«La Nara rarita»
Sobando sus brazos con piquetes, Seina volvía a casa entre quejidos y un dolor de cabeza agudo.
Unas inyecciones fueron puestas en su cuerpo, con la voz de su abuelo como una tétrica música de fondo, diciéndole que era necesario para lograr la verdadera fortaleza, para que fuera igual a él.
Su cuerpo le rogaba por descanso, pero sabía que no podía siquiera sentarse cuando pusiera un pie en la casa, debía recoger a Shino de la academia e ir a comprar la comida de la semana, debía soportar.
Debía ser fuerte y tragarse las ganas de correr y esconderse.
Aunque sus brazos ardían a causa de esos piquetes, aunque sintiera no poder moverlos por ratos y el dolor fuera paralizador.
Llegó a la casa, dejando a un lado sus sandalias y despojándose de la parte superior del uniforme ninja, las heridas y cicatrices se hicieron visibles y Seina no pudo evitar mirar su cuerpo con desagrado.
Agradecía no tener un espejo, porque de seguro lo habría roto con tal de no tener que reflejarse en este. Se sentía horrible, podía ver sus costillas marcadas, el tono insalubre que su piel adoptó y la multitud de cicatrices y heridas aún sanando, las primeras eran como manchas, pues eran más oscuras que su piel, le desagradaban en extremo. Soltó un sollozo y no supo por qué, se encontraba llorando y tampoco podía hallar una razón.
Quiso cubrir su desnudez, Seina quiso desaparecer. Se hizo un ovillo en el suelo y se martirizó por su cuerpo, se repetía lo poco atractiva que era, lo odiable y extraña, sobre todo.
Con su cabello opaco, sus ojeras, su delgadez y forma de ser, sus ojos carentes de brillo más allá del momento de llorar... Su actitud, sus insectos.
Nunca se había sentido tan insegura.
Siempre le había importado poco lo que dijeran los demás sobre su clan, sobre su apariencia y sobre todo lo que opinaran de su actitud. Pero ahí, con su torso al aire libre y las emociones poniéndole la piel de gallina, Seina se sentía la persona más despreciable pisando el mundo.
No solo era la desnudez, no solo era el agobio, no eran siquiera los demás, era ella; era ella y el sentimiento de agobio interminable.
—Shisui solo debe sentir lástima por ti —murmuró su abuelo ese día—. ¿Quién más podría quererte con ese aspecto y personalidad?
—Solo pon atención a las miradas de los aldeanos, los incómodas, les da asco el solo verte —dijo esta vez alguien más, siquiera hizo el esfuerzo de reconocer esa voz.
Estaba concentrada en el techo, tratando de bloquear el dolor de su mente para no sentir nada, para poder ser por fin como su abuelo quería, para que así la aceptara y la dejara en paz.
—Y más a Shisui y a tus otros compañeros, si en algún momento creíste que te apreciaban, es mentira, solo son amables porque con tu personalidad de mierda, saben lo que les conviene.
—Eres tan ingenua.
—E idiota.
—Y tu cuerpo es un asco, es una lástima —Pero, aunque intentara bloquear su mente, no podía dejar de sentir las repulsivas caricias que le daban.
Ni el dolor de las torturas.
Y lo hizo, mientras caminaba hacia la casa se fijó en los aldeanos, algunos no le ponían ni atención, pero otros... Otros la miraban de forma espantosa, casi con pavor, porque el chisme de que por su culpa murieron algunos ciudadanos se encendió como pólvora y estaba de oído en oído.
ESTÁS LEYENDO
𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 ━ 𝐬𝐡𝐢𝐬𝐮𝐢 𝐮𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚
Fanfiction«Lo mío no es un dulce sueño, es una realidad; te voy a superar, Uchiha» ╔═══════════════════════╗ No todo en la vida es tan malo y Seina no lo sabe, pero Shisui se encargará de que lo aprenda. ╚══════════════...