Colin (Bilogía King II)(En Físico)[✓]

Episode 54

Tras pasar la puerta de la casa, vi a Lili que se encontraba amarrada de pies y manos y tendida en el sofá de lado. Se veía asustada, temblorosa y sus ojos estaban muy rojos. Probablemente estuvo llorando toda la noche. Al momento de verme frente a ella, trató de levantarse enseguida, pero debido a los mismos amarres, le fue imposible y se venció ella misma contra el sofá. Su aspecto era desaliñado, terrible.

—Colin, por favor, esto ya no tiene gracia alguna. Dile a tu tío que me libere — pidió, removiendo sus brazos y sus piernas en un intento de soltarse de las ataduras.

—¿No te está gustando mi trato? Mira que te estoy dando uno muy especial y caballeroso.

—¡Mantenerme amarrada toda la noche no es un trato caballeroso! Me conocen desde hace años, ¿cómo es posible que me traten de esta manera tan horrible y cruel?

—Haz silencio por primera vez en tu vida — me froté las sienes, molesto ante el tono tan exasperante y desagradable de su voz—. Te tratamos como lo que eres; una maldita perra que mordió la mano de quien le daba de comer.

—En el mundo hay personas descaradas y luego estás tú, mosquita muerta — le dijo mi tío en medio de risas—. Y antes te atreves a preguntar cómo es posible que estés hoy aquí y bajo estas circunstancias —su mirada divertida se transformó en una muy amenazante—. Si hubieras hecho tu vida muy lejos de mi sobrino, estarías disfrutándola a lo grande y sin problemas, pero te encanta la atención y que el mundo gire entorno tuyo.

—¡Fue él quien me buscó! Muchas veces le insistí que se alejara de mí, que yo nunca lo iba a... — me miró por unos cuantos segundos, negó con la cabeza y siguió derramando su falsedad e hipocresía—. Pero él hizo caso omiso a mis palabras y siguió buscándome. Él siguió insistiendo hasta que...

—En eso no te discuto nada, si el estúpido aquí fue mi sobrino. Pero qué hacemos, la estupidez, y más cuando se está enamorado, corre por nuestras venas — mi tío hizo un ademán indiferente con su mano—. Y tú tan sufrida lo cobijaste con tus piernas para que nunca se alejara de ti, ¿eh?

—No tenía previsto un bebé...

—Ah, ¿no? Mira, muñequita, yo parezco estúpido, pero no lo soy — la tomó de los brazos y la sentó de un solo tirón—. ¿Cuáles eran tus planes con ese pequeño ser inocente y mi sobrino? Te estoy dando la oportunidad de hablar ahora que puedes, porque después no hay razones que valgan.

—No tenía ningún plan. No sé de qué estás hablando, Francois.

—Bien. Después no digas que no fui condescendiente contigo y no te di la oportunidad de hablar — la tomó del cabello, torció su cuello a un lado y se acercó a su oreja, pero habló lo suficientemente alto para que yo escuchara sus palabras—: Vas a lamentar haberle provocado tantas lágrimas a ese hombre que te amó y se sacrificó tantos años por ti. Vas a lamentar haberlo destruido como lo hiciste. Y vas a seguir lamentando el hecho de haberte interpuesto en su felicidad ahora que la encontró. Nadie se atreve a poner sus asquerosas manos en mi familia y quedarse como si nada hubiese pasado.

La frialdad, el odio y el desprecio con la que dijo cada palabra, no me pasó desapercibido. Francois puede ser tan hijo de puta como lo es de buena persona. Nuestro significado de familia siempre ha radicado en la unión y en la fuerza que todos ponemos al ser uno solo. Al igual que yo y al igual que muchos, Francois usa una careta para cada ocasión. Lili ya conoció la del tío simpático, agradable y divertido, ahora tendrá que conocer al verdadero Francois Archer; ese hombre temible que muestra para algunos pocos en su vida.

Antes que Lili pudiera responder, Harper llegó con un Oliver bastante golpeado y malherido. Las miradas que compartieron nos dejaron en claro que sí se conocían y que no esperaban encontrarse tan pronto en este lugar y con nosotros como testigo.