Capitulo:45. Incienso.

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Una codiciosa y lasciva mirada fue dirigida a Rouss sin restricción haciéndola sentir náuseas y asqueada, ¡pero que hombre tan depravado!.

--Los rumores sobre la belleza de la primera señorita se quedan cortos de palabras. ¡Eres simplemente una preciosidad!, tienes una hermosa cara de muñeca que jamás podría ser superada— expuso el hombre lamiéndose los labios con una sonrisa lasciva al tiempo que se la comía con los ojos.

Rouss dio un paso atrás inconscientemente, sentía que todo su cuerpo se erizaba de repugnancia y rechazo.

--Hermana, se ven muy bien juntos—musito Lizzy con un tinte de burla e sus palabras y ojos centellantes de maldad.

--Si, yo también pienso lo mismo, ¡la primera señorita es simplemente de mi gusto!—agregó Carlos sin dejar de desnudar el cuerpo de Rouss con la mirada.

Todo el cuerpo de Rouss estaba rígido e incómodo, su alerta sonaba cada vez más fuerte al pasar los minutos. ¡Debes huir!, le gritaba su conciencia.

--¡Hermano mayor!—exclamó Lizzy con una tierna y resplandeciente sonrisa al ver llegar a Bratt,  sujetándolo del brazo mientras lo miraba con ojos desbordantes de calidez y amor.

Bratt le devolvió la sonrisa mientras le acomodaba un mechón de cabello detrás de su oreja haciendo que Lizzy se sonrojara.

--El joven maestro Miller y la segunda señorita son una pareja hecho por el cielo— elogió Carlos haciendo que Bratt levantara la mirada encontrándose con la figura de un desagradable hombre frente a él.

Su ceja se alzó en desagrado y desconfianza al ver que la mirada del hombre se tornó en una depravada al mirar a su izquierda. Siguiendo su mirada, estaba el cuerpo incómodo de Rouss con los labios apretados fuertemente.

Una sorpresa pasó por sus ojos al verla, su mirada fue directamente a su dedo observando que no había un anillo en el, dejando escapar un suspiro de alivió silencio.

¿Pero qué diablos?.

¿Porqué se sentía aliviado?. ¡A él no debía importarle nada de lo que tuviera que ver con ella!.

--Ya que todos están presentes, pasemos al comer—vociferó Sally con voz demandante y fría.

Lizzy entrelazo su brazo con el de Bratt caminando al comedor con pasos suaves, quería que Rouss los viera y notará las preferencias que había en todos los sentidos, mientras a ella la sacrificaban y la odiaban, a ella la consentían complaciéndola en todo.

¡Una en la cima, otra en el abismo!.

--Señorita Wyner, es usted muy hermosa, a mi lado nunca le faltara nada, te trataré como la reina que eres--  musito Carlos al caminar a su lado y extendiendo la mano con la intención de alcanzar la de Rouss, pero esta lo esquivo dando unos pasos distanciándose de él.

--El señor Thomson es muy bueno con las palabras—expresó Rouss con voz gélida.

Como estaban a una corta distancia, Bratt podía escuchar su conversación. Su paso se detuvo por un segundo, volviendo avanzar, ¡¿Qué estaba pasando?!. ¿Porqué ese hombre le decía esas palabras a Rouss?. Sus labios y entrecejo se fruncieron sin comprender que pasaba.

--Hermano Bratt, ¿no te parece que hacen una linda pareja?— preguntó Lizzy con una cálida sonrisa y un brillo en sus claros ojos.

¿Pareja?.

--El hermano mayor Thomson vino a pedir la mano de Rosy, ¡y yo que pensaba que mi hermana nunca se casaría!—exclamó con evidente emoción en su voz.

La expresión de Bratt se oscureció, ¿algo no estaba bien?, no creía que Rouss quisiera casarse con un hombre como ese.

Después de llegar al comedor, Rouss tuvo que tomar su lugar al lado de ese desagradable hombre, además había algo que la tenía pensativa y confundida, desde que había llegado al salón, un olor extraño estaba en el aire, era sutil, pero aún podía percibirlo y al llegar al comedor, era más intenso. ¿A que olía?, era la primera vez que olía algo así en la villa.

Lo que Rouss no sabía, era que estaba oliendo un incienso que producía soñolencia y aturdimiento, era parecido a una droga, el cual estaba dirigido especialmente para ella.

Los demás integrantes no serían afectados, ya que habían tomado las medidas necesarias para estar inmune a este olor, a excepción de Bratt, que no sabía nada, pero Lizzy se encargaría de que no lo afectará.

En la mesa había variedades de alimentos, algunos eran los favoritos de Rouss. Informado por las preferencias de ella en los alimentos, Carlos le sirvió en su plato con una sonrisa.

El rostro de Rouss era frío y sin emoción, era como si no le afectara en nada lo que estaba pasando, a excepción de sus manos que estaban fuertemente cerradas con lo nudillos blancos y clavando las uñas en su delicada piel.

--Espero que estas cenas se vuelvan a repetir, mi futura compañera y yo los estaremos esperando en nuestra humilde mansión. ¿Cierto cariño?—inquirió Carlos mirando a Rouss con una sonrisa.

La ceja de Rouss se alzó elegantemente, pero su rostro seguía tan tranquilo e imperturbable –El señor Thomson debe estar confundido—expresó sin emoción. –En mi hogar nunca serian bienvenidos, al igual que usted—agregó con una mirada peligrosa en sus hermosos ojos.

--¿Qué tonterías estas diciendo?—gritó Don –Señor Thomson, no tome en cuenta sus palabras, siempre ha tenido esa personalidad— trataba de persuadirlo con una sonrisa.

--No se preocupe suegro, no estoy ofendido, me gustan así rebeldes, así es más divertido domesticarlas en la cama y enseñarle su lugar—agregó con voz sádica.

La mirada y el aura de Rouss se volvió como un glaciar al escuchar las desagradables palabras de ese bastardo, todos en la mesa sentían que estaban siendo oprimidos por una pared de hielo que les impedía respirar correctamente.

No solo Rouss sintió desagrado al escucharlo, Bratt sentía toda su sangre hervir de rabia mientras apretaba fuertemente los puños. ‘M*aldito bastardo, ¿Qué mierda estas diciendo?.

--¡Rouss!—exclamó en advertencia Sally con voz fría, a ella no le afectaba mucho su aura opresiva, ella era una veterana en enfrentarse a estas situaciones.

Los ojos de Rouss se entrecerraron peligrosamente al verla, ¡ella no se dejaría intimidar por ellos!. ¡Ella ahora la señora Bennett!, debía estar a la altura de su esposo y no defraudarlo.

Pensando en un su esposo, una irritabilidad se apoderó de ella al no poder haberse comunicado con él, esa gente estaba pendiente a todos sus movimientos,  neutralizándola cuando quería agarrar el móvil.

Por su lado Lizzy disfrutaba de la desgracia de su hermana –hermano mayor, nos cansaremos después de la boda de Rosy, o ¡podemos hacer una boda doble!—exclamó emocionada agregándole más combustible al fuego.

Bratt miro los claros ojos de Lizzy con un atisbo de molestia, ¡¿Quién en sus cinco sentidos no se daría cuenta de lo que estaba pensando?!, ¡era claramente un compromiso forzado!, y el cual Rouss estaba rechazando abiertamente.

¿Porqué Lizzy se veía tan feliz como si no le importara lo que pasara o sintiera su hermana?. ¿No debería estar apoyándola ya que Rouss lo estaba rechazando?.

--Es una buena idea señorita menor Wyner, ¿Qué piensas joven maestro?—inquirió Carlos.

--Lizzy se casara después que su hermana mayor como debe ser, es un alivio para mi como su padre poder ver casar a Rouss antes que ella—musito Don, por nada del mundo permitiría que la boda de su pequeña niña fuera ensuciada por la de ese par.

--Rouss, ¿Porqué no estas comiendo?—preguntó Fanny con falsa preocupación en su voz.

--Temo que la comida esté envenenada—respondió simplemente con frialdad.

El cuerpo de Fanny como él de su esposo se puso rígido.

--¿Qué estupideces estas diciendo?. ¿Por quién nos tomas?, somos tu familia —gritó enojado su padre.

Los labios de Rouss se fruncieron, su ceja se levantó y su mirada se volvió pesada.

--¿Mi familia?, ja, que divertido es escuchar esa palabra—escupió con voz burlona –mi familia ya me drogo una vez para venderme a este bastardo desagradable que esta a mi lado, ¿Qué les impide que lo vuelvan hacer?. Sólo ver a este hombre que me causa repugnancia me lo confirma—les dijo levantándose de la mesa.

--No deseo ser parte de este circo barato de m*erda, si tanto quieren que me case, no tienen porque preocuparse, ya lo hice.

Las palabras de Rouss dejaron a todos conmocionados. ¿Se había casado?.

¿Cuándo?.

¿Con quién?. Muchas preguntas rondaban sus mentes.

Cuando Rouss intento caminar, un mareo la golpeo perdiendo el equilibrio,  logrando apoyarme antes de caer. ¿Pero qué m*ierda?, ¡ella no había probado ninguno de los alimentos!.

Sus parpados estaban empezando a sentirse pesados, las fuerzas abandonaban lentamente su cuerpo, ¿Qué estaba pasando?.

Un olor fuerte penetro sus fosas nasales haciéndola sentir más soñolienta. ¡Era ese olor!, ¡ese incendio la estaba debilitando!. ¡M*alditos bastardos!, ¡la volvieron a drogar!.





INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora