𝐜𝐚𝐭𝐨𝐫𝐜𝐞

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«Pecas que parecen estrellas»

Todo parecía ir de maravilla con los exámenes, los tres habían pasado la primera prueba con éxito y Jin ya había ideado planes para las dos restantes; aunque prácticamente siempre cambiaban las fases, la esencia era la misma, pero la dificultad aumentaba.

Pero el rumbo de la situación cambió repentinamente, si alguien no colaboraba con el equipo, se lo hubieran esperado de Seina, incluso de Jin en menor medida, pero nunca de Sabaku No Niru, quien, en la recta final de la segunda fase, cometió un error que los descalificó.

Un error que parecía más haber sido hecho apropósito.

—¡¿Qué demonios pasa por tu cabeza?! —Los gritos no se hicieron esperar a las afueras del recinto, Seina estaba furiosa y Niru parecía estar a punto de llorar.

Jin permanecía al margen, pues también estaba molesta, pero sabía que había una justificación a los actos de su compañero, eso quería creer.

—¡Se supone que teníamos un plan, solo debías seguirlo, pedazo de inútil!

—Seina, cálmate, por favor —Esta vez Jin sí intervino, no quería que las palabras dichas en un momento de ira terminaran por desmoronar al equipo.

—¡No me pidas que me calme, Jin Nara! —alegó, pronunciando cada palabra con una ira extenuante—. Él solo tenía que hacer una cosa y no fue capaz y ahora nosotras debemos pagar por su inutilidad.

—Lo siento... —murmuró el pelirrojo temblando ligeramente.

—No tengas el descaro de decir que lo sientes si no lo haces —musitó Seina entre dientes.

No dijeron nada más por unos instantes. Y Seina se fue, lanzando una última mirada al más bajo del equipo.

—Jin-san, yo... —La susodicha lo frenó.

—No digas nada, también estoy molesta —Y Niru soltó las lágrimas que estaba conteniendo.

Empezó con hipidos, incluso mordió su labio para dejar de llorar, pero no podía. Su corazón pesaba demasiado y se sintió frágil, estaba consciente de su egoísmo, pero no quería perder a sus compañeras por ello.

Porque sí, había fallado a propósito.

Sintió que alguien lo abrazaba, pero Jin seguía en su lugar, aun así, se aferró al cálido contacto y se permitió llorar libremente. Era Shisui.

—No es tu culpa —murmuró y Niru quiso contradecirlo y contarle la verdad, pero no quería que su maestro estuviera molesto también—. Son cosas que pasan a menudo.

Jin no dijo nada, no le correspondía.

—¿Y Seina-chan? —inquirió mirando a Jin.

—Se fue —Shisui frunció sus labios, no quería dejarla sola, pero tampoco podía abandonar a Niru en un momento así.

Parecía que la Nara leía sus pensamientos, pues le hizo una seña de que ella se encargaría.

—Vete, Seina no debe estar muy lejos —El pelinegro le agradeció con la mirada e intercambiaron lugares—. Pero antes deberías pasar por el hospital, el otro día no quisieron entregarle los resultados de un estudio a Seina por no tener tutor, así que te los entregarán a ti.

Y aunque Shisui quiso preguntar por qué Seina había vuelto al hospital, no tenía tiempo, así que en unos cuantos segundos estuvo en el lugar, recogiendo dichos exámenes.

No iba a negar que tuvo curiosidad y que quiso usar su sharingan para leerlos, pero debía y quería respetar la privacidad de la Aburame.

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𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 ━ 𝐬𝐡𝐢𝐬𝐮𝐢 𝐮𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora