Cap:24. Respiración boca a boca.

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Teniendo un nuevo salvavidas, un brillo de esperanza y felicidad resplandeció en los ojos nublados  de Rouss, esperaba que Daniel no le diera la espalda.

Inhalando una bocanada de aire al tiempo que  mordía su lengua pera mantenerse consciente y exprimiendo sus últimas fuerzas, empujó a Fanny y salió corriendo a tropezones en busca de Daniel.

Daniel había dado unos pocos  pasos mientras que sus penetrantes ojos miraban la multitud buscando a Rouss. De pronto, los  quejidos de molestia de algunos  personas a su lado izquierdo llamaron su atención,  viendo a una mujer venir a su dirección con pasos inestables tropezando a cada paso.

Rouss trato de llegar hasta Daniel  exigiéndole a su cuerpo lo que más pudo para  mantenerse  en pie,  pero sus últimas fuerzas la abonaron y su cuerpo se debilitó precipitándose a volver a caer al lugar donde había prometido jamás volvería a estar.     

Así  que,  cerrando sus ojos fuertemente y jadeando por aire se preparaba para volver a estar en el frío piso. Pero de pronto, unos fuertes y firmes brazos la sostuvieron por la cintura atrayéndola a su cuerpo, reconociendo al instante ese olor tan familiar y tranquilizador de Daniel haciendo que inconscientemente se apoyara más en él y  abriera sus ojos, los cuales estaban nublados y algo desenfocados tratando de enfocar con claridad el atractivo rostro de Daniel, pero solo lo veía algo borroso y su cuerpo se estremeció fuertemente mientras decía en un susurró. –A…aire…dro….ga…— perdiendo el conocimiento y su respiración se hizo mas lenta.

--¿Se  atrevieron a drogarla?—mascullo Daniel tan fríamente que la temperatura descendió  uno grados en cuestión de segundos.

Todos temblaron conteniendo la respiración presos del medio.

--S…Sr. Bennett, por favor déjeme sostenerla, la llevare a una habitación—musito Don con voz temblorosa sintiendo sus manos sudar de los nervios al ver la frialdad  de Daniel.

¿Cómo se atrevía esa mocosa a  querer escapar?, y sobre todo, ¡lanzarse a los brazos del hombre más termino y poderoso de la ciudad!. ¿Acaso estaba buscando perjudicarlos?.

--Atrévete a tocar a mi mujer y pagarás las consecuencias— advirtió Daniel con un aura oscura y pesada deteniendo el corazón de los presentes debido al terror y al impactó de escuchar tal declaración.

¿Qué había dicho?. ¡¿Su mujer!?.
El cuerpo de Rouss empezó a convulsionar, su rostro y labios se volvieron más pálidos, su garganta estaba inflamada dificultado la circulación del  oxígeno por su tráquea.

--¡Oh por Dios!, ¡ella está convulsionando!. ¿Ahí algún doctor presente?—gritó una mujer de avanzada edad aterrada al ver el estado de Rouss.

Daniel arqueo su esbelto dedo blanco llevándolo hasta la nariz de Rouss para sentir su respiración, la cual era muy suave. Su rostro estaba sin expresión,  pero nada comparado con el torbellino que  se arrasaba en su interior queriendo destruir todo, sentía como si una bestia salvaje estuviera a punto de romper su fachada y devorarse a los que le hicieron daño a su mujer.

--¡Debemos llevarla inmediatamente al hospital antes que sea demasiado tarde!—informó el doctor de cabecera de Daniel al llegar y ver el estado de Rouss.

Matheus lo había llamado apenas se percató que la mujer que corría a tropezones era la señorita Rouss,  su futura jefa.

Daniel se giro para irse, pero se detuvo al pronunciar siniestramente. –Si algo llega a pasarle, no los dejaré ir tan fácilmente sin pagar las consecuencias y les aseguro que ni sus huesos se salvaran de mi furia--. Su voz era extremadamente fría y aterradora pareciendo un demonio de hielo que podría congelarlos en cualquier momento hasta la muerte.

Daniel abandono el salón con grandes zancadas hasta salir con una aura oscura y siniestra que marchitaba todo a su paso.

--Daniel, ahí que proporcionarle oxígeno. Levántale el mentón, presiónale la nariz  y cubre su boca con la tuya. ¡hazlo ya!--. Gritó  Joseph Smith mientras tomaba el pulso de Rouss.

Sabía que Daniel odiaba el contacto físico, pero esta mujer debía ser la excepción ya que jamás la soltó y la seguía sosteniendo después de entrar al coche y sobretodo  por la manera en que actúo anteriormente y como la estaba mirando.

Aunque se veía tranquilo,  sus ojos reflejaban el temor y el miedo que no decía con palabras.

Daniel obedeció, dándole  respiración boca a boca a Rouss siguiendo todas las instrucciones que Joseph  le indicaba sin protestar.

En otras circunstancias, Daniel habría estado muy feliz de poder probar los labios de Rouss, pero ahora lo único que deseaba era ver los hermosos ojos negros de Rouss mirándolo con esa mirada fría y cautelosa.

--Matheus, ¿Cuánto falta para llegar?—preguntó  Daniel con voz preocupada y un sutil temblor en ella al ver la tez de Rouss cada vez mas pálida.

Joseph había dicho que no podía administrarle ningún antídoto para la droga: Primero porque no sabían cual habían usado para drogarla, y segundo, tampoco querían correr el riesgo de terminar de perjudicar su salud si llegará hacer alérgica algún componente de esta.

--Faltan diez minutos señor—respondió Matheus con voz temblorosa y manos sudorosas  con temor de que algo le pasara la señorita.

--Te quiero allí en cinco minutos—ordenó Daniel fríamente sin dejar de ver a Rouss.

Con su pulgar froto el labio inferior de Rouss,  y luego el superior ya que estaban desprovistos de color y algo resecos.

El odio y la impotencia se apoderó de su corazón. ‘ya que la Sra. Larton murió antes de poder destruirlos. Tomaré y terminare la venganza que dejó  atrás y me encargare de hacerlos pagar todo el daño que te han hecho Rosy. Lo juro’.

La llegada al hospital que anteriormente tomaba diez minutos para llegar, Matheus logró llegar en cuatro minutos. Sus manos temblaron al soltar el volante y finas capas de gotas de sudor adornaban su frente limpiándoselas con sus manos temblorosas.

Un alto equipo especializado los estaban esperando en la entrada del hospital. Joseph había llamado para que le tuvieran todo listo y un quirófano preparado.

Daniel dejo suavemente a Rouss en la camilla, sus ojos negros reflejaban preocupación al verla mientras acariciaba su rostro frío y pálido con la yemas de sus dedos.

--Colóquenle oxígeno y llévenla al quirófano—ordenó Joseph rápidamente. –No te preocupes, no dejaré que nada le pase—termino de agregar palmando el hombro de Daniel tratando de reconfortarlo.

Rouss fue llevada al quirófano y Daniel se quedó en el blanco pasillo de espera de color blanco con olor fuerte a desinfectante.

Sus largas piernas caminaban de, derecha a izquierda mientras veía los minutos pasar y la luz aún encendida en el quirófano, hasta el momento, nadie había salído para darle información.

Por primera vez,  Matheus podía ver a su jefe fuera de su habitual tranquilidad y despreocupación al verlo caminar por el pasillo, mientras que su siempre imperturbable rostro mostraba preocupación y desesperó.

Los minutos se convirtieron en una hora,  y aún no había noticias. De pronto, el silencioso y tranquilo pasillo resonó con pasos apresurados hasta ver la figura de Janet corriendo hasta llegar donde él y Matheus estaban esperando.

--¿Cómo…cómo está ella?—indagó Janet con voz temblorosa y sus ojos llenos de lágrimas mientras miraba el quirófano fijamente.

Janet se encontraba rodando una de las últimas escenas para dar por terminado la producción en la cual era la heroína.

En medio de la filmación,  los murmullos empezaron a circular por todo el personal del elenco. Al principio no le prestó atención ya que no le importaba, pero cuando logra distinguir un nombre en particular su cuerpo se paralizo.

Su colega se sorprendió al verla allí parada sin verla reaccionar, acercándose a ella le pregunto si estaba bien, haciendo que volviera en sí.

Sin responderle, Janet busco rápidamente con la mirada la voz que había mencionado el nombre acercándose a ella. --¿Qué acabas de decir?—le pregunto mirándola ansiosamente.

La chica que era una de las maquilladoras se sorprendió al escuchar a Janet, tardando unos minutos en responder. –Bueno…anda circulando  un video en Internet sobre lo que paso en el evento del anuncio del compromiso de la señorita…-- siendo interrumpida por Janet.

--Corta eso, ¿Qué mencionaste sobre Rouss?—pregunto fríamente, no le interesaba saber nada de esa p*rra de Lizzy.

--E-ella fue llevada al hospital, al parecer la drogaron y esta gra…--. Janet no termino de escuchar a la joven al abandonar corriendo el set de grabación.

Sentía su corazón latir con fuerza y el miedo se instaló en su corazón y la ansiedad se estaba apoderando de ella.
Al verla así, su agente le dio su medicamento y condujo hasta llegar al hospital, lo cual les tomó casi una hora ya que estaban firmando fuera de la ciudad.

Al ver que su jefe no respondería,  Matheus lo hizo. –Aún no nos han dado información de su estado—musito suavemente.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora