Capítulo 2

2.6K 116 18
                                    

Leighton

Martes 3 de diciembre, 2019

Al despertar a la mañana, lo primero que siento es la almohada un poco mojada por mis lágrimas. Me había deshidratado entera anoche.

Me doy una ducha y luego empiezo a maquillarme para tapar esos ojos grises hinchados que puedo visualizar en el espejo.

Unos jeans holgados, un buzo y unas Vans es lo único que me pongo para ir al plató. Ya una vez allí, me dan la ropa que tengo que vestir y me maquillan correctamente.

Estoy levantándome de la silla para ir a grabar las escenas románticas entre los personajes que interpretamos Emerson y yo, cuando justo me llega un mensaje del mejor de amigo de Raven.

Hudson: ¿Dónde está?

Leighton: ¿Qué o quién?

Le respondo rápido, antes de que me apuren para grabar.

Hudson: No te hagas la estúpida.

Hudson: Raven.

No entiendo porqué me pregunta a mí. Cómo si yo supiera en dónde se encuentra su amigo.

No le contesto y sigo concentrándome en mis cosas.

Las primeras escenas las grabamos con tanta facilidad; es fácil trabajar con Emerson porque se nota que no tiene segundas intenciones... No como otros actores con los que tuve la desgracia de trabajar.

Llega la escena en la que tenemos que darnos un «beso apasionado». Así como está escrito en el guion. No quieren menos.

Al sentir sus labios en contacto con los míos, solamente puedo imaginar a Raven besándome. Como él sabe hacerlo.

Nuestras lenguas tienen un breve contacto, y no voy a negar que me agrada. Sólo un poco.

Escuchamos el corte y nos separamos enseguida. Dios, pareció que había durado minutos eternos ese beso.

Al ver a Jagger que me levanta los dedos en señal de que lo hice muy bien, sonrío. Al mismo tiempo en que mi sonrisa decae cuando lo veo. Raven. Está aquí.

Me retiro del plató y me adentro en mi camerino.

No puedo hacer esto ahora, hablar con él... Simplemente no puedo, no estoy lista. Aunque eso a él le importa una mierda cuando entra y cierra la puerta con tanta fuerza que, por un momento, me asusta. Pero es Raven. Mi amigo, mi novio, la persona que más amo, aunque también a la que más daño le he hecho en estos últimos dos años de nuestra relación.

—¿Fue por eso? —su voz suena rota, desanimada... Quiero abrazarlo, pero me abstengo.

—Tuve que hacerlo. Trabajo es trabajo y lo sabes muy bien.

—No me vengas con esa mierda. Podrían haberte esperado un día más, no hubiera hecho diferencia.

—Para mí, sí. Imagínate que yo te pidiera que no vayas a correr porque quiero que estés conmigo, sería una locura. Te echarían de tan sólo pensarlo.

—¿Sabes, Leighton...? Esa es la gran diferencia entre nosotros, que yo haría lo que sea para ver una sonrisa en tu rostro, incluso si tuviera que despellejarme vivo para que eso ocurra. Lo haría. En cambio, tú con tal de mantener tu ego y orgullo intactos, no te das cuenta de lo que rompes cuando haces lo que haces. Desaparecer.

—¿Qué quieres que te diga? ¿«Lo siento»? De ninguna manera, porque no me arrepiento.

Sí que lo hago.

—Me lo prometiste —noto cómo sus ojos se vuelven acuosos. No, no puede llorar, no conmigo enfrente. Mi labio ya empieza a temblar.

—Prometo muchas cosas.

—Esto ya no tiene solución, ¿no?

Claro que la tiene, no te rindas. Por favor. Yo...

—Me temo que no —respondo firme, aunque quebrándome por dentro.

Asiente lentamente con la cabeza mientras cierra sus ojos y deja caer las lágrimas. Se acerca a mí y toma mis mejillas con sus manos, implementando ese toque tan suave y tan dulce...

—Te amo, Leighton —pronuncia y me besa. Un beso con sabor salado, un beso que denota tristeza, cansancio de aguantar tanto—, pero no puedo seguir desmoronándome sólo porque tú no puedes hacer el esfuerzo de estar ahí, alentándome y gritando mi nombre mientras cruzo la línea final.

Me alejo de su tacto por el dolor que me provoca sentir todo su sufrimiento. Ya no aguanto más, necesito liberar mi llanto reprimido.

—Creo que los dos teníamos expectativas muy altas sobre nosotros que no logramos cumplir —le digo en un susurro.

—Lo dirás por ti, porque tú para mí nunca fuiste una expectativa más, eras mi chica. Aunque ya no.

Nos miramos una última vez a los ojos, bien fijo. Sus ojos verdes con los míos grises se encuentran en plena batalla, tratando de ver si queda algo más que podamos arreglar... Sin embargo, no lo hay.

Esto ya no tiene solución hace mucho tiempo, sólo que Raven no quiere verlo, mientras que yo ya estoy totalmente lista para liberarlo del sufrimiento.

Hasta la última vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora