Raven
Sábado 8 de febrero, 2020
Salgo al balcón del departamento de Hudson en Mónaco. Las nubes grises que se hacen notar dan la impresión de querer largar gotas por la ciudad, pero sólo son un espejismo. No va a llover realmente.
Vuelvo adentro y me pongo a teclear en mi celular a un par de amigos para ir al casino más tarde. Hace meses que no voy a jugar blackjack, y todos saben que jugarlo sin mí no tiene sentido alguno.
Además de porque quiero salir a divertirme, lo hago también para espantar al fantasma de Leighton que sigue rondando por mi cabeza.
Y como si fuera el maldito destino, Hudson entra y lo primero que hace al verme recostado en el sofá es tirarme una maldita revista en mi regazo.
Lo miro con el ceño fruncido.
—Parece ser fácil superar una relación de casi cinco años —canturrea mientras pasa directamente a la cocina.
Levanto la revista para ver de qué se trata. «Error». Gran error ver esta mierda.
Es Leighton con el chico que actúa con ella, pero lo malo no es que esté con él, sino que las manos de ese imbécil estén en sus caderas y sus miradas conectadas.
Le debieron pagar bien al hijo de puta que logró captar esta imagen.
Tiro la revista hacia el otro lado de la habitación.
—¿Qué quieres que haga? Ya no estoy con ella, así que puede hacer lo que se le dé la gana —escupo, con la mirada perdida en los porcelanatos.
—Sólo te mostraba lo poco que le importaste durante estos años.
Necesito callarlo con una buena golpiza. Siempre hace comentarios como esos, ya comienza a colmar mi paciencia.
—Sal de aquí —le exijo cuando su risa me empieza a enojar.
No quiero pensar que le importé tan poco como para que ya esté con alguien nuevo. Pero esa foto... Esa foto es el arma mortal para que mate cualquier esperanza.
Supongo que tengo que seguir sus mismos pasos, ¿no?
Joder no, no quiero estar con alguien más, la quiero a ella.
***
Tiro mis últimas fichas a la mesa, y me doy por perdido cuando el crupier da vuelva un 8 que hace pasarme de los 21 que hay que tener para ganar la puta partida.
¿Qué demonios está pasando conmigo?
Mi mente está tan jodida que hasta en esto estoy fallando.
Mi iPhone vibra en un mensaje de texto que veo enseguida. Es uno de los mecánicos de mi equipo, el cual me envía una foto del próximo monoplaza en proceso.
Raven: ¿Qué tal van las cosas?
Roger: Por ahora todo bien. Quedan arreglar algunos ajustes en la velocidad y frenos, pero para cuando empiece la temporada estará de diez.
Me pongo a examinar nuevamente con detalle la foto que envió.
He corrido mis mejores carreras del año pasado con todas las mejoras que incrementaron en este monoplaza. No quiero tener que decirle adiós, pero si al final de la temporada, la que está por comenzar, logro dar el rendimiento necesario para que otra escudería me fiche, voy a tener que hacerlo. Aunque no estoy descontento con mi actual equipo, Courage, tengo muy en claro que puedo hacerlo mejor.
Mi contrato con este equipo sólo es de dos años, el cual termina en esta temporada. No se ha hablado de estirar ese tiempo, pero, seguramente, en los próximos meses me encontraré en una mesa discutiéndolo.
En un poco más de un mes empezarán de nuevo las carreras, y la primera de las veinte que se aproximan será en Canadá.
Estoy más que preparado para volver al ruedo. Sólo espero que nada interfiera en la meta de este año: ser campeón del mundo.
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Hasta la última vuelta
RomanceLeighton y Raven ya no se entienden. Lo que para él es su vida entera, para ella es un recordatorio constante de su pérdida. Con la escaza comunicación que los envuelve y los absorbe poco a poco... ¿Podrán salvar algo de su relación?