Cap:22. Un par de zapatos usados.

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El día del evento de anunciar el compromiso de Lizzy con Bratt había llegado, el cual daría inicio al rededor de las seis de la tarde.

La pequeña hada estaba muy feliz,  en cuestión de horas  por fin todos sabrían que Bratt le pertenecía, sobre todo la perra de Rouss. Ya quería ver su cara cuando fuera anunciado frente a ella y  así poder restregarle como la había  vuelto a vencer y que jamás volvería a tener una oportunidad de estar con su Bratt, porque todo el amor  y la atención de él estaba sobre ella.

Como quería volver a destruirla y más aún al saber de la herencia que esa perra había recibido.

 El  odió volvió a desbordarse con mayor intensidad como lava  ardiente en su interior y lo único que quería era volver a rebatarle todo y dejarla sin nada y destruida.

Por su lado, Rouss no tenía la intención de ir y  ser un trampolín para ellos, pero su padre se había encargado de amenazarla con destruir las pocas pertenecías que había logrado rescatar de su  madre antes que las quemaran y de las cuales no sabía que existían y  que   actualmente seguían en su antigua habitación en la villa.

Si no fuera porque eran cosas de su madre y eran muy importantes para ella, no había accedido al chantaje tan fácilmente. Debía buscar la manera de volver a tenerlas en su poder para no volver  a caer en sus exigencias.

Mientras pensaba en estas cosas, repentinamente otro pensamiento se coló en su mente,  o mejor dicho, alguien muy atractivo y poderoso lo había hecho.

Daniel…

Desde el día que había salido corriendo del café repentinamente dejando a Daniel atrás, no lo había vuelto a ver. Era mejor así, ese día se había demorado más de dos horas bajo el flujo constante del agua helada para volver a templar la coraza alrededor de su corazón y levantar los muros.

Sus dedos se habían vuelto tan arrugados parecidos a la uvas pasas, y sus labios tan morados desprovistos de color.

No podía negar que estaba asustada de las emociones que estaba sintiendo, en cierta parte le aterraba volver a entregar su corazón y que lo volvieran a herir, si eso pasaba, ¿de que le  habría servido pasar tanto tiempo bajo el flujo del agua helada?.

No, ella no podía permitirse tal cosa, su corazón no podía traicionarla de esa manera, el solo debía latir  para mantenerla viva y poder cobrar su venganza y la llevaría acabo sin importar que.

--Rouss,  ya es hora—le informó Emma sacándola de sus pensamientos.

 El ceño de Rouss se frunció en disgusto, ya no podía retrasar más su llegada, su padre la había estado llamando porque ya el evento había empezado.

Mirando la hora, ya eran más de las siete, su padre debía estar bien molesto.  Sin más,  se baja del coche que llevaba tiempo parqueado.  Emma se despide de ella  dándole ánimos viéndola partir. 

Emma iba hacer su acompañante para no asistir sola, pero a último minuto se presentó un inconveniente con unos de los artistas de la compañía y debía ir a solucionar.

Por otra lado, Janet esta rodando una escena nocturna y no podía asistir.

Dando un suspiro ajusta  sus emociones y con su habitual rostro frío e indiferente camina con pasos seguro y firmes hasta llegar al salón.

--¿Aún no ha llegado?—preguntó con voz molesta y fría Sally.

--No madre, pero la acabo de llamar y ya casi llega—respondió Don con voz temblorosa y fría.

Sally lo miro ferozmente haciendo que su columna vertebral se tensara  empezando a sudar frío.

--Llevas diciendo lo mismo hace tiempo, ¿acaso no te encargaste de recordarle que no podía faltar?—indagó con los dientes apretados. No podían permitir que esa bastarda arruinara sus planes.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora