A toda prisa, Luisa bajó las escaleras y cargó a Lucas. Julieta la mandó llevarlo a su habitación junto a Arturo.
—Camilo, Isabela, venido conmigo, el resto quedaos aquí —dijo Julieta mientras subía las escaleras —Dolores, quédate pendiente por si os necesito.
—Vale, tía Julieta.
No tardaron en volver a la habitación de la sanadora y una vez allí mandó a Luisa a dejar el cuerpo de Lucas sobre la cama, al lado de Arturo.
—Camilo, ve al laboratorio y tráeme el libro grande que hay en el atril. Isa, usa tu Don para poner recto su brazo para que al sanarlo lo haga correctamente.
Los dos asintieron y fueron a su trabajo. Cuando Isabela hizo aparecer unas lianas y las enrolló en el brazo de Lucas, este soltó un sonoro grito.
—Tranquilo, sé que duele, pero necesito que aguantes consciente hasta que prepare el remedio.
—Se-se-ñoras.... N-no-no-no pu-pu...
—No hables, ahorra fuerza —mandó la mujer.
Julieta examinó al chico, parecía que se le hubiese desplomado encima un gran muro de cemento o se le hubiese caído encima una piedra gigante, mucha sangre le cubría el cuerpo, había perdido un ojo, tenía varas heridas graves por todo el cuerpo y deteniéndose bien, se fijó que en su mano derecha faltaban tres dedos.
—Lucas, mírame —dijo Julieta sosteniéndole suavemente la cara —aguanta, no puedo curarte sin preparar algo si no, no te crecerán los dedos ni el ojo.
Lucas respiraba fuerte y de forma pesada e irregular, sangre se le estaba colando por los pulmones y si no se daban prisa se le encharcarían y podría morir.
Al instante, Camilo entró corriendo con el libro que le había pedido su tía.
—Aquí tienes.
Julieta lo agarró y se apartó a una zona donde hizo parecer una cocina y mientras ella empezaba a preparar algo, Camilo se acercó a Lucas.
—Te vas a poner bien, como dijiste, mi tía es una Diosa en la cocina.
Lucas intentaba hablar, pero la sangre brotaba de su boca a cada bocanada de aire que daba.
—No hables —Camilo lo agarró de la mano —no gastes energía.
Camilo pudo ver como su único ojo azul se humedecía, el pelinegro había comenzado a llorar mientras lo miraba fijamente. Camilo lo agarró mas fuerte de la mano e intentó ser fuerte y no llorar también para no alterarlo mas.
—Todo saldrá bien.
Isabela, que había acabado su trabajo, hizo aparecer flores alrededor de la cama para que el olor calmase algo mas al joven.
—A-Ar-Ar-Artu.... —Lucas intentó hablar ahora evitando la sangre.
Camilo enseguida entendió.
—Arturo está bien, está aquí —dijo señalando, alargó un poco la mano y agarrando el brazo de Arturo lo a cercó a la mano de Lucas para que lo pudiese tocar —esa bien, esta fura de peligro.
Lucas, como pudo agarró el brazo de Arturo y no lo soltó.
Unos minutos después, Julieta se acercó a la cama con un frasco con una sustancia de color verde.
—No da tiempo cocinar, lo vas a tomar puro —Julieta hizo una pausa —así es mucho mas fuerte, te va a doler. Isa, Camilo alejaos.
Haciendo caso a la mujer los dos primos se alejaron varios pasos y Julieta, inclinando la cabeza de Lucas un poco hacia atrás dejó caer en su boca unas gotas de esa sustancia y una vez ese liquido rozó sus labios ella también se apartó.
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El Camaleón que no Podía Cambiar de Color (Camilo x Bruno) (Brumilo)
RomanceHa pasado una semana desde que Bruno sufrió el fatídico accidente. Desde entonces lo ha pasado en cama, inconsciente, tiene varias costillas rotas, al igual que un brazo y las dos piernas, algo fácil de arreglar en cuanto despierte, pero no parece q...