Cap:63. Final.

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La figura de la tía Maya camina desesperada de un lado a otro en la puerta de la entrada, sus ojos angustiados intercalaban miradas entre el reloj y la entrada deseosa que la señorita llegará.

Ella había dicho que volvería en dos horas, ¡Pero ya habían pasado tres horas y no llegaba!. ¿Y si le pasó algo?. Ella no había estado bien de salud, podría haberse desmayado a mitad de la calle…

El rostro de la tía Maya palideció adquiriendo una expresión aterrada al tener tal pensamiento, así que salió corriendo a tomar el teléfono y llamar a Daniel.

Por su parte, Daniel había pasado toda la mañana con una inquietud en su ser, sentía una sensación de opresión que no podía explicar. En ocasiones tuvo que aflojarse la corbata y desbotonar los botones de la camisa a la altura de su cuello para poder respirar.

Su mirada inquieta se dirigía a su reloj donde el punto rojo palpitante como el corazón de su esposa latía sintiéndose más tranquilo al verlo, pero esa sensación volvía a surgir.

Sin poder aguantar más la opresión, salió de la oficina ordenándole a Matthew que lo llevará a la villa, necesitaba ver a su mujer.

Volver a la villa tomaría aproximadamente media hora, esperaba y la vía estuviera libre para no demorarse más tiempo.

Cuando iba en el coche, su móvil sonó, frunciendo el ceño al ver el identificador de llamada. ¿Tía Maya?.

Antes de poder preguntar qué pasaba al responder, escuchó la voz ansiosa de la tía Maya decir: --joven amo, la señorita…--.

--¿Qué pasa con Rosy?—inquirió con voz gruesa interrumpiéndola.

---La señorita salió hace mucho tiempo y no ha vuelto, ella…--titubeando si decirle sobre el estado de su salud.

--¡¿Ella qué?!—exclamo impaciente al no escuchar nada.

--Ella no ha estado bien de salud estos días. Ella dijo que volvería pronto y no lo ha hecho--.

El entrecejo de Daniel se frunció fríamente --¿Marcos está con ella?—preguntó fríamente.

--No joven amo, la señorita salió sala--.
Daniel dijo que llegaría pronto y colgó la llamada, el punto que había estado palpitando hace tan solo un segundo dejo de hacerlo, así mismo como su corazón al ver que no estaba.

--Señor, ¿Se encuentra bien la señorita?—se atrevió a preguntar Matheus al ver el rostro de su jefe tornarse frío y pálido.

--Dame tu Tablet—musito con fríaldad.
Matheus obedeció entregándosela rápidamente.

Daniel busco las últimas coordenadas ampliando el mapa en 3D, mirando que el lugar que mostraba el mapa era una antigua vía abandonada que llevaba a un viejo laboratorio.

--Dirígete a esta dirección, avísale a la policía y llama a nuestros hombres—ordenó fríamente sintiendo como su corazón latía rápidamente con miedo al no saber que estaba pasando con su mujer.

Ese miedo se convirtió en terror al pasar los minutos y aún no habían llegado a ese lugar, sentía que su corazón estaba cayendo lentamente en un abismo al imaginar que le estaría haciendo esa loca desquiciada de Lizzy, porque estaba seguro que ella estaba detrás de la desaparición de su esposa.

Después de conducir lo más rápido que pudo ir el coche, llegaron al lugar abandonado, Matheus se estacionó unos metros antes de llegar al viejo laboratorio por precaución.

Detrás de ellos llegó Hannah con el resto de los hombres, agradecía que su familia viviera en una zona cerca de este lugar.
--Señor, es mi culpa por no estar al lado de la señorita—musitó Hannah llena de culpa. Sino hubiera pedido permiso y hubiese estado al lado de la señorita hubiera hecho todo lo posible por defenderla.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora