Leighton
Jueves 26 de noviembre, 2020
—Sólo digo que deberías escucharla —sugiero, y le doy un sorbo de la pajilla a mi Coca Cola—. Yo lo hice y pude perdonarla.
Maeve suelta una risa cínica, y la miro.
—¿Y tú por qué la perdonarías? A la que traicionó fue a mí, no a ti, Leigh.
Por supuesto que Winstlyn no me traicionó a mí, al menos no directamente, pero creí que entendería a lo que quiero referirme.
Luego de la charla de sinceridad que tuve con Wins en Italia, pude ver más allá del dolor que sólo estaba actuando sentir, y me di cuenta de que los problemas de otras personas tienen que quedar entre ellos. Pero... Al mismo tiempo no puedo evitar tratar de inmiscuirme en todo el asunto que implicó que mis dos amigas dejasen de hablar. No me gustan los bandos, pero aquí estoy con Maeve y siempre lo estaré.
Me encuentro en Los Ángeles, más específicamente en un partido de la NBA. Es la última ciudad que recorreremos con el equipo de la película, y por más que debería alegrarme, no es esta la ciudad en donde me hubiera gustado terminar la gira de promoción. Pero todo llegará a su fin mañana, y luego nos esperará la premier y muchas fotos.
Sonaría genial si tuviera a mi compañero de vida junto conmigo.
El partido termina con los Warriors ganando 114 a 106 a los Lakers. Los asientos en primera fila logran que varios jugadores me reconozcan y me saluden superficialmente. Hasta que Vincent Knight se acerca hacia donde estoy y me regala un abrazo con beso en mi mejilla incluido.
Me encantan esas mínimas muestras de afecto.
—Cuando me comentaste que vendrías al partido, no te creí... —exclama con una sonrisa.
—Bueno... Eso es lo que hace una amiga por un amigo, alentarlo —le doy un suave puñetazo en su hombro.
—Ten cuidado —me regaña—. No quieres lastimar al jugador estrella, ¿verdad, Leigh? —suelta una risa y me abraza de manera juguetona. Me estaba gastando una broma, y le gusta mucho hacerlo.
¿Grandes noticias inesperadas? Vincent se convirtió en mi amigo. Sí, amigo. En definitiva nunca se me pasó por la cabeza que eso podría llegar a ser posible, pero luego de que Raven prácticamente me dejara, estuve sumergida en noches de fiestas por Nueva York y tuve la oportunidad de acercarme a Knight en reiteradas de ellas. Lo prejuzgué de muy mala manera en su momento, y me alegro que hayamos podido superar la fase de enamoramiento que él sentía por mí.
—¿Hay alguna fiesta esta noche? —pregunta Maeve—. Digo... Lo que ganaron.
—Sí, Maeve. Vamos a hacer una pequeña celebración —replica Vincent.
—¿Pequeña? —cuestiona—. No, querido. Indícame quién es la persona que la organizará, para sugerirle un par de ideas.
—Maeve —le llamo la atención—. Mañana tengo trabajo, no puedo irme de fiesta.
—Bueno, ¡qué suerte que soy una adulta responsable! —señala con altanería, y apronta sus cosas para irse—. ¡Estaré esperando el número, Vince! —le dice mientras comienza a alejarse de nosotros.
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Hasta la última vuelta
RomanceLeighton y Raven ya no se entienden. Lo que para él es su vida entera, para ella es un recordatorio constante de su pérdida. Con la escaza comunicación que los envuelve y los absorbe poco a poco... ¿Podrán salvar algo de su relación?