𝐝𝐨𝐬

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«Dangos con el enemigo y con el que aparece hasta en la sopa»

¿Que por qué estoy comiendo dangos con el maldito genio de Itachi al que tanto odio?

Porque odio los sentimentalismos y en especial porque odio deber alguna cosa.

Estaba entrenando en el lugar que declaré como mío cuando el Uchiha apareció, pidiéndome comer dangos con él. ¿Por qué? No tengo la mínima idea y tampoco es como que me quite el sueño.

Obviamente me negué, pero el maldito trajo con él a su hermano menor, así es, trajo a un pequeño parásito. Me seguí negando, hasta que Itachi me recordó que nuestros hermanos menores entrarían a la academia en menos de cinco minutos.

Al recordarlo, primero analicé cuándo el tiempo pasó tan rápido y luego salí corriendo hasta mi casa, había olvidado por completo a mi hermano menor.

Así es, en casa tengo un pequeño parásito llamado Shino Aburame. No lo odio... Bueno no tanto, pero detesto a veces que sea tan callado porque no sé diferenciar si está normal o si está haciendo alguna travesura.

En fin, tuve que despertarlo con un grito, mandarlo a bañar con agua fría, vestirlo y darle dinero para que se comprara algo de comer ya que no alcanzaba a preparar algo para alimentarlo.

Como odiaba deberle algo a alguien, más si se trataba de mi rival de la academia, terminé por aceptar la propuesta del maldito genio, porque si no fuera por él, no me hubiera acordado de llevar a mi hermano.

Por eso comía dangos con el desgraciado sentados en las escaleras de la entrada de la academia.

Lo que no terminaba por explicarme es... ¡¿Por qué demonios está Shisui aquí?!

¡¿Acaso me tiene que aparecer hasta en la sopa?!

—Seina-chan, hoy pareces más amargada que de costumbre —comentó el mayor, con una mirada divertida.

Lo miré de reojo y gruñí.

—Que te valga —seguí masticando el dulce en mi boca y me fijé en la manera que Itachi lo miraba.

Él ya se había comido los suyos.

Carraspeé y limpié mi boca con la manga de mi traje.

—Está muy dulce —hice una mueca—. Ten, idiota, ojalá te atragantes con el —Le pasé el dango al Uchiha a mi lado y le agradecí cortamente antes de levantarme para poder irme al fin.

—¡Seina-chan, recuerda que más tarde tenemos entrenamiento! —notificó el idiota mayor—. ¡Si ves a Jin, por favor avísale!

—¡Como si me importara! —Y pensar que tenía planes para más tarde.

Planes que incluían hundirme en la miseria hasta que fuera la hora de recoger a Shino. O como si quedarme en casa leyendo libros de mi clan fuera la cosa más interesante de mi vida.

¿Pero no les pasa que van caminando tranquilamente por una calle cerrada porque es el camino más corto a casa y de repente alguien te pone una bolsa de tela negra en la cabeza para luego llevarte a cuestas como si fueras un costal de legumbres?

¿No?

PUES A MI SÍ.

¡¿Por qué debo estar acostumbrada a esto?!

¡Odio profundamente la forma poco ortodoxa que tiene mi abuelo para hablar conmigo!

Pero eso no quiere decir que no vaya a luchar.

—¡¿Quieres pelear?! —empecé a golpear la espalda del ANBU a ciegas—. ¡Saben perfectamente que odio cuando me llevan así!

—¿Tú qué no odias mocosa? —refutó otro con un bufido.

𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 ━ 𝐬𝐡𝐢𝐬𝐮𝐢 𝐮𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora