Leighton
Viernes 27 de marzo, 2020
Desde que terminaron las grabaciones no he tenido mucho para hacer. Dormir, salir a correr, comer helado y mirar «The Office» es en lo único en lo que se basan mis días.
Aunque recibí ofertas de trabajo para modelar para Louis Vuitton y otras marcas, no me molesté en responderlas. Todavía no logro encontrar el enfoque que mi vida necesita en estos momentos.
De todos modos, mi mente saca todo lo laboral para poder divagar en las redes sociales. Twitter está estallado en noticias sobre la carrera que se hará en Singapur. No busco nada en específico, pero me aparecen unas fotos de Raven con una chica que se encuentra de espaldas.
Así que ya encontró a alguien más.
Le doy una pequeña vista a su Instagram, y de lo que me percato, me deja una mueca en mi cara.
Salgo de mi habitación y voy corriendo a la de Maeve. No me molesto en golpear, tampoco en tirarme encima suyo para que se despierte.
—¡Maeve! —la zarandeo por los hombros.
—¡¿Qué?! —grita y me hace caer de culo al piso cuando se endereza.
—¡Mira! —le pongo mi iPhone en su cara entredormida. Aunque basta con dos segundos para que se dé cuenta de lo que pasa.
—De ninguna manera...
—¡Me dejó de seguir en Instagram! No, de hecho, de todas mis redes sociales —digo en un tono de frustración mezclado con una risa nerviosa.
—No lo sé, Leighton, quizás ya pasó página —la miro recelosa—. ¿Qué esperabas?
Se levanta de la cama para dirigirse al baño.
—Nada, no esperaba nada —contesto fríamente y me dirijo a mi habitación a cambiarme.
***
—¿Qué haces aquí? Sólo te atiendo los lunes y miércoles —Callum abre la puerta de su consultorio para dejarme entrar.
—Lo sé, y lo siento, de veras —respondo, un poco avergonzada—. Yo sólo... —las palabras no me salen del todo—. Necesito hablar contigo.
—Está bien. Ponte cómoda, ya vuelvo.
Asiento.
Me dejo caer en el largo sofá de color beige. Cuento los minutos hasta que Callum vuelve vestido con un suéter negro —se cambió el pijama que llevaba puesto—, y con tazas que, por lo que huelo, son de chocolate caliente. «Efectivamente».
—¿Qué pasó? —pregunta sin vueltas.
—Creo que finalmente lo estoy perdiendo —gimoteo—. Y no sé exactamente qué es lo que tengo que hacer a continuación, porque no me siento lista para ir a una carrera. Entonces, lo único que me queda es aceptar que tiré a la mierda todo y perdí a la persona que más amo —una lágrima cae de mi mejilla.
—Estás pensando tan negativamente, Leighton. Ya hablamos de esto. Lo primero que tenías que hacer era aceptar que lo que pasó con Logan te marcó fuerte y...
—Ya lo acepté hace tiempo —lo corto bruscamente y enseguida me arrepiento—. Lo siento —dejo la taza en la mesita y me paso las manos por mi cara.
Un silencio incómodo se forma, hasta que Callum vuelve a hablar.
—Son muchas emociones en tan poco tiempo, Leighton. Necesitas un respiro, pero sin perder el pequeño proceso por el que vamos encaminados —lo miro asintiendo—. ¿Qué hay de tu padre? ¿Por qué no vas a verlo? Quizás conectar con tu familia pueda ayudarte, de alguna forma, a avanzar.
Familia.
La única familia que me queda es el tío Jagger y papá. Aunque este último no cuenta del todo.
Me irgo del sofá y me restriego las manos nerviosas por mi pantalón, por último miro apenada a Callum.
—Discúlpame otra vez por haber venido sin avisarte. Nos vemos el lunes.
Me voy del consultorio peor de lo que llegué.
Pero lo que logro rescatar es que sí necesito un respiro.
Hacer algún viaje me vendría bien. Lo de papá no creo que esté en mis planes ahora mismo, pero no lo descarto del todo. Quizás, luego de dos años sin verme, haya cambiado un poco.

ESTÁS LEYENDO
Hasta la última vuelta
RomansaLeighton y Raven ya no se entienden. Lo que para él es su vida entera, para ella es un recordatorio constante de su pérdida. Con la escaza comunicación que los envuelve y los absorbe poco a poco... ¿Podrán salvar algo de su relación?