Episode 31

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Subimos al barco y me quedé sorprendida por lo grande y lujoso que era. Incluso mi apartamento no es nada a comparación de todo lo que hay en el interior. Lo primero que nos recibió fue un salón grande, contaba con ventanales de piso a techo y se podía apreciar una hermosa vista de todo a nuestro alrededor. Había una mesa espaciosa y una cocina abierta con todo lo necesario para cocinar sin problema alguno. La decoración daba la impresión de estar en un restaurante de lujo. Aunque a esta hora de la noche entraba muy poca luz por los ventanales, los candelabros daban una luz tenue, pero justa para una cena tranquila y, por así llamarla, romántica.

—Los ricos y su dinero — murmuré, recorriendo el salón hasta llegar a los escalones—. ¿Arriba que hay?

—Un salón de descanso.

Subimos a la segunda planta y volví a quedar maravillada y sorprendida. Los sofás le daban la vuelta y forma al yate, se veían extremadamente suaves y cómodos. En el centro de este salón había una mesa de cristal y de madera en forma de óvalo. En una parte de la pared de metal había una biblioteca que se extendía varios metros a lo largo. Había un sinfín de libros allí que llamaron mi atención, algunos que conocía y otros que ni siquiera sabía que existían. También contaba con un estéreo al otro lado, un televisor enorme y una especie de chimenea debajo del mismo muy hermosa.

—Ven por aquí — me tomó de la mano y me guio hacia el ventanal que resultó ser las puertas para salir al exterior—. Los yates traen calma consigo, todo lo contrario a un avión.

—No voy a preguntar cuán millonario debes ser, si con esto me queda claro que tienes dinero hasta para botar por la ventana. 

—El dinero es relativo, dulzura. Un día te hace falta, lo necesitas como si el poder respirar dependiera de ello, cuando en realidad no es así, aunque sí es necesario para sobrevivir en este mundo. El dinero es un vicio que muy pocos saben cómo manejar para que no se convierta en una adicción destructiva. Si tienes tus ideales claros en la vida, sabrás invertir el dinero y darle prioridad a lo que es importante, tanto para ti como para los demás que te rodean.

—Por esa razón los admiro tanto. Aunque no les fue fácil salir adelante en un ámbito que cuenta con mucha competencia, poco a poco se abrieron camino para estar a donde hoy en día se encuentran. No hay nada malo que represente a los hermanos King — sonreí un poco avergonzada por decir una parte de lo que había investigado de él y Harper—. Son ejemplares, perfectos, guapos y con grandes ideales en la vida. Dos hombres que a pulso ganaron reconocimiento por la grandeza de sus capacidades.

Se me quedó viendo, quizás un poco curioso, pero con una sonrisa que no pudo ocultar y reflejaba gratitud y ternura.

—Nada es perfecto en la vida.

—Son inteligentes, saben lo que quieren y lo que no, son tan sinceros y llenos de humildad. Puede que cometan errores, pero nadie les quita el hecho de que están llenos de grandes virtudes. Si eso no es perfección, entonces no sé qué pueda ser.

—Me gusta ser yo mismo y, aunque Harper sea un poco más amargado y algo desabrido, él también es sincero con todos. No vemos la necesidad de mentir o hacer sentir mal a alguien. Así nos criaron a nosotros. Mis padres nos enseñaron a dar la mano a todos por igual.

—Y es lo que más los caracteriza. Sé tantas cosas de ti, que ahora que tengo el gusto de conocer cada cosa, solo pienso que eres más de lo que dicen en los medios — cubrí mi rostro, avergonzada y tímida—. Debes creer que estaba loca al investigar hasta la más mínima cosa de ti.

—Sabes bien que nunca voy a pensar eso de ti — tomó mi mano y me obligó a mirarlo a los ojos—. Es lindo que alguien en el mundo te admire y te aprecie por todo lo que has logrado en la vida, pero se siente mucho más bonito que seas tú la que me diga todas esas palabras. No tienes idea de lo feliz y agradecido que estoy con Dios al haberte puesto en mi camino

Colin (Bilogía King II)(En Físico)[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora