CAPÍTULO 21 - LAS DOS CARAS

87 15 12
                                    







La campanita de la puerta de la tienda de Arturo sonó cuando se abrió, por ella un chico alto, de pelo negro y ojos azules entraba con actitud despreocupada mirando a todas partes.

—Buenos días —dijo Arturo al ver al chico entrar —¿se le ofrece algo?

Lucas lo miró fijamente y se acercó al mostrador, donde apoyó sus manos en la madera mientras inclinaba su cuerpo hacia delante.

—Pues la verdad es que si se me ofrece algo.

—Pues, usted dirá.

—Conoces a Camilo, ¿no?

Arturo algo extrañado arrugó la nariz.

—S-si... ¿Por qué?

—Porque no quiero que te acerques a él, ¿queda claro? —dijo con tono tranquilo, incluso riendo.

Arturo dio unos pasos hacia atrás.

—¿Cómo?

—Mira, amigo, Camilo es mi novio, y no quiero que te acerques a él, ¿lo entiendes ahora o te lo deletreo? —dijo aumentando el tono de voz, afilando su mirada.

—¿Eres Lucas? —preguntó el chico de piel oscura mientras sentía que se ponía nervioso.

—Veo que ya sabes quien soy, así es mas fácil. Te lo repito, no te acerques a Camilo o él no acabará bien.

Arturo se quedó mudo y algo alterado, no entendía nada.

—¿Te ha quedado claro? —dijo Lucas mientras se acomodaba el pelo y se colocaba bien la camisa desabrochándose el botón de arriba.

Arturo se quedó inmóvil, pero al recibir una mirada asesina de ese chico alto de pelo negro asintió asustado.

—Así me gusta, si te portas bien, tu y yo nos podemos llevar bien y Camilo no sufrirá —volvió a adoptar un tono suave.

El joven de piel oscura seguía inmóvil mientras veía como Lucas se alejaba y abría la puerta para volver a mirarlo, vio como esos ojos azules lo miraban de forma penetrante, una mirada que sentía que lo podía matar. Tras eso, Lucas salió dejando a Arturo apoyado contra el mostrador mientras sudaba y sentía miedo.

Mientras, en la casa Madrigal, Bruno y Camilo hablaban en la habitación del mayor, sentados en el suelo, Camilo tumbado sobre el regazo de Bruno.

—Veras... llevo tiempo intentando hablar con Arturo, no lo veo desde el accidente, pero siempre hay algo que me impide verlo.

—Si, creo que ya me has contado algo así antes —dijo Bruno mientras le acariciaba los rizos de forma inconsciente.

—Si, pero hoy lo he visto y he ido a hablar con él pero no ha querido verme.

—A lo mejor no te ha visto...

—Si me ha visto y ha huido de mi —se lamentaba Camilo mientras adoptaba un tono algo mas apagado.

—Es raro, porque esta mañana el me ha preguntado por ti... y no parecía que no quisiese saber de ti.

—Pues no se... a lo mejor solo quería saber si estaba cerca para hablar contigo...

—¿Quieres que vayamos tú y yo a verle? —dijo Bruno mientras le daba una pequeña caricia en la mejilla de nuevo de forma inconsciente.

—No se...

—A lo mejor es lo mas adecuado.

—¿Tú crees?

—Eso pienso.

—Vale... pero esta tarde... ya casi es la hora de comer... y tengo hambre.

Bruno rio.

—¿Y cuando no?

—Oye...

Ambos rieron, Camilo se sentía bien después de todo, hacía tiempo que no estaba así de a gusto con Bruno.

—Y una cosa, ¿Cómo es eso que lo de Lucas era un juego con Isabela? —preguntó Bruno rememorando lo había dicho el chico hace un rato.

—Si, bueno... Isa y yo nos jugamos a ver quien era capaz de pedirle primero una cita a Lucas... y gané yo...

—Entiendo... —dijo Bruno algo dudoso.

—¿Qué pasa? —preguntó el chico.

—No es que me quiera meter, pero... ¿no crees que ese "juego" es un poco cruel?

—¿Por qué?

—Bueno, estáis tratando a una persona que no lo ha pasado precisamente bien como si fuese un trofeo o un objeto.

Camilo atendió a sus palabras y aunque al principio no sintió nada, penándolo un poco vio que el hombre tenia razón, de golpe se sintió fatal. Se incorporó rápido pensando y asustando un poco a Bruno. Camilo se puso de pie y se alejó un poco de Bruno mientras comenzaba a hablar en círculos.

—¿Camilo, que pasa?

—Pues que tienes razón —decía de forma rápida y nerviosa —no lo había visto así... pensaba que era un juego tonto... —Camilo se detuvo y miró a Bruno —vas a pensar que soy un desgraciado.

—No pienso eso —dijo Bruno levantándose y acercándose a él —has cometido un error y te has dado cuenta.

—Pero he hecho una cosa horrible.

Bruno le puso las manos en los hombros y lo hizo mirarle.

—Lo que tienes que hacer es decírselo y seguro que no se enfadará, solo tienes que ser sincero con él.

—Me va a odiar.

—Camilo, yo apenas te conozco, pero realmente dudo que alguien pueda odiarte de verdad —dijo ahora sujetándole la cara en modo de consolación —¿por qué piensas que la gente te odia?

—Cre-creo que todavía no tengo superado ciertas cosas del pasado.

—Yo te puedo asegurar que nadie te odia, te lo dice alguien a quien si le han odiado.

—Tío Bruno...

—Si yo puedo hacer algo para ayudarte a superar esos problemas del pasado, cuenta conmigo, ¿Vale?

—Vale, se que contigo puedo contar para todo.

Bruno sonrió y le dio un pequeño abrazo.

—Bueno, vamos a ver si ya han llegado todos.

Así, los dos salieron de la cúpula y atravesaron la sección de cueva hasta la puerta de la habitación, saliendo al pasillo del segundo piso. Al salir, se toparon de frente con Lucas, que acababa de llegar, junto a Mariano y Antonio.

—Hola Camilo, señor Bruno... —dijo el chico pelinegro algos prendido al verlos salir de la habitación a los dos juntos.

Bruno le dio un, nada disimulado, codazo a Camilo.

—Que sí, que si... Lucas, ¿podemos hablar un momento? —preguntó Camilo.

Lucas se rascó el cullo.

—Claro, ¿Dónde?

—Vamos a mi habitación mejor.

—Vale, vamos —dijo sonriente el joven que mirando a Bruno se fue tras Camilo y entraron en la habitación. Por su parte el mayor comenzó a bajar la escalera para cruzarse con sus hermanas que entraban en la casa.

Camilo y Lucas se adentraban en su habitación, el Madrigal algo nervioso.

—Ven, siéntate —dijo señalando a la cama.

Lucas hizo caso y se sentó.

—Bueno, ¿Qué me querías decir?

Camilo dio varias vueltas a como se lo iba a decir, pero pensó que lo mejor era sr directo.

—Te he mentido...

El Camaleón que no Podía Cambiar de Color (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora