Cap:30. Él es perfecto.

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Después de haberse subido al coche, Rouss se había quedado dormida. Daniel la apoyó en sus brazos para que estuviera más cómoda.

Después de haber conducido aproximadamente unos veinte cinco minutos, Matheus estacionó el coche al haber llegado.

Una fila de sirvientes esperaban afuera con la cabeza inclinada en señal de respeto, encabezada por la tía Maya que era la ama de llaves y la que se encargaba de la alimentación de Daniel.

En todo el camino,  Rouss sentía que estaba apoyada sobre algo cálido y acogedor, apoyándose más en él y frotando su cara de vez en cuando.
Cada que Rouss hacia esta acción, una sonrisa amorosa se plasmaba en la expresión de Daniel, sintiendo su corazón calentarse y brincar de la emoción que sentía.

Al ver que habían llegado y aún seguía dormida tan cómodamente no quiso despertarla, la tomó suavemente en sus brazos con cuidado de no  despertarla y camino despacio en silencio.

Su figura se veía alta y poderosa como un emperador mientras sostenía a su hermosa emperatriz.

Su lado protector se activo apoyando más a Rouss en su pecho para que estuviera cómoda.

La tía Maya le había indicado Al personal que se mantuvieran en silencio para no despertar a la joven señorita en los brazos de su joven amo mientras tenia una enorme sonrisa en su rostro al mirar a Daniel con ojos cristalizados. ¡Por fin el joven amo traía una chica a casa!, y no era cualquier chica al ver como la sostenía protectoramente y la miraba cálidamente.

Mientras Rouss dormía, sentía como si estuviera en un barco, el cual se balanceaba suavemente al compas de las olas haciéndola sentir soñolienta y sin deseos de abrir los ojos, los cuales los sentía cada vez más pesados.

Acomodando mejor la cabeza, alzó su mano en busca de una mejor posición, pero sintió algo duro y escucho un sonido, el cual era como…latidos...¿latidos?. ¿Porqué escucharía latidos?.
Palpando con su mano exploro hasta sentir una desigualdad y algo subir y bajar, haciéndola entrecerrar los ojos para ver que era, pero no podía ver con claridad, así que revoleteo sus largas pestañas para despertarse completamente, quedando paralizada al hacerlo.

La desigualdad que anteriormente sintió era la clavícula de Daniel, y seguramente lo que subía y baja era su manzana de Adán, la cuál aún sus finos dedos tocaban.

Rouss se quedó paralizada en los brazos del hombre viendo su fino mentón que se veía tan afilado y perfecto, su lado lateral se veía jodidamente atractivo.

Daniel bajo la mirada al sentir los movimientos de Rouss, conectando sus ojos negros y profundos a los de ella al tiempo que se teñían de calidez.

La tez de Rouss se volvió roja debido a la vergüenza al mirarlo y darse cuenta que Daniel la sostenía íntimamente.

--Estas despierta— le dijo Daniel con una pequeña sonrisa divertida al ver lo adorable que era su mujercita.

--S-si, puedes bajarme—respondió avergonzada.

Daniel la bajo suavemente dejando de sostenerla cuando Rouss se encontraba firmemente apoyada sobre sus pies.

--Señorita Wyner, ella es la tía Maya y estará a tú entera disposición, así como los demás sirvientes. Si necesitas algo puedes pedírselo a ella—vociferó Daniel con voz suave.

--No dude en pedir mi ayuda si la necesita joven señorita, estaré para servirle—musito la tía Maya con una sonrisa.

Rouss le asintió, así como a los demás empleados.

Janet veía toda la situación con una sonrisa, ver a Rouss avergonzada era muy divertido.

Como Rouss había estado dormida no había visto la villa al llegar, pero ahora que había pasado su vergüenza y conocer al personal, su mirada asombrada recorrió parte de la villa.
La villa tenía un estilo contemporáneo, era inmensa, jamás había visto una villa tan grande y estaba situada por lo que podía ver en una pequeña colina alejada de la ciudad.

Daniel tomó su mano llevándola al interior, donde el diseño era minimalista, predominando el color blanco y el negro, y uno que otro toque de gris.

Toso se veía limpio y ordenado, nada estaba fuera de lugar, aunque le falta un toque femenino, todo se veía hermoso pero sin vida.

--¿Quieres subir a descansar?, o ¿prefieres comer primero?--  inquirió Daniel sacándola de sus pensamientos.

--Comamos primero—respondió tranquilamente.

Daniel miró a la tía Maya y esta se fue a la cocina a preparar una variedad de alimentos.

Rouss y Janet fueron guiadas por Daniel al salón, donde entraba mucha luz natural y se podía ver una parte del jardín y algunos árboles a la distancia.
Janet se sentó junto a Rouss y Daniel tomó su lugar en un sillón.

Matheus se encontraba dándole algunas instrucciones a Marcos que sería el chófer de Rouss. También le dijo seriamente que si alguna vez Daniel actuaba fuera de lo normal, no hiciera nada para contradecirlo sino quería perder el empleo.

Marcos se quedó confundido por lo que le dijo Matheus, pero no debía hacer nada más que obedecer.

Por su lado, Rouss se encontraba un poco incómoda al estar en un lugar que no conocía, pero que eventualmente lo haría.

--Joven amo, les traje té y bocadillos--  informó respetuosamente la tía Maya dejándolos en la mesa.

--Gracias tía Maya—agradeció Daniel.
--Rosy, eres mi nueva heroína,  ¿Cómo debería llamarte?— indagó Janet pensativa mientas miraba a Rouss con los ojos entrecerrados.

Rouss la miró y prefirió no decir nada, mejor era no seguirle su hilo de pensamientos. Pero Janet no pensaba lo mismo y no se quedaría callada
--Que te parece, ‘diosa helada’, o podría ser, ‘la reina del hielo’—preguntaba entusiasmada mirando a Rouss con expectación.

Rouss la miró sin poder creer las estupideces que estaba diciendo su amiga. –Deja de pesar en cosas innecesarias—le dijo con  los dientes apretados.

Janet hizo un puchero, mientras que una mirada divertida y traviesa se reflejaba en sus hermosos ojos al decir: --¿Qué piensas señor Bennett?. ¿Cuál le queda mejor?--.

Rouss se sobresalto al escuchar a Janet preguntarle algo tan infantil y vergonzoso a Daniel, quedando con la taza de té suspendida en el aire.

Por su lado Daniel estaba tranquilo, no mostraba ninguna reacción, su penetrante mira cayó sobre Rouss escudriñándola fijamente, haciendo que Rouss se quedara paralizada sin saber como reaccionar ante su intensa mirada.

Después de haberla visto por unos segundos, Daniel apartó la mirada tomando un sorbo  de té sin decir nada. 'Para mí, ella es mi emperatriz fría'.
Rouss respiró aliviada al tiempo que miraba a Janet fulminándola con la mirada.

--¡Pero que tarde es!, ya debo irme—dijo repentinamente Janet saltado del sofá y tomando sus cosas. Sabía que había hecho enojar a Rouss y  era hora de huir.

Rouss la acompañó hasta la salida recordándole que tuviera cuidado al conducir.

Después que Janet se había ido, la tía Maya les aviso que ya podían pasar al comedor, donde había una variedad de alimentos y todos olían muy bien.

Los dos se sentaron en silencio mientras comían. Daniel tenía una postura recta e intachable, glamurosa y sofisticada. ‘Él es perfecto’, pensó Rouss haciendo que sus mejillas tomarán un sutil color carmesí.
Después de haber terminado, Daniel tuvo que partir a la compañía, al parecer se había presentado un problema.

La tía Maya guio a Rouss a la que sería su habitación para que descansará.
Al subir las escaleras del segundo piso, habían dos pasillo, uno a la izquierda y otro a la derecha. El de la izquierda tenía varias habitaciones, y el de la derecha solo tenía dos.

Rouss fue guiada al pasillo de la derecha escuchando a la tía Maya decir: --La joven señorita es muy privilegiada, es la primera en quedarse en este pasillo— dijo con una sonrisa.

--¿La primera?—inquirió Rouss sorprendida.

--Así es, en este pasillo esta la habitación del joven amo, nadie jamás se había quedado en la segunda habitación. Usted debe ser muy especial para él—musito al tiempo que habría la puerta de la habitación.

La habitación era hermosa, había una cama King Size con sábanas blancas con una lámpara flotante a cada lado, había un sofá de terciopelo negro, al la  derecha estaba una puerta que debería ser el baño, había un gran ventanal y unas puertas francesas que llevaban a un pequeño balcón donde se podía ver gran parte de la villa.

La habitación estaba dividida por una librería, la cual también tenia algunos objetos de decoración. En la otra sección estaba el escritorio, una pequeña mesa y un gran clóset con puertas de vidrio y una alfombra beige que cubría todo el lugar.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora