𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚 𝐈

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Una pequeña pelinegra de ojos grises corría de un lado a otro, huyendo de los brazos de Shisui y de los insectos de Seina.

Saltaba de un lado a otro en la sala, esquivando y usando las almohadas como escudo para que no la atraparan.

Seijin solamente reía al pensar que era un juego, pero los mayores estaban agotados por el juego improvisado. Tenían que darle de comer a la niña, jugar un rato con ella para terminar de gastar su energía, acostarla a dormir y llevarla temprano a su primer día de academia.

—Vamos, Seijin, tienes que comerte tus verduras —Shisui intentó atraparla una vez más, pero la pequeña Aburame era muy escurridiza. Soltó más risitas al ver el ceño fruncido del mayor.

—Te juro que si no te quedas quieta en este preciso instante, te dejo durmiendo en el patio en la casa del perro, Seijin —dijo Seina, con la frente arrugada y en un tono severo.

Algo en Seijin le dijo que aquella amenaza se haría realidad si no le hacía caso a su tía.

Así que con toda la sabiduría que una niña de seis años podía tener, decidió dejar de sacarles canas a sus tíos y sentarse en el comedor para terminar de comer sus verduras, claro que con muecas de por medio.

Shisui suspiró con alivio y se acercó a Seina con una pequeña sonrisa, mirando de reojo a la niña que comía con una tranquilidad envidiable.

—No puedo creer que una niña casi haya vencido a dos de los mejores ninja de la aldea —comentó el Uchiha, Seina soltó una risita burlona.

—Intervine para dejar de machacar tu orgullo, Uchiha, a mí no me estaban venciendo —dijo todavía sosteniendo la sonrisa burlona en sus labios, Shisui sonrió de lado y se acercó más para tomar su cintura.

—¿Si? Porque me pareció ver insectos persiguiendo a Seijin, pero si quieres finjo que fue mi imaginación —Y le sonrió de tal forma que Seina se sonrojó.

Y la pelinegra se enojó por ello, tantos años y ella seguía sonrojándose por Shisui, de verdad a veces lo odiaba.

—Fue tu imaginación —afirmó Seina y Shisui soltó una risa para luego esconder su rostro en el cuello de la Aburame.

Tuvo que doblarse de rodillas para hacerlo, pero estaba cómodo a su manera.

—Fue solo mi imaginación —murmuró contra su cuello dejando algunos besitos en la zona.

—Eww —Por un momento habían olvidado la presencia de la niña, pero se hizo notar con aquel ruidito.

Seijin los miraba desde su silla con sus enormes ojos grises, los mismos de su abuela y tía, Shisui adoraba el parecido entre ellas.

—¿Cómo que "eww" parásito chiquito? —gruñó Seina, acercándose a la niña con aires de amenaza.

Pero Seijin solo rio y terminó de comer rápidamente, pronto estuvo otra vez corriendo por toda la casa con su inagotable energía. En eso había salido a Yumiko, su madre.

Shisui jugó con ella un buen rato mientras Seina los observaba con una diminuta sonrisa. Al parecer jugaban a los piratas y mientras Shisui era un marinero buscando capturar a la pirata Seijin, Seina decidió que ella sería el tesoro para así no tener que moverse de su cómodo asiento en el sofá.

Shino y Yumiko estaban fuera de la aldea por una misión y no les quedó de otra que dejar a su hija e hijo al cuidado de sus respectivas hermanas. Seina y Shisui se quedaron con Seijin, la mayor y revoltosa; Jin en cambio se quedó con Shibu, el menor y tranquilo.

Tenían seis y cuatro años respectivamente; a Seina le parecía divertido el hecho de que la generación de su hermano pareció ponerse de acuerdo para tener a sus hijos en fechas cercanas porque todos tenían hijos con apenas días o meses de diferencia de edad.

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⏰ Última actualización: Aug 10 ⏰

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𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 ━ 𝐬𝐡𝐢𝐬𝐮𝐢 𝐮𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora