En el momento que Lucas desapreció por la puerta de la cocina y Arturo repartía unas galletas, Mirabel contemplaba la suya, al ir a llevársela a la boca, su silla comenzó a moverse.
—Casita, ¿Qué pasa?
La silla se volvió a mover algo mas fuerte.
—No te entiendo...
—Hija, ¿pasa algo? —preguntó Agustín mirándola.
—No, nada pa.
De pronto, un gran ruido llamó la atención de todos, vino de la cocina y al instante apareció Lucas, dijo que se había caído una silla y acto seguido pidió a Camilo que si podía salir un momento.
La chica vio como Camilo y Lucas salían bajo la atenta mirada de Bruno, para instantes después ver como todos los sentados a la mesa dejaban caer su cabeza, asustando a la chica.
—¿Pa?... ¿Tía Pepa?... ¿Isa?
Arturo la miraba, no supo por qué, pero fingió desmayarse también, dejando caer su cabeza y cuerpo sobre la mesa y cerró los ojos. Poco después oyó como alguien salía de la sala, al no sentir nada, abrió los ojos, y se levantó rápido de la mesa para tener visión de toda la sala. Todos estaban dormidos, intentó despertar a Luisa, pero no hubo manera, entonces se percató de que el pequeño Víctor no estaba.
Algo alterada se acercó a la puerta para intentar escuchar, pero antes de llegar a la puerta el suelo se movió, una hilera de baldosas cambió de calor haciendo una especie de camino.
—Casita, ahora no...
Mirabel se acercó mas a la puerta cuando, la baldosa bajo sus pies la desplazaron a gran velocidad por el camino que había hecho y aguantando un grito, Mirabel mantuvo el equilibró ante ese acto, el camino la llevó justo enfrente del cuadro del abuelo Pedro que emitía un leve brillo.
—Casita, dime que está pasando...
Pero entonces, del cuadro empezó a emanar una especie de niebla densa y azul que empezó a condensarse en el suelo, a los pies de la chica, el cuadro comenzó a brillar mas intensamente cegando un poco a Mirabel y una vez ese destello se esfumó, ante ella, sobre el suelo reposaba una vela azul, adornada con una mariposa, su llama azul también, brillaba con fuerza.
Mirabel no sabía bien por qué, pero agarró esa vela y en cuanto sus dedos amarraron ese artilugio ceroso, una multitud de grietas empezaron a cubrirle el cuerpo, notó sus ojos arder y como empezaron a resplandecer en un tono azul eléctrico, a su alrededor empezó a envolverla un mini tornado azul y sin dudarlo, se dio al vuelta y corrió hacia el pasillo, donde sin saber muy bien como hizo aparecer unas raíces que alejaron a Lucas de Camilo y unas lianas apresaron a Arturo y agarraron al bebé que se precipitaba al suelo.
Una vez el aura de la estancia se calmó, miró a su primo.
—Tranquilo, todo está bien.
Habían pasado muchas horas, volvía a ser por la mañana, Agustín, Luisa, Mariano y Félix habían salido buscando a Lucas mientras que en la casa, Isabela, Mirabel y Julieta estaban frente a una silla, en ella atado con lianas estaba Arturo con la mirada perdida sin expresión facial.
Alma estaba con Antonio y el pequeño Víctor en la habitación del niño, Dolores acompañaba al resto, la chica de moño estaba en lo alto de la casa agudizando el oído.
Por su parte, Camilo seguía en cama, a su lado Bruno lo vigilaba, acompañado también de Pepa, que tenia semblante algo serio, no podía creer que la hubiesen engañado.
—Todavía no me entra en la cabeza como Lucas ha podido hacer algo así... no tiene sentido —dijo la mujer —si a simple vista no parece haber roro un plato en su vida.
—Ya oiste a Mirabel —dijo Bruno.
—¿Y por que todo le tiene que pasar a mi bebito? —volvió a preguntar Pepa mirando a Camilo tumbado en la cama.
Bruno no sabía que decir, prefirió callarse.
—¿Arturo, me oyes? —preguntó Julieta.
El chico la miraba sin expresión.
—Si.
—¿Puedes contarnos porque has hecho eso?
—No.
—¡¡¡Habla!!! —gritó Isabela haciendo aparecer lianas alrededor del chico.
—Isa, tranquila.
—¿Cómo que tranquila?, ¿no has visto lo que ha hecho?
—Si, pero tiene que haber alguna explicación... él no es así.
—Silencio un momento hijas —dijo Julieta nuevamente mirando al chico —Arturo, mírame.
El chico levantó al cabeza y Julieta lo miró a los ojos.
—Lo que imaginaba.
—¿Qué pasa? —preguntó Mirabel.
—Tiene anuladas la emociones.
—¿Qué?... pero si ya lo curaste.
—Si, alguien ha debido de volver a hacerlo.
Mirabel pensó.
—¿Lucas?
—Pero es imposible, esas cosas solo las puede hacer mamá —dijo Isabela.
—A no ser... —Julieta miró a sus hijas con clara preocupación en sus ojos.
—Abuela, tengo miedo —dijo Antonio.
—No re preocupes Toñito, a ti no te va a pasar nada.
—Pero...
—Todos están buscando a ese chico, Dolores lo oirá —dijo Alma acariciando la cabeza del pequeño mientras echaba un ojo a la cuna del bebé.
—Lo que me da miedo es eso...
Antonio miró a la mesita, donde una vela azul alumbraba y emitía un gran brillo.
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Hola mis lectores empoderados, disculpen por el capitulo tan corto de hoy pero cuando no fluye, no fluye.
También decirles que el próximo capítulo estará el Lunes.
Ya saben que pueden preguntar si hay algo que no entienden y si no es spoiler lo podré contestar.
También he dejado una pista del futuro de la saga. No está muy oculta. Solo hay que saber buscar.
Un saludo
Mr. Enxant
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El Camaleón que no Podía Cambiar de Color (Camilo x Bruno) (Brumilo)
RomanceHa pasado una semana desde que Bruno sufrió el fatídico accidente. Desde entonces lo ha pasado en cama, inconsciente, tiene varias costillas rotas, al igual que un brazo y las dos piernas, algo fácil de arreglar en cuanto despierte, pero no parece q...