Episode 21

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Emma


Solo entonces cuando dejé de escuchar su voz al otro lado de la puerta, me desvanecí en cientos de pedazos sin saber por qué lloraba y me sentía tan triste y rota, cuando debería sentirme feliz y dichosa tras ver unos de mis tantos sueños hechos realidad. Aun estando bajo la conmoción, acaricié mis labios sin dejar de sentir ese hormigueo que los suyos me provocaron tan pronto hizo un contacto directo y violento con mi boca. Sus labios son tan suaves y tibios, y sus besos son de los mejores que me hayan podido dar en mi jodida vida. Sabe cómo mover los labios, usar la lengua y transmitir todas esas corrientes que por poco me llevan a la locura. Si Catalina no hubiera interferido a tiempo, me habría dejado arrastrar por el momento y el fuerte impacto de su boca sobre la mía. Pero cuando esa calentura se enfría se piensa con la razón y no con las ganas, pues el baile, la cercanía y el roce de nuestros cuerpos lo llevó a besarme. Además, que estuviera bajo las influencias del alcohol me hace pensar que no fue él quien verdaderamente lo estaba haciendo, sino esa fuerza que siempre predomina bajo sustancias que nos inyectan excitación en la sangre hasta el punto de no saber lo que hacemos en realidad.

Los impulsos muchas veces no se pueden controlar, mas cuando no estamos en nuestros cinco sentidos. Lo perdono por el hecho de haber estado ebrio, lo que no perdono es perder una amistad que solo viene por parte suya y no mía. Cuando yo me hago ilusiones y sufro por cada una de ellas, él solo se preocupa en no perder mi supuesta amistad. Y acepto mi culpa y mi error, yo misma sabía en qué lugar me estaba metiendo a la fuerza.

Ahora me doy cuenta el error tan grande que cometí al entrar en su vida como lo hice, cuando sabía que corría el riesgo de ilusionarme y, como siempre, perderlo todo.

La noche fue larga, sus besos daban donde más dolían y todas mis dudas crecían con cada segundo que pasaba. Cuando desperté y vi la hora en el reloj de mi celular, me di cuenta que apenas si dormí un par de horas en toda la noche. Me sentía cansada, no solo físicamente, sino también mentalmente. Esa espinita dolorosa seguirá estando en mi corazón por mucho tiempo, quizás nunca se vaya, pero debo hacer de tripas corazón y seguir como si nada hubiese ocurrido; como si ese beso no hubiera significado nada para mí.

Tomé una larga ducha, liberando carga y tensión con la tibieza del agua. Por más que lavara mi boca, el sabor de sus besos seguía sobre la mía. Su beso, su cercanía, esas caricias tan embriagadoras no han salido de mi cabeza ni un solo instante. Y saber que en pocos minutos voy a tenerlo cara a cara lo complica aún más. No sé ni cómo voy a mirarlo a los ojos sin la necesidad de quebrarme y sacar toda una verdad que él solo conoce a medias.Me puse el vestido blanco con detalles azules que escogí para asistir a la boda y salí de mi habitación una vez peiné mi cabello y cubrí mi rostro del rastro de las lágrimas. Quizás muchos se sorprendan por mi maquillaje, incluso yo lo hice al verme al espejo y darme cuenta que mi color de piel fue escondido por una buena cantidad de base, pero nadie tiene por qué saber lo mucho que lloré y me desvelé por culpa de un beso.

—Buenos días, mi amor — mi mamá me sonrió desde el interior de la cocina—. Sentate pues que ya te sirvo el desayunito.

—Gracias, ma — desplacé la vista por el comedor, dándome cuenta que Colin no se encontraba entre los presentes—. ¿A qué hora es que es la boda?

—A las diez — respondió mi tía—. Levanta a tu novio, parece que se le pegaron las cobijas.

—¿No ha bajado?

—Hace ratico fui a verlo y parece estar más allá que acá — Marcela soltó una risita divertida—. Siempre se le fue yendo la mano a Alex.

—Oigan a esta, si usted fue la que no paró de darle trago a ese man.

Colin (Bilogía King II)(En Físico)[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora