cap:13. Ahora están juntos.

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Una vacilación paso por los ojos de Bratt al mirar a Rouss,  ‘¿acaso no sabían que era alérgica a las nueces?, ¡eso era imposible!,  ellos eran su familia’ termino por concluir sin darle mucha importancia.

Rouss recargo su cabeza despreocupadamente  en su mano mirando a su ‘familia’ que aparentaban tener una buena relación con ella, una sonrisa divertida brillo en sus hermosos ojos negros –ya que padre tiene buena memoria y nunca olvida las cosas importantes , ¿Cómo es que olvido que soy alérgica a las nueces?, algo tan importante para su hija, ¿Cómo  pudo olvidarlo?. O en primer lugar,  quizás nunca lo ha sabido– tanteo con la mirada sonriente mirándolo directamente.

Don se congeló en su lugar,  la mano que sostenía el tenedor quedo suspendida en el aire temblando  ligeramente, sus ojos abiertos como platos miraban a Rouss –tú...¿eres alérgica a las nueces...?– Pregunto aún en su trance, haciendo que el ceño de Rouss se frunciera y sus labios se crisparan.

Al ver la situación,  Fanny pellizco a su esposo para que se recuperara –¿Cómo crees que tu padre lo olvidaría?, fue negligencia mía, dame un segundo, ¡Stella!– gritó con una sonrisa.

La empleada llego enseguida ante su llamado –diga señora– dijo suavemente al llegar con la cabeza inclinada.

–Retira el plato de  Rouss y prepara una ensalada que no contenga nueces– ordenó tranquilamente mirando a Rouss –espera un poco, algo así  no volverá a pasar–.

–Ya que todos han terminado,  pasemos al salón– propuso Sally levantándose con la ayuda de su bastón. Los demás la imitaron llegando al salón, como siempre,  Rouss se sentó alejada de todos.

¿Cómo dejaría Lizzy pasar esta ocasión para restregarle su relación a Rouss en la cara?, y más aún, ya tenía algo en su contra,  ‘¿así  que era alérgica a las nueces?, que interesante’. Usaría muy bien esa información. Con una sonrisa cálida, se apoyo en el hombro de Bratt entrelazando sus dedos, –hermano Bratt,  tienes unas manos muy cálidas– susurró con la intención para que Rouss la escuchara.

–Las tuyas son más cálidas y lindas– le susurró en respuesta besando su coronilla. Los dos estaban en una atmósfera tranquila y llena de amor, olvidando que no estaban  solos.
Inconscientemente Rouss miro sus manos, llegando un recuerdo a su mente.

Era invierno en ese momento, el frío era vivido todo el día, pero en las noches era más fuerte.

Ese día había quedo con Bratt para ir al cine.  Llevaba una bolsa caliente para las manos en su mochila por si era necesario. Con una sonrisa en su rostro, esperaba a Bratt sentada en la parda de autobuses, ella no tenía coche,  así que este era  su  medio de transporte.

El coche de Bratt se estacionó frente a ella, automáticamente se levanto de su lugar con una hermosa sonrisa en su rostro,  –llegaste–, le dijo al estar rodeada por los cálidos brazos de Bratt que había salido del coche a su encuentro. –mm, ¿esperaste mucho?– pregunto preocupado que estuviera expuesta al frío por mucho tiempo y se resfriara.

–No, acabo de llegar– negó Rouss, aunque si tenia tiempo esperando,  siempre que saldrían juntos,  llegaría media hora antes.

Bratt la tomo de la mano para ir al coche, pero es detenido por ella,  –tus manos están frías, tengo una bolsa caliente, te la voy a dar– le dijo al tiempo que la buscaba en su mochila.

Una sonrisa cálida se formo en el rostro de Bratt, tomando sus manos suavemente le dijo: –no necesito una bolsa caliente,  tus manos son muy cálidas y para mi son suficientes–.

Bratt era muy atractivo, la luz se proyectaba en el haciéndolo ver tan hermoso e inalcanzable, sus hermosos ojos verdosos la  miraban con tanto amor y calidez que se perdió en ellos sintiendo su corazón latir como loco. Lo amaba tanto que haría cualquier cosa por él, ya que solo con él estaba dispuesta a pasar el resto de su vida.

Volviendo a sus sentidos, Rouss ve su propia mano presionando su corazón que en algún momento había latido más de lo normal,  pero este latido estaba acompañado de dolor y sangre. Algunas viejas heridas se habían abierto para permitirle gotear este líquido carmesí recordándole su pasado y su presente, donde una vez había amado con todo el alma, con toda la pasión que tenía,  dando todo sin dejar reservas, entregando todo de si, entregando su corazón sin pensar y el cuál  había sido estrujado y partido sin compasión.

Rouss levanto la mirada, viendo a ese par en su mundo al tiempo que un destello de dolor paso por sus ojos, destello que no paso desapercibido por Lizzy y su madre,  sintiéndose encantada con verlo.

Como si percibiera la mirada de Rouss,  Bratt miro en su dirección, encontrándose  con su mirada, sus ojos reflejaban dolor y tristeza,  sin una pizca de brillo de la cual hace unos minutos tenía ,quedándose  sorprendido al verlos.   Un fugaz recuerdo pasó por su mente, viendo a Rouss parpadear y  una pequeña lágrima se deslizaba por su mejilla tan caliente que le quemaba la piel, haciéndola reacción de su estado lamentable.

Girando la miraba rápidamente , revoletea sus largas pestañas para quitar todo  rastro de lágrimas,  ¿Qué había pasado?, ¿Cómo es que permitió que su corazón latiera más allá de su función de mantenerla viva?. Ajustando sus emociones y su expresión, volvió  a su apariencia indescifrable y fría. Mejor era irse,  ya no aguantaba más este circo barato.

Una onda se removió en el interior de Bratt al ver la mirada de Rouss,  pero rápidamente se disipo sin dejar rastro,  con una mirada indiferente, volvió su atención a Lizzy.

–Ya los preparativos se están haciendo para anunciar su compromiso, el evento está cada vez más cerca y posteriormente el de la boda–  decía alegremente –ya imagino a Lizzy en su hermoso vestido blanco como toda una princesa– espeto Fanny con una radiante sonrisa en su rostro mirando a la pareja,  haciendo que Lizzy se sonrojara.

–¡Mamá!– se quejo avergonzada enterrando su cara en el pecho de Bratt,  haciendo que este sonriera acariciando sus cabellos,  ‘Lizzy  es están dulce y refrescante, me da tanta tranquilidad y paz’.

Tomando su cartera, Rouss se levantó de su lugar mientras decía con voz firme y fría –ya es tarde, es hora de que me valla– dijo dándose la vuelta  caminando a la salida sin esperar respuesta de nadie. La brisa fría golpeo su cara al salir haciendo que se estremeciera un poco, pero no detuvo sus pasos, quería abandonar cuanto antes ese lugar, pero la desagradable voz de Lizzy la llamó –hermana–. Rouss siguió caminando sin detenerse.

Apretando los puños, Lizzy corrió parándose delante de ella sin intención de moverse –hermana, ¿Por qué te vas tan rápido?, aún no hemos tenido la oportunidad de conversar – dijo con una sonrisa sarcástica y un brillo en sus ojos.

–No me interesa hablar contigo– vocifero Rouss dando un paso para marcharse, pero, ¿Cómo lo permitiría Lizzy tan fácilmente?.

–Hermana espera– dijo tomándola de la muñeca,  justo cuando Bratt venía en su dirección.

–Suéltame– ordenó Rouss con los dientes apretados,  viendo un brillo astuto y una sonrisa siniestra en el rastro de Lizzy,  para al siguiente segundo balancear su mano junto con la de Rouss cayendo al piso con un rostro de sorpresa en su rostro.

–¡Lizzy!– gritó preocupado Bratt al verla caer corriendo hasta ella ayudándola a levantarse, sus ojos llenos de hostilidad  miraron  a Rouss, –¿acaso eres humana?, ¿no tienes ni una pizca de humanidad en ti?, tu sucio y podrido corazón jamás podría ser humano. Una mujerzuela como tu  solo  sabe arrastrarse a la cama de los hombres para conseguir lo que quiere, estas tan sucia, tan podrida que tu sola existencia es una abominación existencial– escupió con tanto odio que  Rouss sentía una neblina asfixiarla al mirar su hostilidad en sus ojos.

¿Por qué?.

¿Por qué alguna vez le entrego su corazón a este bastardo?.

¿Por qué permitido que los recuerdos del pasado la afectaran?.

Con una mira fría espeto –al final , el destino coloca las cosas en su lugar,  ahora están juntos– una sonrisa  ladina y fría se formo en sus delgados labios –una basura siempre hallara su lugar juntó a las demás, y ustedes no serían la excepción– termino de agregar pasando por  sus lados marchándose.

La felicidad que Lizzy estaba sintiendo aumento al escuchar la primera frase de Rouss, por fin la estúpida de su hermana aceptaba la derrota después de ser humillada, su deleite no pudo ser oculto en sus ojos al mirar al Rouss. Pero al escuchar las siguientes palabras,  era como un cubo de agua fría bañándola completamente haciendo que su cuerpo temblara sin poder evitarlo.

Sus ojos lleno de odio y desprecio miraron a Rouss perforando su cabeza, como quería matar a esa maldita y desaparecerla para siempre.
Claro que  Bratt también  había quedo impactado al escuchar sus palabras, ‘¿quién era esa mujer?’ la Rouss que el conocía  jamás tendría  un lenguaje tan vulgar.

Mirando por ultima vez su espalda recta y sus pasos firmes, cubrió a Lizzy con su abrigo  llevándola al interior de la casa.

Después que Rouss abandonara  la villa, camino por las calles esperando que un taxi pasara, pero ya era algo tarde y esta zona residencial por lo general era sola.

Unas brillantes luces apuntaron en su dirección, Rouss entrecerró sus ojos cubriéndoselos un poco para evitar la maleta luz y un Maserati  gris-plata se detuvo  frente a ella, viendo una cara familiar al bajarse la ventanilla.

–Señorita Wyner , un gusto volver a verla– saludo con una sonrisa Matheus.

–Sr. Parker– respondió Rouss con una leve desconfianza en su entrecejo.

–Estas calles están muy solas y puede ser peligroso que la señorita Wyner camine sola, por favor  permítanos  llevarla a su destino–  le propuso con una mirada sincera  y transparente sin albergar algo más.

Rouss lo pensó por un momento,  ya lo había conocido en la fiesta y también a su jefe,  y seguir caminando por las calles solas no era seguro. Así que asiente  levemente en confirmación. Aunque no había procesando bien las palabras del otro.

Matheus ya se había bajado teniendo la puerta abierta con una sonrisa mientras pensaba, ‘ya que mi jefe se siente atraído por esta mujer, debo ganármela para  tener unos buenos tiempos mas adelante’.

Rouss se subió ignorando  sus pensamientos y también que en realidad ellos sabían que ella estaría con su familia y la estaban esperando, su jefe estaba impaciente por volver a verla.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora