•Episode 7•

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Emma

Preparar una boda en tan pocas semanas se ha vuelto todo un reto, más por mi trabajo y lo demandante que es, pero tengo batería y disponibilidad de sobra para encargarme de todo a la misma vez. La felicidad que siento por Amelia me hace darlo todo al cien por ciento para que su día sea como en sus más grandes sueños.

Pero también nace mi temor y mis inseguridades con respecto a lo que estoy viviendo casi irreal e imaginario con Colin King; mi amor platónico e ideal desde hace cinco años.

Luego de ese primer intercambio de mensajes con mi amor platónico e imposible, me cuestioné si era correcto hacerlo, a sabiendas que en cualquier momento nos vamos a tener que ver la cara. Y, aunque he huido de los encuentros una y otra vez con éxito, no siempre será de ese modo. En cualquier momento lo tendré de frente, y es ahí donde todo mi mundo se va a tambalear. Una cosa es hacerse ilusiones con alguien que solo puedes tener en sueños locos y húmedos, pero saberlo real es algo que no esperaba nunca en mi vida. Me parece tan maravilloso y casi falso todo lo que ha hablado conmigo.

Es que me basta con que me envíe una carita sonriente o de guiño para que mi corazón explote de felicidad y emoción. No sé por cuánto tiempo esperé una respuesta suya; y, siendo honesta, fue mucho, pero sabía de antemano que él es un hombre muy importante como para fijarse en la verborrea e insistencia de alguien como yo. Es decir, ¿quién estaría bien de la cabeza para responderme a mí y no asustarse con esto que he luchado tanto y hace a la Emma acosadora que es? ¡Nadie! Y luego llega él a darme un rayito de esperanza.

Sé que no debo ilusionarme, ni hacerme ideas locas en la cabeza, pero desde que me hizo el primer cumplido de mis empanadas y le comentó a Amelia que quería conocerme, he vivido en las nubes. Ahora, con la corta amistad extraña que llevamos es imposible no idealizar. El hombre me ha gustado desde que hizo la primera aparición en los medios locales cuando su empresa de telecomunicaciones se posicionó como una de las mejores en tan solo un año de haber emprendido. Aparte de que es un papacito en todo el sentido de la palabra, me encanta lo dedicado y cerebrito que puede llegar a ser en su trabajo.

Todo ha sido maravilloso hasta ahora, nuestros intercambios de mensajes y anécdotas están haciéndome dar cuenta de lo mucho que temo. No quiero dañarlo todo con mis mentiras o, en este caso, mi omisión de ciertas cosillas mínimas que estoy segura me van a pasar factura en su momento. Pero en mi defensa, estoy siendo la luz que ese hombre necesita para salir del pozo dónde esa bicha arrastrada e igualada lo dejó.

O por lo menos es lo que quiero creer cuando me dice que hago de sus noches más tranquilas y no tan solitarias.

¡Y más me hago ilusiones con él y un imposible!

Estoy todo el día pensando en qué decirle, o cómo hablarle, o como alegrarle el día y la noche con mis tonterías; siempre estoy pensando en él.

—¡Emma!

Quedé recta al instante tras oír el grito furioso de mi jefe.

—Te estoy hablando. ¿Qué cosa te tiene tan distraída el día de hoy?

—Lo siento, pensaba en lo de la boda de mi amiga.

—Te necesito concentrada en esto. Falta poco para empezar la apertura. Después tendrás tiempo de pensar en las bodas de tus amigos.

—Estoy concentrada, Sr. Rinaldi.

—No parece que lo estés. Sé que han sido días difíciles con esta última colección del año, pero piensa que que falta menos para tomarnos un buen merecido descanso por nuestro esfuerzo — respiró hondo, acomodando su caro y hermoso traje por milésima vez—. Si no estás centrada tampoco lo voy a estar. Sabes que este trabajo es como un matrimonio; si respiramos desiguales vamos a morir.

Colin (Bilogía King II)(En Físico)[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora