Amor Inestable.

Capitulo 30

Hermanos.

Daniel Santoro.

Una semana antes...

— Buenas noches señor - saluda la esclava que mandé a llamar.

Es mi favorita alta, delgada, con buenas tetas y culo. Lo malo es que si me la folló en estos momentos tendré a una Abigail cabreada, en qué momento empeze a preocuparme tanto por los sentimientos de Abigail.

— La encontraron - preguntó molestó directo al grano. No estoy molesto con ella si no conmigo mismo por no arrancarle la ropa de una vez.

— Sí señor, la niña hasta los ayudo.

Es una Santoro después de todo decepcionar no es una palabra que esté en su diccionario.

Me siento orgulloso de mi sobrina, además me alegra saber que estubo siendo criada de la misma forma que su madre.

— Le explicaste como serían las cosas de ahora en adelante.

— Sí, señor - responde coqueta mordiéndose el labio.

«La quiero en mi cama ahora mismo» apartó el pensamiento cuando las imágenes de la morena cabalgando sobre mi polla invaden mi mente.

Necesito largar a esta esclava y mandar a llamar a Abigail «Quiero su coño sobre mí polla ahora.»

Las fantasías de mis pensamientos quedan a medias cuando escuchó a Abigail peleando con alguien afuera.

— No puede entrar - dice molesta - Señor necesito avisar...

— Cállate que vine a hablar con tú jefe no contigo maldita zorra - dice Ethan callando a Abigail.

Salgo de la habitación encontrándome  a Ethan ahorcando a Abigail.

La sangre me hierve al verla pálida.

Corro hacia el quitando sus manos de mí maldita esclava. Abigail cae al suelo tosiendo.

— ¡No toques mis cosas imbécil!

Me ignora soltando su mano de mi agarre, se que el imbécil no la ahorcó para matarla sino para darme una advertencia. Se porque está aquí así que me aseguro de que Abigail este bien antes de ir tras él.

— Llévala a qué la revise un médico - le ordenó a la esclava. Pone una mueca de molestia, pero acata la orden.

— De dónde sacaste a esa niña - dice molesto apenas entró a la habitación.

— Me la encontré perdida - miento.

De los tres esposos que tiene mi hermana este es al que más le temo, algo que con el tiempo descubrí de Ethan es que es un arma de doble filo que no se debe subestimar.

— Conmigo no te andes con juegos estúpidos Daniel - advierte helandome la sangre.

Si se entera de la verdad me hará picadillo y aún no es el momento para que sepa de dónde es.

— Sé que tienes tus motivos para desconfiar de mí, pero lo digo encerio estoy de el lado de ustedes - digo una verdad disfrazada de mentira.

No me cree ni un poquito, pero se marcha dejándome en ascuas.

Ethan no se quedará tranquilo hasta saber que con ayuda de su hermano me robé a Athenea del hospital.

¶

Adara Santoro.

Bajó las escaleras con Ethan detrás de mí. Tiene la misma sonrisa burlona de siempre.