Capitulo:50. Tenderle una trampa.

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--Jini, ¿puedes ayudarme en algo?—preguntó Rouss repentinamente.
--Claro, ¿qué es?--. Musito entusiasmada, Rouss no era de las que pedía ayuda, así que con gusto la ayudaría.

--¿Tienes alguien de confianza?—inquirió con un brillo malicioso en sus ojos.
--Mi agente es de mi entera confianza, ¡jamás me traicionaría!. ¿Qué necesitas qué haga?—inquirió curiosa al ver los ojos maliciosos de Rouss brillar.

--En dos días Lizzy se reunirá con su amante, quiero tenderles una trampa  colocándoles una droga para que terminen en una habitación. Unas fotos no estaría nada mal —informó con una sonrisa ladina y malvada, sus hermosos ojos brillaban con malicia. Ella iba a encargarse de todo, pero en la condición que estaba no podía hacerlo.

Janet se la quedó mirando fijamente con un atisbo de sorpresa en sus hermosos ojos, para a los segundos una sonrisa oscura se enrosco en sus rosados y delgados labios. Sus ojos brillaron de emoción y codicia –¡dalo por hecho!. Sabes, últimamente he estado aburrida sin nada de diversión, así que un poco de adrenalina me caerá muy bien—expresó con un rostro malvado resplandeciente de emoción.

--Debes ser cuidadosa, no queremos que la belleza primaveral valiente se vea envuelta en un escándalo—vociferó burlonamente Rouss mirando el rostro de su amiga ensombrecerse.

--¡No te burles de mi!—mascullo con los dientes apretados.

Rouss soltó una carcajada cubriéndose la boca con su mano vendada, haciendo que los ojos de Janet se oscurecieran más con odio y deseo de destruir a la familia Wyner al ver las vendas cubrir sus manos, así que haría todo lo que este a su alcance para ayudar a Rouss a llevar acabó su venganza.

--Por cierto Rosy, ¿Porqué estás en otra habitación?—inquirió mirando la habitación gris.

Las mejillas de Rouss se sonrojaron al escuchar su pregunta, ¡su hermana la mataría por no haberle dicho nada!.
Evadiendo su mirada, responde suavemente –es mi nueva habitación--.
--Oh—responde Janet indiferentemente hasta que su mirada captó pertenecías de hombre.

--¿Tienes algo que decirme?—le preguntó mirándola fijamente enarcando  una ceja sabiendo la respuesta, pero tal respuesta no era la que estaba esperando.

--M-me casé—respondió tímidamente con las mejillas escarlatas.

Los ojos de Janet se abrieron grandemente debido a la sorpresa al escucharla mientras la miraba en shock.

--Fue algo recién—dijo Rouss al tiempo que alzaba su mano para mostrarle el anillo –olvidé que el anillo esta cubierto por las vendas—agregó colocando una sonrisa avergonzada.

--¿Te casaste y no me habías dicho?—inquirió indignada después de salir de su conmoción –aunque me imaginaba que empezarían una relación, no que se casaran tan pronto—agregó casualmente.

Rouss la miró alzando una ceja en confusión --¿Cómo qué te lo imaginas?--.

Janet soltó una risilla al mirarla –de verdad, ¡que despistada eres!—musito negando con la cabeza mientras llevaba su blanca y esbelta mano a su frente  --era algo muy obvio, se le notaba el interés por ti—terminó de agregar dándole una mirada pícara.

Rouss le evadió la mirada  avergonzada, escuchando a Janet decir: --me agrada mucho Daniel. Te digo, te ha ayudado más en el poco tiempo que te ha conocido que él maldito de Bratt en todo el tiempo que estuviste con él—escupió al final con odió, --pero en resumen me agrada mucho tu esposo, él es perfecto para ti--.

Daniel había entrado justo en el momento para escuchar ser halago, sus plumas coloridas fueron abiertas como un pavo real pavoneándose mientras caminaba hacia Rouss y le asentía a Janet.

–¿Te has atrevido a levantarte?—inquirió  mientras entrecerraba los ojos escudriñándola.

--No me he levantado—respondió tranquilamente.

--Mm, ¿quieres ir al jardín?--.

--Si, seria agradable—musito suavemente, ya llevaba mucho tiempo en la habitación, quería respirar aire puro y salir.

Daniel la tomó con cuidado entre sus fuertes brazos apoyándola en su fornido pecho empezando a caminar.
Las mejillas de Rouss se sonrojaron avergonzada evadiendo la mirada de Janet que tenía una sonrisa traviesa en su rostro.

--¡Wow!, ¡este pabellón es muy hermoso!--  exclamó Janet al llegar.

Al escuchar la exclamación de su amiga, Rouss miró a Daniel cálidamente. La tía Maya le había dicho que originalmente este pabellón no existía, solo cuando ella había llegado, Daniel lo había mandado a construir específicamente para ella.

--Si, es muy hermoso y relajante—musito Rouss con una sonrisa mirando  a Daniel mientras la dejaba en el diván y le acomodaba la pierna.

Daniel sintió la mirada de su
mujercita, haciendo que un brillo cubriera sus ojos negros haciéndolo ver como la noche oscura impregnada de millones de estrellas brillantes.

Rouss lo seguía mirando tímidamente, pero en su mirada había calidez y cariño.

Janet miraba al par de tortolitos con una radiante sonrisa, ¡que pareja tan linda!.
Janet se quedó por unas horas más hablando de todo con su amiga, hasta que se marchó.

Como ya estaba empezando a soplar la brisa fría, Daniel llevó a Rouss al interior de la casa dejándola cómodamente en la cama, dándole un beso en la frente, le dijo que lo esperara obedientemente mientas iba al estudio.

Rouss asintió viéndolo marcharse, como no tenía sueño tomó un libro para leer, concentrándose en la lectura.

Cuando Daniel llego al estudio, Matheus lo estaba esperando respetuosamente, cuando su majestuosa figura tomó lugar detrás del escritorio, le indicó que podía dar el informe.

--Señor, los hombres están en la cabaña—informó para después extenderles unos documentos, los cuales Daniel recibió.

--Estos son los documentos que lo hacen el dueño del treinta por ciento de las acciones de Stars Entertainment todo fue adquirido anónimamente, en poco tiempo no tendrán más opciones que buscar más inversionistas—terminó de informar.

Daniel asintió satisfacción, sus ojos se habían vuelto oscuros y peligrosos –prepara el coche y espérame—musito fríamente levantándose de la silla y saliendo del estudio con dirección a la habitación para decirle a su mujer que saldría por un corto tiempo, pero al llegar la encontró dormida, besando su frente y sus labios la cubrió con la cobija para posteriormente salir de la habitación y de la villa.

Mientras Daniel iba con sed de venganza a la cabaña, en la villa de la familia Wyner el ambiente era lúgubre y silencioso.

¡Habían perdido tres negocios más!, y los más aterrador era que, ¡la compañía había entrado en una crisis repentina que casi los conducía a la quiebra!. Habían tenido que vender el 30% de las acciones.

¡¡¡El 30%!!!.

¿Qué mierda estaba pasando?.

¿Quién los estaba intimidando?.

De la rabia y la impresión, la vieja señora Wyner había vomitado sangre haciendo que todos en la villa se aterrorizaran.

….

El olor a pudrición flotaba en el pesado aire, las paredes estaban llenas de moho y telarañas, era evidente que era un lugar abandonado.

Pero esto no impedía que un hermoso hombre con un rostro extremadamente frío y aura asesina a su alrededor caminara por el pasillo de la cabaña hasta llegar a una habitación con un insoportable olor putrefacto, tanto era el olor desagradable que el atractivo rostro del hombre hizo una mueca cubriendo su blanquecina y perfecta nariz.

--¿Quiénes son ustedes?. ¿Porqué estoy en este lugar?—preguntaba un hombre calvo con el rostro golpeado mientras temblaba, callando conmocionado y con los ojos como platos al ver entrar una imponente figura.

Cuando el atractivo hombre entró a la habitación, su alta figura se paro mientras sus penetrantes ojos como los de un demonio sedientos de sangre miraban al hombre que debido al miedo mojo sus pantalones.

--¿S-s-señor Bennett?—musito conmocionado al verlo.

--¿Tuviste la osadía de querer tocar a mi mujer?. Un perro sucio como tú codiciando algo que no debía, ¡si que eres osado!—vocifero Daniel con voz congelante dejado salir un aura oscura y fría.

--Y-yo no se de que habla…-- hablaba con mocos empezando a rodar por su cara.

--¿No lo sabes?, ¿te suena el nombre de Rouss?—preguntó entrecerrando los ojos afiladamente como cuchillas listas para ser lanzadas.

Los ojos del hombre casi se salían de sus cuencas al escucharlo.

¿Rouss?.

¿Rouss era su mujer?.

¡Entonces si estaba casada, y nada menos que con él hombre más cruel y poderoso de la ciudad!.

--¡Perdóneme!, no sabía que era su mujer, le pido misericordia, jamás volverá a…-- en medio sus exclamaciones, Carlos arrastraba su pesado cuerpo hacia Daniel con la intención de aferrarse a su pierna y seguir clamando por misericordia, pero cuando estiró su mano, esta fue pisada sin piedad, para posteriormente recibir una fuerte pata que lo mando a volar haciendo que sus costillas tronaran.

Daniel había usado toda su fuerza en esa patada, era probable que las costillas del hombre estuvieran lesionadas.

--¡M*aldito infeliz!, ¿te atreves a pensar en una segunda vez?—gritó furioso Daniel llegando en una zancada justo a él presionando su pie en su pecho.

Los ojos de Daniel estaban rojos como los de una bestia listos para matar.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora