Episode 36

6.9K 634 24
                                    

—¿Y cuándo dices que vas a volver? — inquirió Emma desde el otro lado de la pantalla—. Y yo que moría de ganas de verte. Este mes pasó demasiado lento, mi amor.

—Lo sé, también fue toda una odisea estar lejos de ti. Pero el viaje a New York no tardará más que unos cinco días.

—Bueno, cinco días más no será mucho, ¿no? — se oía un poco desanimada y triste.

Me parte el alma verla así. Solo Dios sabe cuán grande ha sido el poder humano que he hecho para no irme a Milán y engullirla entre mis brazos y exigirle que nunca más me deje solo por tantos días. La he extrañado en demasía. Aunque solo fueron tres días en los que compartimos cama y un solo espacio, todos estos días su dulzura y su calidez me han hecho falta. Ni qué decir de sus besos; sus labios se han convertido en el lugar donde siempre quiero estar.

—Cinco días no son nada a comparación de un mes entero, mi amor. Ten por seguro que voy a recompensarte todo el tiempo que hemos perdido.

—¿Sabes? — sonrió ladeado—. ¿Y si te llego a New York en lugar de esperarte en Londres? Después de todo, tengo siete días libres apartir de mañana. Puedo tomar un vuelo en horas de la tarde que me lleve sin problema.

—¿Me estás hablando en serio?

—¿Te molesta la idea? Porque de ser así...

—¡Claro que no, dulzura mía! ¿Cómo crees que me voy a molestar contigo? Es la idea más brillante y maravillosa que has tenido — no pude ocultar la emoción.

—Sé que vas por trabajo y juro que no voy a interferir en nada, pero ya sabes, ahí voy esperarte y podemos pasar los otros días que faltan por ahí — se encogió de hombros—. No importan los minutos que pasemos juntos, lo importante es que sean de calidad.

¿Cómo no cautivarme y perderme más con ella? Con esa única forma de ser, me tendrá enamorado más rápido de lo que se cree. Si ahora que no es un amor loco y cien por ciento seguro me tiene agarrado y sometido, no imagino como me pondré cuando la ame con total locura y pasión.

—No se diga más. Le pediré a mi asistente que te cubra el vuelo de Milán a New York.

—No es necesario, bizcocho.

—Tu pagaste los de Colombia. No tienes de otra que acceder a mi petición.

—Está bien. No pienso discutir contigo por esto.

—Ya llegó la florecita para llevarme al jardín con él. Te veré pronto, dulzura mía — le guiñé el ojo y ella me devolvió el gesto con un beso antes de cortar la videollamada.

—Ridículo — se burló Harper, ladeando una sonrisa burlona—. La morena te trae a sus pies.

—Para que mentir. Esa mujer me tiene la cabeza volada — suspiré, sacudiendo la ola de pensamientos perversos que ya me había hecho con ella—. Vámonos. No hay que perder tiempo, florecita.

—Eres todo un capullito; tierno y pervertido — se carcajeó.

—En algo nos teníamos que parecer, solo que tú te tardaste más en darle uso al soldadito.

—Eso es porque la mujer de mi vida aún no llegaba, pero ahora que ha llegado...

—Guacala, no quiero escuchar sus cochinadas — me estremecí, saliendo de mi apartamento con la maleta en mano.

El vuelo a New York se me hizo literalmente eterno. No sé si trataba en que vería a mi Srta. E muy pronto, pero cada segundo me ponía cada vez más ansioso que el anterior por llegar. Un mes entero sin verla y sin probar esos labios tan dulces y embriagantes. He tenido que recrearla en mi mente y tocarme como todo un puberto ante su hermosa figura. Esa mujer me tiene comiendo de la palma de su mano, es natural que la extrañe y la piense cada instante del día.

Colin (Bilogía King II)(En Físico)[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora