Leighton
Domingo 30 de agosto, 2020
No he podido dejar de pararme de la mesa para servirme más café. Ni siquiera llevo la cuenta, porque tranquilamente tendrían que internarme por exceso de cafeína.
Jagger no para de mandar mensajes diciendo que estemos preparados para empezar la gira de promoción a finales de octubre. Y ni hablar de que en una semana nos vamos a Venecia para el festival de cine.
Son tantas las cosas y deberes que tengo, que hacen que me olvide del desastre que causé.
Maeve entra al departamento y la veo tan radiante como siempre, pero con tantos destellos de tristeza que no encajan con el aura que irradia. Está vestida con unos shorts cortos, remera oversized y unas texanas rojas. Lista para acompañarme a Austin. Sus manos están ocupadas por la valija y varias revistas que lanza a la mesa donde estoy yo.
—Compré todas las que estaban en el puesto del aeropuerto —me informa, y sonríe orgullosa.
Las revistas en cuestión tienen de portada a Raven y a mí, lo que me hace rodar los ojos.
—¿Para qué las compraste?
—¿No es obvio? Para el recuerdo, Leigh-Leigh —exclama, y niego con la cabeza, tratando de no sonreír, pero se me hace imposible.
La siguiente hora me la paso desordenando todo mi armario, buscando un vestido en especial que termino encontrando. Lo sostengo ante mis ojos, viendo cada detalle del mismo. Corto, apretado en la cintura pero con vuelos por debajo, con breteles finos y de color rosa pastel.
Maeve me alcanza enseguida unos tacones del mismo color que el vestido y nos sonreímos, dando el visto bueno a las prendas. Para terminar de darle el toque, me hago una media coleta y me maquillo con tonos suaves.
El vuelo hacia Austin se pasa en un abrir y cerrar de ojos. Ahora mismo estoy yendo en un auto al paddock y, no voy voy a mentir, estoy hiperventilando.
Pasamos directamente hacia los palcos VIP y nos sentamos a esperar que empiece la carrera.
No quise pasar a desearle suerte a Raven, porque se daría cuenta de mis nervios y eso le dificultaría estar concentrado en la carrera. Lo último que quiero es ser una distracción para él, y menos en este circuito tan importante para ambos.
Los monoplazas se posicionan y empiezan la vuelta de calentamiento, hasta que vuelven a la línea de salida y esperan a que las luces se apaguen, dándole el inicio a este Gran Premio.
Las primeras vueltas van transcurriendo con tranquilidad. Maeve me sujeta las manos y de vez en cuando me mira de reojo; está preocupada por mí, y odio generarle ese sentimiento a ella.
En un momento estoy prestando atención en la carrera, pero en el siguiente estallan los recuerdos en mi mente, provocando que mis ojos empiecen a nublarse.
Logan corriendo por primera vez en este circuito. Enojándose con papá por remarcarle los errores que tuvo en las curvas. Yo consolándolo. Papá volviendo a disculparse y mamá mirándonos como si quisiera retratarnos para siempre en una foto.
Es demasiado otra vez. No puedo respirar. Tomo mi celular y busco en los contactos, dándole clic en el botón de llamar. Al cuarto tono me contesta, y alejo a Maeve que trata de calmarme.
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Hasta la última vuelta
RomanceLeighton y Raven ya no se entienden. Lo que para él es su vida entera, para ella es un recordatorio constante de su pérdida. Con la escaza comunicación que los envuelve y los absorbe poco a poco... ¿Podrán salvar algo de su relación?