INESPERADO AMOR DEL CEO

CAP:10. ¿Él es Daniel Bennett?.

Lizzy había vuelto justo en el momento donde Thiago le pedía ser la heroína,  ¿Qué rayos estaba pasando?. Ella había estado luchando por este papel desde hace un tiempo y siempre se le era negado. Ahora aparece su hermana y se lo ofrecen como si nada. ¿Acaso estaba  Thiago loco?.  ¿Quién se cree que es para menospreciarla?. los dientes  de Lizzy rechinaban del coraje que sentía.

Rouss y compañía voltearon en dirección a la voz, viendo a Lizzy junto a Bratt y la desagradable de Cristal.

Lizzy ahora llevaba un vestido en tono pastel hasta la rodilla con algunos dibujos en el y Cristal tenía uno de color lila con unas flores sutiles en el.

–Sr. Thiago, ¿Cómo esta?– Saludo cordialmente Lizzy con una sonrisa en sus labios.

–La señorita menor Wyner es muy cordial,  espero que este bien– musito Thiago con voz tranquila mientras le sonreía cordialmente.

Bratt le asintió en saludo y luego posó sus ojos en Rouss. Viendo esa cara tan hermosa sin expresión alguna al verlo.

–¿Por qué le estas ofreciendo la heroína a esta bastarda?, Lizzy se ha estado preparando para este papel desde hace tiempo– gritó molesta Cristal mirando con desprecio a Rouss fulminándola con la mirada.

–Señorita Miller, esta es mi producción, ¿Qué tiene de malo que escoja a quienes quiero que actúen en ella?– indagó Thiago con un rostro sonriente, pero esta sonrisa no llegaba a sus ojos.

–Sr. Rossi, me alaga con su ofrecimiento,  gracias por tenerme en cuenta–  musito Rouss con una sonrisa en su rostro mostrando sus perfectas perlas blancas.

Thiago se quedo hipnotizado al verla sonreír,  esta mujer era simplemente hermosa y resplandeciente –no tienes porque agradecer,  eres justamente lo que estoy buscando, eres perfecta– respondió después de salir de su aturdimiento al verla sonreír.

–Eres una mujer tan envidiosa y vil, seguramente ya te revolcaste en su cama para que te diera el papel, una perra como tu no tiene mas artimañas bajo su manga que.…– ‘slap', un fuerte sonido de una cachetada resonó en el lugar dejando a todos conmocionados.

Con una miraba aturdida por el golpe,  Cristal miraba a Rouss. Sus ojos se tornaron vidriosos y rojos, sin pensarlo,  levanto su mano para regresarle la cachetada. Nunca nadie le había puesto una mano encima para que viniera esta bastarda hacerlo.

Antes que la mano de Cristal aterrizada en la mejilla de Rouss, su mano fue fuertemente sujetada sin tener éxito.
La mirada de todos se poso en el joven que la sujetaba, era delgado, de cabello castaño con unos lentes.  Su agarré  era fuerte sobre la muñeca de Cristal. Su movimiento fue rápido adelantándose a Thiago y Janet para detenerla.

–Maldita, ¡como te atreves a golpearme!, esto no se quedará así,  me las pagarás– gritó  con la cara retorcida furiosa tratando de soltarse del agarré del sujeto que la sostenía, –suéltame, seguramente eres uno de los tantos  que te revuelcas con ella – escupió con asco y repulsión.          
                         
Pero al ver que  no la soltaba, llamo débilmente  --hermano.

La mirada furiosa y fría de Bratt aterrizo en Rouss, sus ojos destilaban tanto odio como resentimiento –Rouss, no tienes ningún derecho de pegarle a Cristal,  eres tan malvada y rencorosa que tu corazón debe estar podrido de tanta maldad– escupió con los dientes apretados.

Las comisuras de los labios de Rouss se torcieron de medio lado dando una sonrisa ladina mientras que un velo de frialdad cubría el lugar –él sr. Miller dice que soy rencorosa y malvada por defenderme de los insultos  que son dirigidos a mi. ¿Acaso pretende usted que me deje pisotear para ser una persona buena y bondadosa?.  ¿Desde cuando defenderse se considera un delito?. Es usted muy imparcial en el nombre de la justicia – respondió Rouss tan fríamente que cada palabra que soltaba era como un golpe de hielo que se incrustaba en los corazones de los presentes,  exacto para Janet y  Thiago que estaban fuera de esta atmósfera fría y el joven recién llegado por ayudarla.

Bratt se quedo sorprendido en su lugar juntó a los demás, su boca se abría queriendo decir algo pero nunca salió nada. –tu….– Soltó recuperándose  de su estado aturdido,  siendo interrumpido por Lizzy.

–Hermano mayor, perdona a Rouss, sus acciones no fueron las mejores. Al final, todo esto por mi culpa,  no lo tomes contra ella– expresó con un tono lleno de angustia y un rostro abatido mirándolo con ojos suplicantes y tristes. Aunque lo que dijo parecía inofensivo,  tenía un trasfondo turbulento que no paso  desapercibido por Rouss.

–Tonta, ¿como podría enojarme contigo?, tú no tienes la culpa de nada, si alguien tiene la culpa definitivamente es esa malvada– respondió atrayéndola a sus brazos con tanta dulzura y amor.

Lizzy le dedico una mirada de superioridad que claramente decía ‘he ganado' a Rouss, sintiéndose encantada al saber que jamás podrá tener la confianza y la atención de Bratt nuevamente.

Rouss frunció el seño con disgusto al verlos, ¿Cómo pudo  amar como loca a este hombre?, que desagradable vista.

–Señor– titubeando un momento al no saber su nombre –gracias por su ayuda– vocifero Rouss mirándolo con  ojos tranquilos  y un rostro sereno.

–Secretario Parker– saludo Thiago –¿dónde esta Daniel?– preguntó mirando a su alrededor.

Sino fuera por esta bella mujer llamada Rouss Wyner, no estaría en este lugar aburrido. Su jefe que  nunca,  pero nunca miraba a las mujeres ni mostraba el más mínimo interés en ellas, ¡de la nada le  había mandado a investigar a esta chica!. ¿Era este de verdad milagro?. Su jefe, ¡incluso sonrió cuando la vio hace un momento!,  mandándolo a su ayuda,  esta actitud repentina, si, debe ser un milagro.

Además, él nunca asistía a estos eventos,  pero como le había informado que la belleza asistiría, no dudo un segundo en querer asistir.

Junto cuando iba a responder, una figura alta e imponente con aura fría, distante y glamurosa caminó hacía ellos. Cada paso que daba era firme como  dagas de hielo que se instalaban  en sus corazones haciéndolos congelar hasta los huesos.
La intensa mirada de Daniel  solo estuvo fija en Rouss,  sus ojos eran profundos con un brillo desconocido mientras la miraba.