Leighton
Domingo 1 de diciembre, 2019
Se lo había prometido.
Le estoy fallando otra puta vez.
No es su culpa, tampoco mía, sólo son obligaciones que tengo que cumplir.
Me paso minutos incontables mirándolo dormir, hasta que me doy cuenta que mi vuelo sale en apenas una hora y media, y ni siquiera me he vestido.
Camino hacia el ventanal gigante del hotel en el que nos hospedamos. Está por amanecer, y si quiero irme sin que él me note, tengo que apurarme.
Huir. Una acción bastante conocida y adquirida que tengo y no puedo soltarla con tanta facilidad como quisiera.
Quiero quedarme, quiero alentarlo como él anhela que yo lo haga. Pero siempre ocurre algo, y ya no puedo seguir defraudándolo. No a él que ha estado en mis peores momentos. No puedo hacerle esto, pero debo.
Busco mi maleta que ya tengo hecha desde ayer, pero antes de dirigirme hacia la puerta, me acerco a Raven notando que está profundamente dormido. Le doy un beso en su mejilla y me voy finalmente. Ya afuera, dejo salir un sollozo inaudible.
—Señorita, su taxi ya está aquí —me avisa el recepcionista cuando me encuentro en la entrada.
Miro por última vez hacia atrás, dándome cuenta de que si me voy, esta vez no va a haber marcha atrás.
El taxista mete mi valija en el auto y me adentro enseguida, sin dudar. Porque si le sigo dando vueltas al asunto, sé que volvería a la cama junto a Raven, dormiría acurrucada a su lado y amanecería para alentarlo en un par de horas.
—¿Hacia dónde nos dirigimos? —me pregunta el chofer del taxi.
—Al aeropuerto.
***
Lunes 2 de diciembre, 2019
Ya está hecho.
Después de un vuelo de casi veinte horas, he llegado a Baltimore para grabar una película.
Raven me bombardeó el teléfono con mensajes que no pude contestar, ni siquiera leer. Lo había decepcionado otra vez y la culpa me carcomía.
No sé cómo le fue en la carrera, no entré a ninguna red social a fijarme tampoco, pero deseo que haya ganado porque realmente se lo merecía.
—¿Qué tal estuvo el vuelo? —me saluda con un fuerte abrazo el director de la película, Jagger Frame, que es más bien, mi tío.
—Un poco cansador, pero aquí me tienes, lista para empezar el rodaje —contesto con un poco de entusiasmo fingido.
—Así me gusta. Ahora ve a conocer a tu coprotagonista.
Entablo una larga conversación con Emerson Friedrich, el chico que va a actuar junto a mí. Muy encantador, hasta trata de sacarme sonrisas cuando se da cuenta que no estoy del todo bien.
Tengo que obligarme a sacarme de la cabeza a Raven; si sigo así, no voy a poder actuar como es debidamente y eso me frustra.
Hacemos varias tomas, y una vez terminado el día laboral, me marcho directo a mi departamento donde me recuesto en la cama y empiezo a ver todo el caos que he logrado causar en el lapso de un día.
El mejor amigo de Raven me había dejado cinco mensajes y siete llamadas perdidas el día de ayer.
Hudson: ¿Dónde diablos estás?
Hudson: Lo cagaste todo.
Hudson: ¿Sabes qué? Vete a la mierda.
Hudson: Él te necesitaba.
Hudson: Ya entendí. Raven nunca te importó, sólo era una parte primordial que aumentaba tu ego. Bien por ti.
No puedo culparlo por estar enfadado conmigo por lo que hice, pero eso último que envió no tiene ningún tipo de sentido.
Tengo llamadas perdidas hasta de la mayoría que integran el team de Raven. «¿Qué diablos?». Ya me estoy asustando.
Con terror, abro su chat y mi mundo se cae por completo.
Raven: ¿Por qué?
Raven: Sólo quería que tú estuvieras ahí para que me vieras ganar.
Raven: Tenía esperanzas de que esta vez fuera diferente. De que me pusieras primero en tu lista de prioridades. ¿Qué pasó?
Raven: No lo entiendo, Leighton... He tratado de buscarle forma, pero no logro encontrarla. ¿Qué fue tan importante para que huyeras de madrugada sin siquiera despedirte? Joder, me merecía eso al menos.
Raven: Salí en último lugar, por si querías saber. Aunque lo dudo.
Raven: Contesta el puto teléfono.
Raven: A la mierda con todo.
Quedan muchos más mensajes que no puedo leer, no puedo... Mis lágrimas caen como cascadas y me duele tanto la cabeza.
¿Cómo pude fallarle una vez más?
Lloro hasta que mis ojos se cierran y el dolor de cabeza cesa.
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Hasta la última vuelta
RomanceLeighton y Raven ya no se entienden. Lo que para él es su vida entera, para ella es un recordatorio constante de su pérdida. Con la escaza comunicación que los envuelve y los absorbe poco a poco... ¿Podrán salvar algo de su relación?