Cap:65. Epílogo. Parque de diversiones.

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La villa jamás había estado tan animada como lo estaba en la actualidad, y todo se debía a los nuevos integrantes de la familia.

Una hermosa sonrisa estaba enroscada en lo labios de Rouss al ver a sus hijos. Si le hubieran dicho hace diez años que se casaría con él hombre más rico y temido de toda la ciudad y que además volvería amar y tendría hijos, se había reído fríamente y le habría lanzado una afilada mirada fría congelando hasta la muerte.
Pero ahora no solo tenía seis años de casada con él hombre más poderoso y que a la vez era un sinvergüenza intimidador sino que tenía tres hermosos hijos con él.

Su hijo mayor tenía seis años, y los gemelos tenían tres años y…cabe la posibilidad que este nuevamente embarazada, aunque solo es una sospecha, aún no la confirmado.

--Mami, mami, ¡Nya quiere jugar!—gritó su pequeña hija de tres años alzando sus brazos para que la sostuviera.

Rouss dejo la taza de te sobre la mesa levantando a su pequeña princesa en brazos, los ojos negros de Nya brillaban como dos estrellas al mirarla con alegría.

Su pequeña amaba el color rosa, así que tenía un lindo vestido color rosa y una diadema de rosas en su oscuro cabello.
--¿Qué desea jugar la princesa?—inquirió Rouss dejando un beso en su regordeta y rosada mejilla.

--Mami, ¡Nya quiere jugar con él rey papá y la reina mamá!—exclamó felizmente con sus brillantes ojos expectantes.

--El rey papá está trabajando. ¿Dónde están tus hermanos?--.

--Niel y Nil están jugando en el estanque, no me dejan jugar con ellos—se quejó la pequeña Nya en medio de un adorable puchero.

Rouss levantó la mirada viendo a sus dos hijos mover con unas ramas los lotos que estaban en el estanque.

De todos los lugares de la villa, ¡les encantaba pasar tiempo en el pabellón!, y el cual también era su lugar favorito, ya que en este lugar su vida había cambiado para siempre.

--Mi linda sobrina se ve muy hermosa, ¡luce como toda una princesa!— exclamó Janet con una sonrisa.

--¡Tiaaa!, ¿Cuándo nacerá mi primita?, quiero jugar con ella, mis hermanos no quieren jugar conmigo—musito la princesita con voz triste.

Sus hermanos aunque jugaban con ella y la querían y consentían, siempre terminaban alejándose para jugar sus juegos.

--Ya falta poco princesita, pero aún te toca seguir esperando un poco más—respondió Janet con una sonrisa acariciando su abultado vientre de siete meses.

La pequeña princesa hizo pucheros al escucharla, terminando de aceptar lo dicho a regañadientes.

De sus tres hijos, su hija era la que más se parecía físicamente a Daniel y la que era la más extrovertida, por el contrario, su hijo mayor Niel era callado y muy maduro, siempre tenía esa aura como la de su padre a su alrededor. Nil era travieso, pero también sabia comportarse.

--Rosy, ya debo irme, Mat ya llegó—dijo Janet al levantarse con cuidado ya que irían a su control mensual. Su abultado vientre le dificultaba un poco hacer las cosas que anteriormente hacía con facilidad.

Rouss la despidió, viendo a Matheus tomar su cartera y tomándola del brazo para ayudarla a caminar, ¿Quién diría que esos dos terminarían juntos?.

--Mami, vallamos a ver papá—propuso la pequeña princesa entusiasmada.

Rouss lo pensó por unos segundos, eran las diez de la mañana, pronto sería la hora del almuerzo y podían almorzar juntos, y si Daniel podía, le diría para ir al parque de diversiones.

--Claro hija. Niel, Nil— llamó Rouss a sus hijos, los cuales dejaron de jugar con el agua acercándose a ella.

--Diga madre—dijeron al llegar.

--Iremos a ver a su padre, busquen sus abrigos—musito Rouss con una sonrisa acariciando sus cabezas y sus mejillas, haciendo que Niel frunciera el ceño.

Rouss soltó una pequeña sonrisa al verlo, sabía que a su hijo no le gustaba que lo tratarán como un niño, pero siempre se dejaba acariciar por ella así no le gustara.

Después que se colocarán los abrigos y Rouss le avisará a la tía Maya que almorzarían afuera, se subieron en el lujoso coche, Marcos cerro la puerta para posteriormente subirse y ponerse en marcha.

Cuando llegaron a la compañía, el personal se sorprendió al verlos, ya que muy pocas veces ellos visitaban a Daniel.

Y como era de esperarse, no faltaron los susurros al verlos halagando la belleza de la familia.

Cómo Matheus no estaba, fueron recibidos por Lucas, uno de los otros asistentes de Daniel.

--Sra. Benett, jóvenes maestros, el presidente se encuentra en este momento atendiendo a un invitado, por favor…

Antes que Luca terminará de hablar, la pequeña princesa ya había salido corriendo entrando a la oficina, gritando un: --¡Papi!— para posteriormente abrazar la pierna de Daniel como un pulpo de color rosado.

Daniel fue tomado por sorpresa al ver a su hija ingresar corriendo, todo lo que vio fue una silueta rosa llamándolo para después verla colgada de su pierna. Con una sonrisa, estiró sus largos brazos sosteniéndola en su pecho.

--Papi, la princesa Nya quiere jugar con su rey papá—musito con sus negros ojos sonrientes,  brillantes y suplicantes  mostrando sus dientes blancos.
Daniel miró el tierno rostro de su hija expectante con una sonrisa, --manipuladora—le susurró divertidamente.

Al escucharlo, Nya coloco una expresión inocente y consentida como lo hacía su madre cuando quería conseguir algo.
¿Quién lo diría?. El gran Daniel Benett que era un zorro astuto que jamás se dejaba engañar fácilmente y vencer por nadie, ¡caería como un cachorrito en las manos de las dos mujeres que amaba!.

--Padre—saludaron sus hijos respetosamente al entrar con Rouss.

Daniel miró a su familia con una sonrisa, le gustaba mucho cuando iban a visitarlo.

Acercándose a ellos, acarició los cabellos de sus hijos cálidamente viendo a Niel fruncir la nariz, ¡sus hijos eran tan lindo como su adorable mujercita!.

Mirando a su mujer, le dejo un beso en lo labios, sabiendo que era de piel delgada, no quería avergonzarla en público.

--Sr. Rizzo,  ¿podría disculparme esta vez?. Lo molestare para volvernos a reunir—vociferó Daniel sin la sonrisa que hace un segundo tenía.

El Sr. Rizzo se levantó de la silla abotonándose el saco de su costoso traje, por su apariencia, Rouss deducía que era un italiano.

--No es molestia. Tiene una familia muy hermosa Sr. Benett—respondió el hombre de aproximadamente cincuenta años que gozaba de una buena apariencia.

Daniel le asintió y él Sr. Rizzo se retiró siendo acompañado por Lucas.
--Perdón por interrumpirte—musito Rouss con una pequeña sonrisa apenada.

--Ustedes nunca interrumpirán nada, son más importantes que cualquier cosa—dijo Daniel acariciando su mejilla para posteriormente disfrutar de los dulces labios de su esposa bebiendo de ellos hasta dejarla sin aire.

--¡Tu!... desvergonzado—gritó Rouss con las mejillas rojas debido a la vergüenza viendo a sus hijos, los cuales solo les habían dado la espalda tranquilamente sin verse afectados por verlos demostrarse afecto, ya que era normal para ellos ver a su padre intimidar a su madre.

Al escuchar a su padre ser regañado como siempre pasaba, Nya dio media vuelta corriendo a los brazos de su padre.

--Papi, tengo hambre—dijo sobándose la barriguita.

--Vallamos al almorzar, Niel, Nil, ¿a dónde quieren ir?—les preguntó Daniel.
Los tres hermanos susurraron entre ellos hasta que se decidieron por un restaurante que quedaba cerca del parque de diversiones.

Sabiendo sus intenciones, Daniel no dijo nada y se fueron a comer.

Por dónde sea que esta familia caminará, siempre llamaban la atención al ser una familia hermosa y glamurosa.

Después de haber terminado de comer, se fueron al parque, Daniel subió a Nya en sus hombros y sostenía la mano de su esposa con su mano derecha.

Rouss sostenía a Nil y Niel caminaba delante de ella tranquilamente.

--Papá, ¿Puedo tener ese arco y flecha?—tanteó Niel con los ojos brillantes.

Daniel bajo a la pequeña princesa para mostrarle a su familia lo bueno y grandioso que era con el arco dando en el blanco a todos los objetivos. Doblándose las mangas de la camisa elegantemente, tomó el arco adquiriendo una postura recta y majestuosa dando en todos los blancos.

--Papi, ¡eres increíble!—elogió Nya con ojos brillantes.

Daniel sonrió orgullosamente dejando ver sus coloridas plumas mientras le entregaba el premio a Niel.

--Gracias papá—dijo con una pequeña sonrisa en sus labios al recibirlo.

--Esposa, tienes como esposo a un hombre muy talentoso, así que también quiero un premio—le susurró Daniel en el oído con voz magnética y sexy dejándole un beso caliente.

Rouss se cubrió su oreja roja sintiendo sus mejillas calientes al tiempo que le daba una mirada feroz.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora