Capítulo 3

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Raven

Martes 3 de diciembre, 2019

Me fui del camerino de Leighton después de decirle las últimas palabras que tenía ahogadas.

Ya no era mi chica. Ya no era la Leighton que conocí en un principio, y me gustaría saber qué pasó con ella... Pero en este momento ya no tendría sentido alguno saberlo.

Hudson, mi mejor amigo casi un hermano, sigue enojado tanto conmigo como con Leighton. Estuvo trabajando y poniendo demasiado esfuerzo junto a mi team para que ganara la carrera de Fórmula 1 en la que quedé en último lugar y en la cual perdí puntos importantes, ya que era la última carrera de la temporada. No había chances de ganar nada en ese punto. Quedé en quinto lugar en el campeonato de pilotos y sexto en el de constructores.

La había cagado, pero se me hizo imposible concentrarme cuando lo único que tenía en la cabeza era a Leighton marchándose del hotel. Anteriormente lo había hecho incontables veces, sólo que esta vez me lo había prometido. Me había prometido que se iba a quedar. Creí en ella, y me falló. Ya no encontraba sentido seguir en algo que ella misma se había encargado de desgastar con sus inmadureces.

—Te demolería a golpes si no supiera que estás pasando por una ruptura que te trae como la mierda —Hudson aparece y me lanza una lata de Red Bull.

—¿No hay alcohol? —la dejo a un lado y me acurruco más entre las sábanas.

—Lo que necesitas ahora es energía, ni creas que te la vas a pasar lamentando la pérdida de esa perra maldita —lo miro destilando fuego. Puede decir lo quiera, insultar... Pero de Leighton no tiene ningún derecho a decir algo. No en mi presencia.

—El que te demolerá a golpes seré yo —pone los ojos en blanco y, en menos de un segundo, tironea mis sábanas, dejándome destapado—. ¿Qué mierda te pasa?

—Que me tienes harto. La innombrable tira a la borda todo por lo que estuvimos trabajando y metiendo tanto esfuerzo, y tienes el tupé de defenderla —inhala y exhala por la nariz, destilando puro enojo—. ¿Sabes qué? No voy a seguir consolándote por algo que debías haber terminado hace mucho tiempo. Me voy a algún club. Llámame si cambias de opinión y quieres divertirte por ahí —se retira de mi cuarto de hotel.

Mañana a la tarde sale mi vuelo hacia Mónaco, lo que ya han comenzado las vacaciones de invierno. No puedo creer lo rápido que pasó el año, y que la temporada de Fórmula 1 finalizara en un abrir y cerrar de ojos.

Temporada que perdí por no estar al cien por ciento concentrado.

No puedo echarle la culpa a Leighton, aunque es, en gran parte, responsable. Obviamente, superarla va a ser un caso perdido, no hay manera de que logre hacerlo. No cuando pasé la mayor parte de mi adolescencia amándola y apoyándola en toda la mierda que le tocó atravesar.

Hasta la última vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora