𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞

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«Negligencia médica»

Solo miraba un punto fijo en sus brazos, un punto con una cicatriz de las innumerables veces que en medio de torturas le inyectaban ese líquido azul, Seina se maldijo un millón de veces en su mente por no haber puesto atención a eso, por no haber sido precavida.

Siempre ignoró ese hecho, no lo tomaba en serio, pero todo empezaba a encajar, sus dolores de cabeza y los repentinos mareos. Danzō la estaba matando lentamente.

Y hasta ahora la realidad la golpeaba, y no puede decir que no lo vio venir porque todas las señales estaban ahí.

—Esperemos los resultados, no deben tardar —habló Shiori, rompiendo el silencio de la habitación. Shisui apretó la mano de Seina.

Todos estaban preocupados. Cabía la posibilidad de que Shino se equivocara en lo que dijo, pero Seina sabía que no era el caso, el pequeño tenía una habilidad natural para hablar con los insectos y no había ocasión en la que no supiera interpretar sus mensajes.

Shino estaba con los Nara, Seina solamente confiaba en ellos para que se quedara sin ella.

Pronto, la misma doctora que la vio cuando desfalleció en los primeros exámenes chunnin apareció por la puerta del cuarto incrementando su ansiedad, con un semblante serio y un folio entre sus manos, su expresión no dejaba entrever nada, pero Seina tenía una mala sensación atorada en la garganta.

Algo iba a salir mal, estaba segura.

—Aburame Seina, tengo los resultados y tu expediente médico, hace mucho se te hicieron los mismos estudios, en esos momentos se encontró lo mismo que hoy, pero menos avanzado. ¿Por qué no volviste al hospital para continuar con el respectivo tratamiento? —habló, pasándole el sobre a Shiori y dejando que la mujer lo abriera con apuro.

—¿Los resultados que recogí? —inquirió Shisui y la doctora asintió.

Seina se quedó sin habla, pensando en dónde estaría aquel sobre. Y Shisui sintió un vuelco en su pecho, ¿cómo no sentirse culpable por no haberle entregado los resultados en sus manos?

La habitación quedó sumida en un silencio sepulcral, Shiori estaba totalmente concentrada en lo que leía y la doctora estaba atenta a cada reacción.

—¿Hay tratamiento? —cuestionó Shiori en voz baja una vez terminó de leer, la doctora salió de su mundo y pasó saliva por la mirada tan intimidante que le estaba dando la Uchiha.

—No sabemos si funcionará... Para poder llegar a algo certero necesitamos saber de dónde viene la infección que está destruyendo sus anticuerpos —La doctora miró a Seina, todos en el cuarto lo hicieron y casi se encoge en su sitio debido a ello.

—... No lo sé —respondió, por más que quisiera decirlo, de verdad no lo sabía. Toda la información que tenía era sobre su color azul brillante y el ardor que recorría sus extremidades cada vez que entraba en su sistema.

Y Seina quiso vomitar porque incluso cuando su vida estaba en juego, no era capaz de hablar sobre Danzō porque sentía que traicionaba a su sangre.

—En ese caso... Aunque sigamos con el procedimiento, hay una alta probabilidad de que no mejore.

Después de decir eso, la doctora se dispuso a salir sin más, pretendiendo dejarlos a solas para pensar y creyendo que su trabajo estaba hecho, iba a revisar a su próximo paciente. Pero, cuando colocó su mano en la perilla, fue frenada por Shiori y su mirada carmín, que la hizo retroceder.

—¿Se irá así nada más? —gruñó—. Por su negligencia una niña podría morir, ¿y se irá sin hacer nada?

—¿Negligencia...?

𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 ━ 𝐬𝐡𝐢𝐬𝐮𝐢 𝐮𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora