Cap:52. Juntos para siempre.

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Una joven se encontraba mirando su cuerpo en el gran espejo solo con ropa interior, su mano apretaba fuertemente un papel, sus labios estaban fuertemente presionados haciendo rechinar sus dientes, agregándole más dramatismo a su rabioso rostro.

‘¡Maldición!. ¿Cómo sucedió esto?, siempre he sido cuidadosa’.
Llevada por la impotencia, la joven barrio con sus brazos todas las cosas que habían sobre el tocador creando varios sonido al caer al piso.

--¿Qué pasa hija?—preguntó conmocionada Fanny al entrar a la habitación de Lizzy y verla fuera de sí.
Lizzy la miró con sus ojos rojos aguantando la rabia y la impotencia que quería explotar a través del llanto.
Fanny camino hacia ella, mirando el papel que presionaba fuertemente haciendo que sus dedos se tornarán blancos.

--¿Qué tienes ahí?—inquirió Fanny preocupada, quizás alguien estaba extorsionando a su hija.
Lizzy apretó más fuertemente la mano, negándose a responder.

--Dámelo—ordenó seriamente, pero al ver que Lizzy se negaba, la tomó de la muñeca haciéndola entregárselo.

Al leer el contenido, su expresión se oscureció y sus ojos se volverán peligrosos al preguntar: --¿Es de tu prometido?--.

Lizzy se mordió el labio inferior negando con la cabeza.

Llevada por la ira, Fanny le proporcionó una fuerte bofetada a Lizzy haciendo que esta se tambaleara unos pasos.

--¿De quién es?—inquirió con los ojos llenos de ira y la mandíbula tensa, pero al ver que su hija se negaba responder, apretó fuertemente las manos al decir: --seguramente es de ese bastardo de Isaac, ¿Cómo pude tener una hija tan estúpida?. ¡Te dije que dejaras de verte con él!, no solo no me obedeciste, ¡ahora esperas un hijo bastardo!—espeto enojada levantando la mano para volverla a golpear, pero se detuvo.
Cerrando sus ojos respiró hondo para calmarse, ya que estaba esperando a un bastardo, debía buscar la manera de beneficiarse de ello.

La familia Wyner estaba pasando por muchas tribulaciones y el joven Miller no había dado indicios de llevar acabó la boda.

Con él bebe que estaba esperando su hija, podía hacer que se casaran, solo tenía un mes, así que a la hora del parto podían decir que se adelanto, si es que llegaba a nacer.

--Llama al joven Miller y dile que quieres verlo, te daré una droga para que se sienta somnoliento y lo lleves a una habitación—ordenó fríamente, solo necesitaba llevarlo a cama y hacerle creer que habían estado juntos.
Lizzy obedeció llamándolo, quedando en encontrarse para cenar.

….

Una alta figura llena de belleza se inclinaba casualmente al lado de la cama, su blanca mano parecida a la de un jade tomó el borde de la cobija cubriendo el pequeño cuerpo de su mujer, anoche habían tenido un intenso encuentro dejándola agotada.

El móvil de Rouss sonó con un notificación de Weibo de parte de Janet, haciendo que Rouss se removiera.
Sus oscuros ojos se abrieron mirando el atractivo rostro de su hombre a milímetros del de ella –Buenos días cariño—susurró Daniel dejando un beso en su mejilla.

Rouss se sonrojó cerrando los ojos, escuchando a su hombre decir: --duerme un poco más—y como si sus palabras fueran mágicas, se volvió a dormir.

Daniel le cómodo la cobija dejándola descansar y marchándose a su estudio, ese había su lugar de trabajo durante el último mes, ya que no quería dejar sola a su mujer.

Afortunadamente las bandas de sus manos ya habían sido retiras, aunque aún le quedaban algunas pequeñas cicatrices en sus hermosas y delicadas manos que no deberían tener ninguna imperfección.

La familia Wyner estaba haciendo acorralada, pronto no tendrían otra opción que buscar un nuevo socio, y ahí sería cuando acabaría con ellos.

Rouss volvió a despertar después de una hora, con ojos somnolientos y dando un bostezo tomó el móvil, viendo la notificación del mensaje de Janet, el cual abrió y leyó.
Su plan estaba funcionando como lo pensó al leer el mensaje que decía: “es un hecho, un mes”.

Una sonrisa fría se formó en sus labios, quisieron destruirla sin importarle nada, pues ella haría lo mismo, su preciosa niña pagaría sus mentiras y todo el daño que le había causado.

--Te traje el desayuno—musito Daniel al entrar a la habitación, sabía que su mujercita estaría despierta.

--Gracias, eres muy amable.

--Eres mi esposa—respondió tranquilamente.

--No por mucho tiempo—dijo Rouss en voz alta lo que estaba pensando.
Al final aún creía que Daniel la dejaría cuando encontrara a alguien mejor.

Los ojos de Daniel se volvieron fríos y oscuros --¿acaso estas pensando en el divorcio?—inquirió fríamente mientras se acercaba a Rouss con una aura peligrosa y una mirada afilada tomándola por el mentón mientras sus finos dedos se presionaban sobre su delicada piel causándole algo de dolor.

--Te lo advierto, nunca pienses en separarte de mi, porque ni en tus más remotos sueños sucederá. Estaremos juntos para siempre—terminó decir soltando su mentón dejando una marca rojiza en el.

Una frialdad recorrió el cuerpo de Rouss al mirar a Daniel tan enojado y frío, era la primera vez que se enojaba tanto con ella. –Juntos para siempre—musito mirándolo para ver sus ojos fríos brillar y una pequeña sonrisa se alzará en la comisura de su boca.

--Ve a lavarte para que comas—.
Rouss asintió, siendo levantada por Daniel dejándola en el baño.
Aunque su tobillo había mejorado y estaba casi curado, Daniel no la deja hacer mucho esfuerzo.

Después que Rouss saliera del baño, ya Daniel tenía la mesa preparará, acercándose a ella al verla salir, la tomó nuevamente en sus brazos dejándola cómodamente en la silla.

--En unos días tendré un almuerzo con Federit, ¿te gustaría acompañarme?—le preguntó sabiendo la respuesta.

Rouss lo miró sorprendida  ¿se reuniría con él Sr. Carter?, tanto que había deseado verlo y por todo lo que pasó no pudo hacerlo, ¿Cómo desaprovecharía esta oportunidad?.
Con ojos brillantes le confirmo, Daniel sonrió pellizcándole la nariz.

Los esposos pasaron el día en la cama y viendo películas, Rouss se había vuelto una perezosa y consentida cuando estaba al lado de Daniel.
Las horas transcurrieron llegando la hora de la cena.

Lizzy vestía un vestido blanco corte A magas tres cuartos con un pequeño cinturón en la cintura haciéndola ver tan delicada, pulcra e inocente, como toda la pequeña hada que era. Su delicado rostro tenía un maquillaje suave, haciendo resaltar su cara angelical.

--Hermano Bratt—llamó tímidamente –te he extraño—agregó con las mejillas escarlatas y timidez en su voz bajando a la mirada.

Bratt sonrió tomándola entre sus brazos –estas muy hermosa—la halago dejando un beso en su frente para después ayudarla a subir al coche, poniéndose en marcha para el restaurante donde había hecho una reservación.

Al llegar, la tomó suavemente de la mano ayudándola a salir y caminar al interior del restaurante, tomando lugar en unos de las cabinas privadas que había reservado.

El camarero llegó y tomó su orden, Lizzy sentía sus manos sudar y temblar ligeramente, todo debía salir bien.
--¿Cómo ha estado Lizzy?—inquirió Bratt mirándola cálidamente.

--He estado bien, gracias por preguntar hermano Bratt—respondió tímidamente.

--¿Cómo está tú abuela?—.

Lo ocurrido con la vieja señora Wyner se expandió rápidamente, así como en la situación lamentable en la que estaban, por más que intentaron retener la noticia, esta se había esparcido.

--Mi abuela esta mejor, ha sido un golpe duro para la familia—dijo con una voz llena de tristeza e impotencia.

--Todo estará bien—la consoló Bratt.

El camarero llegó con la comida dejándola en la mesa y marchándose.

Lizzy miraba la exquisita comida, debía buscar una oportunidad para agregarle la droga, así que creando una distracción, dejo caer “accidentalmente” su tenedor. Cuando Bratt se inclinó para levantarlo, Lizzy aprovechó para agregar la droga en su vino y comida con manos temblorosas.

Sin sospechar nada, Bratt empezó a comer de su comida mientras mantenía una conversación con Lizzy.

--Hermano mayor, ¿te encuentras bien?—inquirió Lizzy con falsa preocupación.

Los sentidos de Bratt se estaban nublando, todo su cuerpo empezó a sentirse cansado, llevando una mano a su frente se la frotó.

Seguramente se debía a que últimamente no estaba descansando bien, se la pasaba en la oficina y estaba descuidando su salud.

--Hermano mayor, vamos para que descanses, te ves muy cansado—susurró Lizzy pero Bratt no escuchaba muy bien.

--Lo siento Lizzy—dijo débilmente Bratt.
Lizzy lo ayudo a levantarse saliendo del restaurante y llevándolo al hotel a descansar.

INESPERADO AMOR DEL CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora