Episode 45

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Los días fueron pasando lentamente. No había un solo segundo que no estuviera junto a Emma. Pedí al doctor que le asignaran una sola habitación que contara con todo el equipo necesario para su debida atención. También lo convencí para mantenerla bajo protección con los hombres que mi tío dispuso para todos nosotros. Además de que, luego de que Harper me revelara una parte de su investigación, no he dejado de pensar quién pudo haber hecho todo esto y si tiene la intención de acabar con lo que empezó. Aunque el ataque parece haber sido dirigido a Amelia, no cabe la duda de que también buscaban hacerle daño a Emma. De igual manera, estaban las dos ese día, solo que mi dulzura salvó a mi cuñis y a mi sobrino del mismo destino que ella y... nuestro hijo.

Recordar que lo perdimos duele como el mismísimo infierno, pero no puedo flaquear ahora que soy el apoyo de ella. Sé que pronto saldrá de toda esta mala situación, y solo quedará en el olvido como lo que fue; un momento desafortunado.

En estos últimos diez días le han realizado muchos análisis, sobre todo en su cabeza para determinar si hay un daño grave o no. Por ahora no ha habido indicios de una muerte cerebral definitiva, pero el doctor tampoco niega que pueda pasar. Su condición crítica nos mantiene con el alma en vilo. Ninguno ha descansado, ahora menos con esa directa amenaza que recibieron Amelia y Emma.

He intentado por todos los medios no caer en ese pozo que me tira cada vez más con fuerza, pero siento hundirme poco a poco y sin remedio. Emma es mi fuerza y, aunque no pueda hacer nada por salvarla, jamás la voy abandonar. Seguiré a su lado hasta que despierte y me brinde el cielo y la tierra en esos ojos tan bonitos y cautivadores que posee.

Me encontraba en la habitación, tomando su mano y viendo su rostro fijamente. Ha tenido reacciones involuntarias en las últimas horas, pero el doctor aseguró que es normal que mueva los párpados o alguna parte de su cuerpo. Aun así, la esperanza no la pierdo, sé que va a despertar y quiero ser lo primero que sus ojos lindos vean.

—Soy un poquito egoísta al querer que solo me veas a mí de primero — le susurré, junto a una risilla suave—. Por cierto, sigues tan hermosa como el primer día en el que te conocí, dulzura mía.

Acaricié su frente con mi otra mano, muriendo de ganas por besarla, pero esa mascarilla que le brinda oxígeno no me permite probar su boca como tanto lo deseo.

—Me haces mucha falta, mi amor — delinee con la yema de mis dedos la venda que rodea su cabeza con sumo cuidado—. Te extraño entera, desde tu voz, tus abrazos, tus besos, tu calor hasta el mismo ruido de tu risa resonar en mis oídos. Todo de ti lo extraño en demasía. No sé por cuánto tiempo más pueda estar sin ti, mi hermosa Srta. E.

Con ese nudo que sentía en la garganta y que me ahogaba en cada palabra que pronuncié, dejé que las lágrimas corrieran libres por mis mejillas. Desde hace unos días estoy muerto en vida, si sigo aquí, es únicamente por ella; porque en mi interior guardo la esperanza de que pronto volverá a mis brazos.

El sonido de mi teléfono fue el que me sacó de ese instante de fragilidad. No tenía contemplado responder, porque simplemente no había nadie en este mundo más importante que Emma, pero la insistencia con la que sonaba el teléfono en mi bolsillo estaba a punto de volverme loco. Solté la mano de mi dulzura, salí de la habitación y atendí la llamada sin siquiera mirar de quién se trataba. Pensé que era Harper con noticias nuevas, o mis padres, mis suegros, pero nunca se me pasó por la cabeza que era Lili. 

—Hola — saludó en voz baja—. No sé si lo olvidaste, aunque estoy segura que no. Quizás solo estás ocupado y por eso...

—¿Qué quieres? — le pregunté a la defensiva. 

—Hace dos días salieron los análisis de paternidad y nunca te apareciste... ni llamaste. Pensé que podríamos vernos ahora e ir por ellos.

Había olvidado por completo el dichoso análisis de paternidad. No tengo ni el más mínimo interés de saber si es mi hijo o no, aunque estoy claro que el pequeño es el que menos culpa tiene de todo esto. Si yo no estoy bien, ¿cómo se supone que voy a darle la cara a mi posible hijo, cuando muy en el fondo espero que no lo sea? Además, saber que puede llegar a serlo mientras acabo de perder a un hijo que sí ha sido planeado y hasta fue hecho con todo mi amor, ternura y deseo, es algo que me rompe el alma en cientos de pedazos y me hace sentir incomodo. No sabría qué hacer si el pequeño fuese mi hijo.

Colin (Bilogía King II)(En Físico)[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora