Capitulo:41. Esposo.

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¿Qué ere este sentimiento que estaba sintiendo?, ¿Porqué le dolía tanto darse cuenta que ya lo había olvidado?.

¿Qué esperaba?.

¿Qué lo amara toda la vida?.

¿Qué lo esperara?...

¿A quién iba a esperar?. ¿Al hombre que la abandono y le dio la espalda?. ¿Él que acababa de comprometerse con su hermana?.

¿A quién tenía que esperar?.

Él hizo su vida, así como ella haría la suya en cualquier momento. Terminó de razonar sintiéndose recio al pensar en esta opción.

--Ahora si me disculpa joven maestro, debo marcharme—musito Rouss con un rostro sin emoción, sin esperar una respuesta,  giro su cuerpo empezando a caminar.

Al verla irse, el cuerpo de Bratt se movió por sí solo volviéndola a sujetarla del brazo, más precisamente en su muñeca, donde sus largos dedos rozaban la suave piel de su palma sintiendo una calidez y un cosquilleo en sus dedos.

Rouss ladeo su rostro al sentir nuevamente que era sujetada, su ceño se frunció al tiempo que miraba a Bratt con una mirada helada y fulminante.

--…Rosy…yo…--  las palabras murieron en su garganta al sentir una fuerte opresión, el aire se había vuelto pesado y difícil de respirar.

Rouss miró al hombre que venía a su dirección con un aura tan terrorífica y helada que hizo que se le congelará la sangre, sabía que estaba en problemas, por lo que había intuido, Daniel era bastante celoso y el hecho que la encontrara con Bratt no era para nada bueno.

La helada figura de Daniel caminó en el estrecho pasillo dejando una fuerte opresión a su paso, su rostro era como una hermosa escultura de hielo de lo frío que estaba. Sus agudos ojos miraron las dos manos que estaban unidas con dagas de fuego y hielo en ella, haciendo que Rouss sintiera su mano arder entre frío y calor soltándose rápidamente del agarré.

Con pasos helados, la alta figura de Daniel llego al lado de Rouss sujetándola de la cintura atrayéndola a su fuerte pecho, mientras que su gélida mirada estaba sobre el rostro de Bratt.

--¿Tienes algún asunto para tratar con mi MUJER?—inquirió con voz extremadamente fría, haciendo que la temperatura descendiera en cuestión de segundos sintiendo como si estuvieran en una cueva helada.

Las mejillas de Rouss se tiñeron de un lindo color carmesí mientras sus hermosos ojos avergonzados y brillantes miraban a Daniel fijamente. ‘Este hombre siempre lograba sorprenderla’.

Los helados y siniestros ojos de Daniel miraron hacía bajo al sentir la mirada de su mujercita, los cuales se transformaron en unos cálidos y llenos de afecto al verla, pero aún resplandecía un brillo de frialdad.

Sin poder evitarlo, bajo sus labios uniéndolos con los dulces y adictivos de su esposa. No le importaba si ese bastardo los estaba viendo, al contrario, así era mejor, así sabía que ella ya tenía dueño, y no era cualquiera.

Después de terminar el beso, Rouss escondió su rojo rostro en el pecho de su hombre oliendo sus fuertes feromonas. ‘Tan imprudente, ¿dónde cree que estamos’. Pensaba con el corazón agitado retumbando sin control en su pecho.

Los ojos de Bratt estaban abiertos como platos al verlos besarse, aún no se había recuperado de su impresión al escucharlo llamarla su mujer.

Era como si hubiera recibido un fuerte golpe que lo había dejado paralizado sin poder reaccionar.

Por su lado, Daniel miró a Bratt con una mirada llenada de superioridad y grandeza acompañada de frialdad.

--Si no tienes nada que decir, me llevare a MI ESPOSA —vociferó Daniel fríamente, entrelazando sus dedos con los de Rouss y empezando a caminar.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora