Raven
Miércoles 22 de julio, 2020
Era muy consciente de lo que iba a ocurrir si me quedaba a solas con Leighton, pero decidí jugar a su juego, porque en el fondo aunque me costara aceptarlo... quería volver a sentirla.
Claramente fue una mala idea, porque ahora me encuentro encerrado en el baño con una gran erección.
«Di que me sigues amando».
¿Cómo quería que pronunciara eso? La sigo amando, por supuesto, pero decírselo sólo hubiera aumentado su ego.
Tengo que hacer algo para calmar mi pene que no quiere volver a su estado de tranquilidad. Darme una ducha fría no está en mis planes, así que termino optando por la decisión más estúpida: masturbarme.
Me bajo el pantalón de chándal y libero mi inquietante polla que sólo reacciona de esta manera cuando se trata de una persona en especial.
Tomo mi falo y comienzo a bombearlo con mi mano izquierda. En mi mente se reproducen todos los momentos en los que estuve dentro de Leighton, penetrándola lento hasta llegar al ritmo rudo que a ambos nos gusta. Sus tetas son lo último que imagino, de un tamaño justo que encajan en mis manos, y sus pezones endurecidos por la excitación... Dios, me asombro al momento en el que mi pene bota todo el semen que contuve durante meses por esa mujer.
Luego de media hora, por fin me siento bien para salir y acurrucarme junto a Alexis.
—¿Dónde estabas? —pregunta con voz apagada por lo entredormida que se encuentra.
La abrazo para que se quede tranquila y vuelva a su estado de sueño.
Alexis es demasiado buena para mí.
Las palabras que mi madre me dijo hoy en privado rondan por mi mente.
—¿Por qué traes a una chica desconocida a esta casa familiar? —me reprende con su dedo señalándome.
—Te la acabo de presentar, mamá. Es mi novia.
Bufa con las manos en la cadera, y yo me quedo sin entender qué le pasa.
—No puedo creer que le hagas presenciar estas cosas a Gray.
—Pero ¿por qué te preocupas por ella? Ni siquiera seguimos juntos, no tiene sentido que la única que no lo piense seas tú.
—¿La única? No-no. No digas incoherencias. ¿Has visto a esa chica que trajiste? Mírala bien, diez veces si es necesario, pero tienes que darte cuenta que sólo buscas a la mujer de tu vida en otras.
—Es increíble que estemos llegando a este punto. No voy a discutir más contigo.
Quiero agarrar mis cosas y marcharme de aquí. Alexis no se merece el destrato que ha estado recibiendo últimamente de mi parte.
***
Al levantarme en la mañana, mi madre me informa que Leighton ya se ha marchado a Londres para tomar su vuelo. No digo nada al respecto, tampoco quiero hacerlo, ya que tengo a Alexis a mi lado y lo último que deseo es que crea que me importa de algún modo lo que ocurra con mi ex.
La mesa de la cocina me recuerda el desliz impulsivo que tuve anoche. El sentirla debajo de mí sólo me reafirmó que ninguna otra mujer podrá llegar a hacerme sentir las mil terminaciones al cien por ciento como logra hacerlo Gray.
Deja de pensar en ella.
Salgo con Alexis a hacer algunas compras para mi madre, y al llegar al supermercado empieza el mismo conflicto que el de ayer cuando llegamos.
—Sé que me dijiste que no tenías idea que ella estaría aquí, pero... ¿Te causó algo verla?
—¿Por qué me causaría algo?
Me hace detener mi caminata para enfrentarme.
—Deja de invadir mis preguntas. Es sólo un sí o no.
—No, Alexis, no me causó nada —paso por su lado sin querer seguir hablando de eso.
O mintiendo, mejor dicho.
Me es más fácil mentirle que decirle lo que realmente siento. Porque sé que cuando lo sepa, no dudará en rendirse con nuestra relación, y por el momento no quiero eso. Quiero probarle a Leighton que soy capaz de seguir adelante. Pero la realidad es que me va fatal fingiéndolo.
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Hasta la última vuelta
RomanceLeighton y Raven ya no se entienden. Lo que para él es su vida entera, para ella es un recordatorio constante de su pérdida. Con la escaza comunicación que los envuelve y los absorbe poco a poco... ¿Podrán salvar algo de su relación?