CAP:12. Cena.

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Después que Rouss había firmado,  el abogado también agregó su firma entregándoselos.

–Oficialmente eres la dueña de todo, estos títulos de propiedad son tuyos, máximo  en una hora, recibiera el deposito– le dijo Ethan mirándola con una mirada suave y ojos cálidos como si estuviera viendo a su nieta. Asiendo que el cuerpo de Rouss se colocara rígido ante su mirada sin saber como reaccionar, tenia años sin recibir este tipo de mirada.

El señor Morris se levanto tomando su maletín para marcharse,  haciendo que la vieja señora se recompusiera de su impacto por la noticia. –Sr. Morris , ¿Por qué no supimos de esta herencia anteriormente?– indagó  con los dientes apretados con evidente molestia en su tono.

Ethan la miró sin evidente molestia por su tono  marcando cada palabra dicha –la Sra. Larton dejo muy especificado que la herencia No debía ser conocida por nadie antes que la señorita Wyner. Temía que pudieran  arrebatársela sin antes ella saber de su existencia– él era un veterano en este medio,  había sido testigo de innumerables métodos poco ortodoxos que usaban las personas para apoderarse de éstas herencias.

–¿Qué estas tratando de decir?, cuida tus palabras– gritó molesto Don levantándose de su puesto.

–Sr. Wyner, solo estoy respondiendo la pregunta de la Sra. Wyner con las palabras que dejó atrás mi  cliente– respondió sin prisa y con tranquilidad. Volviendo su mirada a Rouss, le dijo: –señorita Wyner, en los documentos que le di está toda la información que debe saber–.

Rouss asintió, como ya estaba lúcida tenía muchas preguntas que quería hacerles –Sr. Morris, Emma Termintglut, ¿es familiar de Nancy?– inquirió mirándolo fijamente sin reflejar en su rostro la expectación que tenía por la respuesta.

Nunca supo que Nancy tuviera una hermana. Aunque el apellido  Termintglut no era tan común,  tampoco quería decir que fuera único.

–Efectivamente,  son hermanas, es la hermana menor, ella Sera quien te explique todo sobre la compañía– vociferó con un tono tranquilo conteniendo algo de calidez. –ya que he terminado mi trabajo es hora de marcharme, señorita Wyner,  cuando tenga algo de tiempo,  pase por mi oficina para hablar sobre la herencia que le dejo su madre, tengo entendido que tampoco sabe mucho al respecto, ¿cierto?–  le preguntó sabiendo la respuesta.

Don y los demás se tensaron al escucharlo mencionar esa herencia , hasta ahora,  ellos se habían hecho cargo de ella y no estaban dispuestos a cederla como si nada.

Al escuchar su pregunta,  Rouss se sorprendió un poco, en realidad aún no sabía nada de ello, solo sabía lo que le había dicho su abuela. –tiene razón,  no se nada al respecto,  entonces discúlpeme,  lo estaré molestando en este asunto– pidió sinceramente su ayuda. Debía saberlo todo para poder tomar las medidas necesarias.

Ethan le confirmo a Rouss, despidiéndose y marchándose ya que iría a ver otro cliente.

–¡Tú!, ¡pequeña bastarda!, llevas días en la ciudad y no fuiste capaz de avisarle a tu padre, ¡que hija tan poco filial tengo!– escupió Don molesto apuntando a Rouss con el dedo.

La fría mirada de Rouss se fijo en él.                     
  
¿Ahora era su hija?, ¿Cuándo ha sido un padre para ella?, '¡ja!, ¿a quién le está actuando si no ahí espectadores?, solo están montando un espectáculo barato', grito internamente Rouss con desprecio.

Esa mirada fría de Rouss  hizo que Don se tensara en su lugar,  ‘esta bastarda, merece que le de una lección’ se dijo a si mismo, al tiempo que escuchaba la voz de Rouss –padre, ¿Por qué dices que no te lo dije?, ¿acaso has olvido que le avise al llegar?– musito Rouss con voz perezosa y sin pizca de emoción.

Sally miro con ojos acusadores a su hijo,  haciendo  que la columna vertebral de este sintiera un aire frío empezando a  sudar. –pasemos al comedor– demando en exigencia sin objeción.

Debían tomar medidas para apoderarse de la herencia que acababa de recibir esa bastarda. Era el pensamiento de los tres presentes.

El ceño de Rouss se frunció en disgusto al escucharla, frunciendo sus labios se levantó caminando hasta el comedor sin decir una palabra,  por el momento era mejor seguirles la corriente para que no estuvieran alerta con ella.

Al llegar, miró los puestos repartidos en la mesa, en la cabecera iba su abuela, luego su padre y esa mujer,  al otro lado Lizzy y… Había un puesto de más. ¿Así que había un invitado?.

Frunciendo sus labios tomo lugar en el último puesto, su aura arrogante,  fría e indiferente estaba que hacía explotar a su padre.

Fanny estudio detenidamente a Rouss,  pero por más que la  miraba, no encontraba ni una sola onda de perturbación en su rostro y no sabía que estaba pensando dejándola algo inquieta.

Por otra parte, Sally estaba contenta por la actitud  ‘sumisa' de Rouss, pero eso tampoco quería decir que estuviera totalmente confiando en ella. –¿hace cuanto estas en la ciudad?– indagó mirando a Rouss seriamente.

Rouss no se inmuto por su mirada y su tono, tranquilamente levantó sus parpados –hace aproximadamente  tres semanas, abuela– respondió sin pizca de emoción.

–En unas semanas, el joven Miller hará  oficialmente su relación con tu hermana,  y posteriormente  fijarán una fecha para su matrimonio, espero que sepas compórtate– espeto Sally fríamente con una obvia amenaza en ella.

‘¿Así  que este era su plan desde el inicio?, buscando intimidarme  para que no le causara problema a su querida Lizzy’, la ira se encendió en el interior de Rouss,  pero su rostro permaneció sin cambio mientras decía –entonces,  ¿solo quieren que apoye a Lizzy  y me quede callada todo el tiempo?, ¿Verdad?– dijo tranquilamente, después añadió  –lo único que les importa es el bienestar  de ella, pero, ¿dónde queda su interés  por mi bienestar?– termino de agregar mirándolos con los ojos entrecerrados.

–¿A quién le importa el bienestar de una bastarda como tú?, debiste quedarte en donde sea que estuvieras y no volver a molestarnos con tu presencia– gritó su padre golpeando la mesa mientras se levantaba furioso.

–Cariño, relájate, la estas asustando– intervino Fanny mirándola con una cálida sonrisa.  Quizás con su intervención, podía hacer que esa mocosa confiera en ella, pero su sonrisa se congeló en su rostro al escuchar a Rouss hablar.

‘Tan falsa como la hija' pensó Rouss –no necesito de tu falsa preocupación, no seas tan hipócrita– dijo fríamente.

–Tú...tú …– Don tenía la intención de llegar hasta ella  y proporcionarle un buen golpe para enseñarle a respetar,  pero justo en ese momento llegó Lizzy.

–Abuela, padres,  perdón por llegar tarde,  tuvimos un inconveniente– se disculpo Lizzy con voz suave y una cálida sonrisa. La cual se congeló un momento al ver a Rouss,  pero se recupero inmediatamente. –Hermana,  estas aquí– le hablo con afecto.

–Señores Wyner, sentimos la demora– musito Bratt guiando a Lizzy a sus lugares  ayudándola a sentarse.

Rouss no les dedico ni una sola mirada, ‘¿estas personas nunca se cansaría de querer humillarla?’, se pregunto.

–Ya que están aquí, empecemos con la comida– musito Sally mirando a Lizzy cálidamente.

–Hermano Bratt,  come algo de vegetales y carne– hablo Lizzy suavemente con un sonrojo en su rostro mientras le servía en el plato mirándolo con amor. Ya que Rouss estaba presente,  debía mostrarle lo íntimo que eran.

Bratt le agradeció, también llenando su tazón con comida,  como una pareja de recién casados demostrándose su amor.
Rouss no movió sus manos para comer,  quizás tenía miedo que su porción estuviera envenenada.

–¿Por qué no estás comiendo?, cualquiera pensara que te estamos negando la comida– vocifero Don mientras le servía una ensalada que contenía nueces en su plato como si fuera un padre amoroso con ella.

La mirada de Rouss se pasó en esa comida mientras una sonrisa sarcástica se formaba en sus labios –¿Sera posible qué a mi padre se le han olvidado algunas cosas importantes– musito con voz calmada mientras jugaba con la ensalada sin levantar la mirada.

–¿Qué tonterías estas diciendo?, jamás olvido algo importante–espetó  Don mirando a Rouss fríamente.

–Oh, ¿es así?, entonces padre esta tratando de perjudicarme involuntariamente o su memoria esta fallando– expreso Rouss levantando la mirada viendo a su padre fijamente.

La mirada de Bratt se movió a la comida de Rouss, y casi... casi por inercia extiende su mano para sacar las nueces de la ensalada ya que Rouss es alérgica a ella.

–Hermana, ¿Qué estás diciendo?, padre siempre ha tenido buena memoria– expuso Lizzy  mirando a su padre cálidamente.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora