Camilo abrió los ojos, su primer pensamiento fue dedicado a Bruno, pues recordó lo que había pasado esa noche, levantó su mano y contempló su dedo anular, en él había un anillo, ver ese artilugio de metal hizo que sonriera y mas cuando, girando su cabeza se topó con Bruno, que lo miraba en silencio.
—Buenos días, mi niño bonito.
—Buenos días...
Camilo lo miraba, admiraba sus facciones, ¿de verdad había pasado?, pensó le chico.
—Todavía no me lo puedo creer, ¿fue de verdad o fue un sueño? —preguntó el chico.
Bruno le sujetó la mano y miró le anillo.
—Parece que fue todo verdad —sonreía mientras besaba esa mano.
—Me da miedo —confesó el chico —me da miedo ser tan feliz.
—No tienes porque preocuparte por nada, yo no voy a permitir que te pase nada.
—Pero no puedo evitarlo. Sé por experiencia que cada vez que soy feliz pasa algo...
—Esta vez no va a pasar nada, vamos a casarnos y eso no lo va a impedir nada ni nadie.
—¿Me lo prometes?
—Te lo prometo.
Camilo sonrió y se acorrucó entre los brazos del hombre mientras este lo abrazaba.
Unas horas después, sentados en la mesa mientras desayunaban, a Camilo se le hacia imposible ocultar su felicidad que atrajo la atención de todos, especialmente de su madre.
—Corazón, ¿te ha pasado algo bueno? —dijo Pepa mientras daba un sorbo a su café.
—No, mami, pero hoy estoy contento, he dormido bien.
—Dormir es importante —dijo Agustín —cuando eras pequeño llorabas mucho y apenas se podía dormir en esta casa.
—No me lo recuerdes —dijo Félix pasándose una mano por la cara.
Camilo vio como Bruno se reía, esa parte no la conocía, pero parece que era cierto.
—Solo te dormías o en mi habitación o en la de tu tío Bruno —dijo Julieta.
—Seguro las nubes le ponían nervioso —dijo Alma que recordaba esos momentos hacia quince años.
En un momento que todos comenzaron a hablar, Camilo intentó llamar la atención de su hermana y hablando muy bajito le dijo que tenia que contarle algo después del desayuno. La chica que lo había oído perfectamente lo miró y le guiñó le ojo a modo de señal de que aceptaba.
—Oh... Antonio —saltó Isabela de pronto —¿Lucas sigue yendo a trabajar con vosotros?
—Si, viene todos los días.
—¿Quién es ese Lucas? —preguntó Alma.
—Luego te cuento mamá —dijo Julieta.
Tras el desayuno y una vez todos se fueron a sus tareas, Bruno, Camilo y Dolores se quedaron en la casa.
—Mira —dijo Camilo metiendo su mano en el bolsillo y poniéndose el anillo, ya que no podía llevarlo delante de todos.
Dolores abrió mucho los ojos y los miró pasando la mirada de uno al otro.
—¿Es lo que creo? —preguntó Dolores tapándose la boca con las manos en señal de emoción.
—Si, me ha pedido que me case con él —dijo Camilo abrazándose a Bruno que sonreía.
Dolores chilló de emoción y se acercó para abrazarlos y felicitarlos.
—Eres la primera a la que se lo decimos —dijo Camilo contento.
—¿Y cuando piensan hacerlo? ¿y cómo? ¿y dónde? —la chica parecía incluso mas emocionada que ellos.
—Tranquila sobrina, todavía no lo hemos pensado, pero viendo la situación no será nada oficial, queremos que sea algo simbólico y por supuesto que estéis todos.
—¿Todos?
—Bueno, los que lo saben...
—Ah, bien.
—Esta tardé se lo contaré a mis primas, a Antonio y mi tía Julieta —dijo Camilo mientras observaba ese anillo nuevamente —tu se o puedes decir a Mariano.
Dolores también lo miró, agarró la mano de Camilo y se la acercó a la cara observando el anillo.
—¿Y de donde ha sacado el anillo, tío Bruno?
—Tu abuela cuando éramos mas jóvenes me lo dio por si encontraba a una novia para dárselo, pero ya ves...
—Entiendo...
—Era de mi padre —dijo Bruno —con ese anillo pidió matrimonio a vuestra abuela.
—Wow, ¿y la abuela te lo dio?, no lo hubiese imaginado nunca que se deshiciese de algo del abuelo Pedro —dijo Camilo bastante sorprendido.
—A mi también me sorprendió, pero tu abuela me dijo que ese anillo que a ella le hizo feliz un día podría servir para hacerme feliz a mí también. Y que ella sería feliz si yo lo usaba.
—Pues has encontrado a la persona indicada —dijo Camilo con tono cómico.
En el cetro de animales, Mariano acababa de sentarse en el mostrador, donde se disponía a hacer inventario de los animales que en ese momento estaban en tratamiento, cuando la puerta se abrió, al levantar la vista pudo ver a Lucas.
—Buenos días... ¿Qué te ha pasado? —dijo Mariano al ver a Lucas con un parche en su ojo izquierdo.
—No es nada, Mariano, me ha dado alergia a algo y el nuevo ojo le cuesta adaptarse —dijo el chico con tono suave.
—Si necesitas algo del puesto de Julieta puedes ir.
—No es necesario, muchas gracias. ¿Qué tenemos hoy?
—Pues yo voy a estar con estos papeles, puedes ir con Antonio a la parte de atrás, que está solo.
—De acuerdo —Lucas sonrió a Mariano y se encaminó a salir por atrás, al abrir la puerta y desaparecer de la vista de Mariano, una sonrisa diabólica se dibujo en la cara del pelinegro.
Minutos después, el Guzmán fue sorprendido por un estruendo en la parte trasera, mucho ruidos acompañados por gritos y sonido de animales le hicieron sobresaltarse y correr hacia el jardín, al abrir la puerta vio como varios animales corrían de un lado a otro emitiendo ruidos estridentes, Antonio estaba en medio del jardín de pie mirando a uno de los árboles y gritando.
Mariano se acercó corriendo y al estar a una distancia prudente vio como una gran serpiente tenia prisionero a Lucas, la gran serpiente verde se había enroscado en su cuerpo cubriéndolo casi completamente mientras siseaba de forma amenazante.
—Serpiente, suéltale —gritaba el niño.
Los animales estaban alterados y hacia difícil poder hablar, mientras que la serpiente seguía apretando mas y mas el cuerpo de Lucas, que no emitía ningún sonido. Mariano pensó que se había desmayado.
—Antonio, dile que pare —gritó el hombre.
—No puedo, no me hace caso.
En medio del caos, Mariano saltó hacia el árbol y agarró a la serpiente lanzándola al suelo, debido al golpe la serpiente aflojó le agarré y con gran velocidad, Mariano agarró a Lucas y dándole la mano a Antonio corrieron hacia la puerta cerrando tras de sí dejando a los animales enloquecidos.
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Hola, mis queridos lectores empoderados, solo venia a decirles que acabamos de entrar en el arco final de la historia. Quedan unos cuantos capítulos para el final. Y este será el final definitivo de la historia. Pero no el final de la saga del Camaleón, aun queda algo mas.
Mas adelante les comentaré el futuro, futuras historias etc.
Un saludo
Mr. Enxant
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El Camaleón que no Podía Cambiar de Color (Camilo x Bruno) (Brumilo)
RomanceHa pasado una semana desde que Bruno sufrió el fatídico accidente. Desde entonces lo ha pasado en cama, inconsciente, tiene varias costillas rotas, al igual que un brazo y las dos piernas, algo fácil de arreglar en cuanto despierte, pero no parece q...