𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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«Sonrisa que cura»


—Oigan, ¿ustedes dos están peleados o algo? —Seina miró mal a Jin por la pregunta.

—No estamos peleados, no te preocupes, Jin —respondió el Uchiha en su lugar al ver que Seina no respondería.

—Es que en lugar de insultarte como de costumbre, Seina-chan solo te ignora, Shisui-sensei —insistió. Seina rodó los ojos.

—Me voy, ahí se ven —Se despidió Seina con su usual tono arrogante, sin querer enfrentar a su equipo.

—Claro, huye —Seina paró su andar en cuanto escuchó esas palabras saliendo de la boca del mayor.

—¿Qué dijiste, Shisui? —Se volteó, dándole la cara.

—Lo que pienso —respondió—. Que estás huyendo de la confrontación.

—Y según tú, ¿por qué? —La voz tan calma que usaba la Aburame le daba escalofríos a Jin.

Seina nunca era tan calmada.

—¿Tal vez porque proteges a la persona que te lastimó? —Se cruzó de brazos—. No me trago eso de que te caíste y mucho menos cuando te esfuerzas por ocultarlo.

—No protejo a nadie —murmuró entre dientes—. Eso es algo que no les importa —afirmó.

—¡Nos importa! —Jin ya no sabía qué hacer, los dos actuaban muy raro y estaban fuera de sus cabales, no sabía bien cómo intervenir, así que dijo lo primero que se le vino a la mente—. Deja de afirmar que tú no nos importas porque es mentira, Seina, somos un equipo y eres parte de este, nos interesas.

—¡Dejen de fingir que les interesa! —Le gritó.

—¡No fingimos, estamos diciendo la verdad! —defendió Shisui—. Solo dime quién te hizo eso, Seina.

Y un nuevo escalofrío recorrió a Jin ante la voz del Uchiha, era más grave que nunca, era incluso demandante.

—Quien lo hizo... Lo hizo porque me quiere —aseguró.

La Nara y el Uchiha se sorprendieron, ¿qué clase de concepto sobre el amor tenía la Aburame?

—Solo quiere hacerme más fuerte —siguió—. Pero él me quiere y no finge

—Seina... —La castaña no tenía idea de qué decir.

—Esa no es una forma de querer —habló Shisui en cuanto se calmó un poco.

Sin embargo, una rabia crecía dentro de él, ¿qué tanto habían corrompido a la pelinegra como para que pensara de esa manera? Juró que en cuanto se enterara, esa persona pagaría por lo que hizo.

—El amor no te hiere de esa manera, Seina, una persona que te ama nunca te haría daño intencionalmente —La pelinegra los miro con confusión—. ¿Quién... ¿Quién te hizo creer eso?

—Me voy —prefirió no responder.

Seina sabía que su padre y su abuelo la tenían vigilada, el mínimo paso en falso podrían costarle caro; además, aunque lo odiara, ellos tenían mucho poder político en la aldea, no podía arriesgarse.

Y aunque su concepto sobre el amor podía parecer retorcido, era todo lo que conocía, porque del amor que recibía de su madre solo le quedaban algunas migajas a forma de recuerdos.

>>>

—Bien, para pasar estos estúpidos exámenes, he planeado la estrategia perfecta, Seina, usarás las sanguijuelas del río para drenar el chakra de nuestros oponentes, yo uso mi posesión de sombra para llevarlos hasta allí y Niru, tú me llevarás por delante cuando esté a punto de saltar al río, desharé mi jutsu justo a tiempo y así evitaré caer —Niru asintió, estando de acuerdo con el plan de la chica.

𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 ━ 𝐬𝐡𝐢𝐬𝐮𝐢 𝐮𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora