Capitulo:48. Sobredosis de vinagre.

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Al haber llegado a la villa, Joseph los estaba esperando. Daniel levantó a una Rouss con los labios hinchados y con la respiración agitada en sus brazos llevándola a la habitación.

La tía Maya se había alarmado al ver el estado de la señorita, se fue corriendo a la cocina a prepararle algo de comer ya que Daniel había rechazado su ayuda al querer limpiar la sangre de su cuerpo.

Con mucho cuidado, Daniel empezó a limpiar sus brazos con un paño mojado mientras Joseph revisaba su tobillo, el cual estaba muy rojo e hinchado.

--Daniel, tu esposa tiene un esguince, puede demorar entre cuatro o seis semanas en sanar. Si hubiera seguido forzando el tobillo es probable que tuviera que colocarle una férula de yeso. Pero afortunadamente no es necesario, solo con una venda es suficiente, no debe esforzar el pie si no quiere que la lesión empeore—informó Joseph aplicándole un ungüento y colocándole el vendaje.

Daniel asintió al escuchar el informe de Joseph mientras miraba las hermosas manos de su mejor con rasgaduras en ellas, su corazón sangraba al verlas. ‘Malditos bastardos, maldita familia Wyner, ¡les cobraré cara rasgadura en sus preciosas manos con lo que más les duela!, ¡les juro que no quedara ni su recuerdo después que acabe con ustedes!. Gritaba furioso en su interior besando suavemente sus manos.

La cara escarlata de Rouss se volvió más brillante al ver lo gentil que era su hombre.

Joseph se hizo el ciego y él desentendido al ver sus muestras de cariño, lo mejor era terminar rápido su trabajo y marcharse.

Así que con sumo cuidado, manos temblorosas y sentir finas gotas de sudor en su espina dorsal al percibir la penetrante mirada sobre él al haber sujetado las manos de Rouss para tratarlas.

¡Por Dios!, ¡que hombre tan celoso!, nunca había conocido esa cualidad de su amigo. ¡Qué hombre para beber vinagre!.

Los penetrantes ojos negros de Daniel fulminaban  intensamente a Joseph al tiempo que tenía los labios fuertemente presionados aguantando las ganas de quitar sus garras de las manos de su mujer, ¡debe recordar mejor llamar a Sofía la próxima vez!.

Sofía también era su médico de cabecera, era muy buena y lo mejor era que también era mujer, aunque con lo hermosa y encantadora que era su mujercita, cualquiera podría los ojos sobre ella, ¡Sofía también era un peligro!.

La mejor de todas las opciones era que él aprendiera medicina, ¡así podía tratarla el mismo!.

Sin saber que su hombre estaba bebiendo fuertes tragos de vinagre gracias a una persona que aún no conocía, Rouss lo llamó suavemente sacándolo de su octavo trago de vinagre –Daniel.

--Mm- respondió distraídamente en medio de su sobredosis de vinagre.

--Tengo sed—respondió Rouss mirándolo curiosamente al verlo distraído.
Daniel se levantó buscando el agua y ayudándola a tomarla.

--¿Te sientes bien?—inquirió Rouss sin dejar de mirarlo con curiosidad.
--¿Porqué lo preguntas?--.

--Porque tu ceño no ha dejado de fruncirse—respondió mirándolo atentamente.

Daniel relajo su expresión dejando un beso en su frente –Solo estoy preocupado por ti— y la verdad no mentía, estaba preocupado por su salud y obviamente debido a su vinagre.

--Estoy bien, ya estoy en casa—respondió con una sonrisa.

--Eso no me tranquiliza  completamente, ¿sabes lo que habría pasado si me hubiera tardado en llegar?—inquirió con voz molesta –te lo advierto de una vez, no te quiero cerca de esa familia, si me llegas a desobedecer atente a tu castigo—agregó seriamente con un brillo de frialdad en sus oscuros ojos.

Rouss frunció los labios sintiéndose agraviada, su hermoso rostro escarlata expresaba ofensa sin decirlo.

Daniel miró su delicado rostro agraviado, unas ganas de pincharle las mejillas lo invadieron, pero se contuvo, tomando una postura recta e indiferente le preguntó: --¿te sientes agraviada?—.
Rouss ladeo de su rostro sin responder en obvia respuesta.

Daniel dibujo una sonrisa fría en sus labios –él agraviado debería ser yo, ¿tienes idea de cómo me sentí al saber que estabas en peligro?,  ¿piensas en mis sentimientos?, ¿sabes lo que habría pasado conmigo si algo te pasaba?--.

Rouss miró el rastro de Daniel, el cual se veía alterado y fatigado, debió ser muy difícil para él, y no era la primera vez que se preocupa por ella.

--Lo siento, no volverá a pasar—musito suavemente.

--¿Acaso habrá una próxima vez?—inquirió frunciendo el ceño peligrosamente.

Rouss negó rápidamente con la cabeza –no la hay, te prometo que te obedecerá la próxima vez—respondió dócilmente.
Al escuchar sus palabras, Daniel se sintió satisfecho, estirando su mano pellizco su mejilla.

Una tos seca sonó llamando la atención de los esposos.

--Ya termine con mi trabajo, estas son las indicaciones que debe seguir— vociferó Joseph entregándole las indicaciones.
–Señorita, espero que se recupere pronto—agregó recibiendo una fuerte mirada por parte del bebedor de vinagre.

Joseph coloco los ojos en blancos, ¡a la próxima que se encargue Sofía!, exclamó internamente al caminar hacia la puerta, --¡Ah, por cierto!, este es un antídoto que puede ayudarla, no contiene ningún componente que coloque en riesgo su salud—dijo dejándolo en la mesa que estaba cerca –aunque creo que no lo necesitan—susurró,  pero de igual forma Daniel lo escucho.

Cuando Joseph iba bajando las escaleras, Matheus subía para ir a entregarle el informe a su jefe.

--Es mejor que no los molestes hasta mañana— le sugirió amablemente.
Matheus no entendió al principio porque lo decía, pero luego recordó la condición de la señorita, dando una tos se devolvió y le advirtió a la tía Maya que no los molestara.

Después de haberse quedado solos, Rouss que estaba controlándose y  suprimiendo lo mejor que podía el intenso calor en su cuerpo, empezó a removerse inquieta.

--Maridito—susurró coquetamente.
Los ojos del depredador se volvieron oscuros y dilatados mientras miraba a su deliciosa presa, pero dudaba en acercarse ya que temía que Rouss no estuviera completamente segura y después se arrepintiera.

--Esposo, no te estas aprovechando de mi, aún tengo conciencia y estoy dispuesta—susurró Rouss mirándolo tímida pero decididamente.

Al escuchar su declaración, Daniel dejó de contenerse lanzándose y presionándola en la cama devorándola completamente.
Bebió, comió y se sacio de su mujer toda la noche, dejándola descansar al amanecer.
….

Una ráfaga de calor y humedad hizo estremecer el cuerpo de la joven en la cama. Su blanquecina espalda estaba expuesta dejando ver muchos moretones, sobre todo uno que tenía en su cuello ladeado.

Sus gruesas pestañas negras estaban caídas sobre su párpado menor en señal que estaba dormida.

Su respiración era suave y tranquila. Algunos mechones de su cabello negro estaban esparcidos sobre su mejilla  contrarrestado con su blanca piel.
Unos profundos ojos escudriñaban el hermano rostro de su mujer, con delicadeza apartó el cabello de su mejilla, dejando un beso en esta.

Las yemas de sus dedos acariciaron suavemente la suave piel de seda en su espalda, luego su mejilla y por último acarició sus labios, acercando su rostro dejo un beso en estos, los cuales arrastró por su mejilla y espalda.
El cuerpo de la joven volvió a removerse al percibir algo húmedo y caliente en su espalda .

Sus gruesas pestañas empezaron a revoletear dando indicios que se estaba despertando.

--Buenos días—susurró una voz varonil en su oído, sintiendo su cálido aliento haciendo que se estremeciera.

Los somnolientos ojos de Rouss miraron el atractivo rostro que estaba a milímetros del de ella, una sonrisa floreció en sus finos labios –es muy agradable despertar de esta manera—susurró levantado su mano envuelta en venda y acariciando el rostro de su esposo.

--Así despertarás todos los días—le dijo Daniel besando su mano y luego sus labios.

--Tomemos un baño juntos—propuso Daniel levantándose de la cama, dejando a la vista su torso desnudo lleno de moretones, y al girarse su espalda tenía arañazos debido a la intensa noche que habían tenido.

El rostro de Rouss se sonrojó al recordar todo lo había sucedido. Llevada por la vergüenza se envolvió en la cobija.
Daniel la sacó de su capullo abrazándola fuertemente. ¡Su mujercita era tan adorable!.




INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora