—No entiendo nada, ¿habéis bebido? —preguntó Camilo.

Volvieron a reír los dos a carcajadas contagiando un poco la risa a Camilo que se acercó un poco mas.

—Anda, ven, siéntate y te contamos —dijo Lucas dando una palmadita en el suelo a su lado para que Camilo se sentase allí.

El Madrigal lo miró, no se olvidada que había venido a preguntarle por lo que había oído antes, pero decidió enterarse de lo que pasaba, por lo que se acercó y se sentó junto a Lucas.

—Cuéntenme.

—Verás —comenzó a decir Mariano —mi jefecito —dijo señalando a Antonio —quiere que Lucas trabaje conmigo en el centro de animales.

—Si —interrumpió Antonio —últimamente hay mucho trabajo y él solo no puede.

Camilo pensaba que era una buena idea, así estaría entretenido.

—¿Y cual es el debate?, por mi puede entrar a trabajar mañana mismo —dijo Camilo sonriéndole al pelinegro.

—Eso he dicho yo, mientras mas ayuda mejor, además así no estaré solo toda la mañana —decía Mariano mientras dejaba que unos pájaros se posasen en su brazo.

—A ver, Camilo —dijo ahora Lucas —el debate es que yo tampoco quiero molestaros, todos tenéis vuestras tareas y me sienta mal entrar yo así de golpe y molestaros.

—Pero si no molestas anda —dijo Camilo.

—Cierto —dijo Antonio que se acercó a Lucas e hizo que unos capybaras lo rodearan —¿ves?, ellos también quieren.

—Pero, no se...

—Y así llevamos un rato —dijo Mariano apoyando su cabeza en su mano.

Camilo los miró a los tres, para finalizar en Lucas, se le notaba contento y eso que estos días no habían sido fáciles para él, todo lo de su padre, vivir en una casa diferente... pero se le veía bien, ¿habría encontrado algo que le gustase allí?

—Esta bien —soltó Lucas —aceptó solo si Camilo me lo dice.

—¿Qué, yo?

—Si, si me lo pides tú, lo hago, si no, no.

Antonio miró a su hermano suplicándole, por lo que parecía Antonio había congeniado bien con Lucas.

—Bueno... ejem... Lucas, ¿quieres trabajar con mi hermanito y Mariano?

—Por supuesto que si —dijo Lucas extendiendo los brazos.

Mariano miró al cielo.

—¿Entonces todo este rato que has estado negándote?

Lucas se río de forma tímida y se llevó al mano a la nuca.

—Bueno... me estaba haciendo de rogar... tampoco estoy acostumbrado a que me pregunten que que quiero hacer, simplemente me lo ordenaban y ya...

El Camaleón que no Podía Cambiar de Color (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora