—Se puede inventar una verdad pero… si es inventada ya no sería verdad, sería una mentira.
Era viernes y ya se respiraba que el descanso del fin de semana estaba llegando.
Alice estaba en el baño dándose brillo mientras yo ya estaba lista pero no para ir a Woonder, nop.
—¿Estás loca?—Gritaba Alice desde adentro del baño.—¿Cómo no vas a ir a Woonder? ¿A dónde vas?—Pregunto.
—Ali, si iré a Woonder pero más tarde. ¿Sí?—Le informe.
—Pero… ¿¡A donde iras?!—Grito desde el baño nuevamente.
—Es que… tengo una cita a las 8.—Menti.
Bueno, si, si tenía una cita pero era una cita con la maldad, con la muerte, con la venganza, con Blacke Williams.
De manera abrupta y rápida la puerta se abrió, del baño salió Alice en ropa interior, con creyón corrido como si la noticia la hubiera hecho resbalarse y pintarse de rojo creyón toda la quijada, tenía un ojo con sombra y otro no. Dios, esta niña era un total desastre.
—¿¡Comooooo?! AHHHHHHH.—Grito para luego abrazarme como si nunca hubiese tenido un novio, aunque eso no aplicaba a Alice porque podía tener millones de novios durante toda mi vida que ella celebraría mi relación con cada uno.
—¿Es él? ¿¡ES AARÓN!?—Pregunto muy animada.
—NO.—Respondí tajante.
No podía decirle que era con Aarón pues tal vez lo vería en Woonder sabría que le había mentido.
—¿Por queeeee?—Emitió arrastrando la "e" de manera graciosa.
—Lo de Aarón no va a funcionar, el solo quiere que guarde su secreto y me utiliza para asegurarlo.—Confesé.
Ay.
Ay papá.
Ay mierda.
Ay Anne, bruta, idiota.
—¿Para qué guardes su secreto? ¿Qué secreto?—Pregunto sin entender.
—Nada, nada.
Mierda.
¿Cómo olvide que Alice no sabía ni de mi secreto ni del de Aarón?
—Lo importante es que es otro chico y ya me debo ir.—Le dije alejándome.
—Pero…
—No te preocupes si todo sale bien estaré en Woonder antes del almuerzo.—Le grite y salí del depa.
Tome mi auto y arranque.
Todo el rato estuve pendiente de que Alice no me estuviera siguiendo como una loca amiga tóxica e intensa. Alice no era nada tóxica pero era capaz de sospechar que estaba en peligro y seguirme.
Llegue al lugar donde me encontraría con Blacke a pesar de ser una calle céntrica y que daba a pensar que nos encontraríamos en una cafetería, parque o algo así, pues nop, estaba frente a una puta mansión.
En seguida pensé:
Jajajaja. ¿Piensas que entraré en tu territorio para que me devores cual presa?Pues sip, tenía que hacerlo.
Me acerque a la entrada y presione el botón ese que no tenía ni puta idea de cómo se llamaba, solo sabía que se usaba para comunicarse con quien estaba afuera mientras desde adentro te observaban por una cámara.
Pero estaba equivocada.
Nunca se oyó una empleada con un:
—¿Si? ¿Quién eres?
A lo cual debería responder:
—Vengo a hablar con Blacke.
No eso nunca paso sino que de repente las puertas se abrieron de par en par mostrando un mundo totalmente diferente al mío, no tan diferente al de Ashley pero si al de Anne.
Un gran jardín se extendía por la entrada, una fuente de agua con la imagen de un ángel, una mansión extraordinariamente gigantesca, parecía un castillo de cuentos de hadas.
Las puertas de la mansión también estaban abiertas invitándome a entrar.
Una vez entre la casa parecía un gran espiral.
Escaleras por todos lados y si mirabas hacia arriba, ahí si estaba la verdadera espiral que se formaba con cada piso, pisos, pisos, pisos y mas pisos.
De pronto en una de las largas escaleras que conducía a un piso más arriba estaba parado Blacke observándome.
Me hizo una seña de que le siguiera y así lo hice.
Lo seguí hasta una habitación sin decir palabra alguna.
Sabía que no debía hacer eso, entrar así como así a su habitación, algo había ahí de raro.
—Anne Deiss.—Pronuncio con esa voz tan suya.
Me dedique a mirarle y detallarlo por si me atacaba o intentaba asesinarme hacer un retrato hablado a la policía.
Si, lo sé, mi drama queen no tiene límites.
Estaba con una camiseta blanca que dejaba al aire sus brazos fuertes, blancos y libres de tatuajes a diferencia de Aarón.
Ayyyy.
Será que por todo tengo que mencionar a ese idiota.
Tenía un short negro.
Era increíble que aún estando tan comúnmente vestido pareciera una estrella de Hollywood.
El cabello se lo había echado hacia atrás y si, le quedaba súper bien.
—Bienvenida.—Pronuncio lentamente con esos labios rozados más tentadores que la manzana de Adán y Eva.
—Me alegra conocerte, Williams.—Le dije en un tono algo desinteresado, no quería que notara mi fascinación por su físico, quería que viera que no era como las idiotas de sus fans.
Dioss, ¿De qué hablo si yo soy una de esas idiotas fans?
Bueno si, era su fan pero no era idiota y no le mostraría admiración.
—Estoy ansioso por escucharte, Anne.—Dijo remarcando mi nombre verdadero como si necesitara recordarse a si mismo que no era Ashley.
—Bueno… Iré al grano. Se mucho de Ashley…—Comencé a hablar pero de pronto me interrumpió.
—Comienza desde el principio, el por qué la odias.
—Yo vivía en Canadá, trabajaba en un bar que Ashley frecuentaba, desde allí la llevo odiando. La muy idiota se burlaba de mí, me humillaba, disfrutaba viéndome rebajarme ante ella, un día se arrojó la bebida arriba y me acuso a mí, tuve que limpiarla desde los pies hasta la cabeza y aun así mi jefe me quito el pago de todo un mes.—Wow, que gran historia.
Hasta yo casi me creo mi propia mentira.
Me fije en Blacke y parecía estarme creyendo aunque me observaba detenidamente, su cara me recordó a esos memes de:
Buscando a NEMO.
Donde la palabra NEMO se sustituye por otra.
Pues Blacke parecía tener un cartel en la cara de:
Buscando a MENTIRA.
—Hasta que un día lo descubrí todo, supe todos los secretos de los Afflets…—Hice una pausa para que se desesperara un poco, que estuviera ansioso por escucharme.
Primer paso: Modo víctima: CUMPLIDO.
Segundo paso: Modo bitch: Vamos a cumplirlo ahora.
—Se dé un secretito que yo llamo: El secreto del trió dinámico.—Dije con toda intención de molestarlo.
El puso cara de quien sabe lo que viene e intenta cambiar de tema.
—Solo me interesa saber el secreto de Ashley.—Respondió.
—Todos los secretos se entrelazan, chico y todos se pueden utilizar, por ejemplo, ¿Quién diría que los amiguitos Ash y Blacke serian hermanitos?
El apretó la mandíbula intentando contenerse.
Perfecto.
Este ya está en mis manos.
—La madre de Ash, tu madre y el padre que resulta ser padre de ambos. Pero quita esa cara, hombre. ¡Viva el poli amor! O… cierto, a ti ese secreto te duele porque… querías estar con tu hermana pero ve la parte buena, son solo medios hermanos aun existe esperanza y tal vez…
—¡¡CALLATE!!—Grito sin poder contenerse.
Sabía que ese tema lo molestaría, ese era el plan.
Corazón distraído es mente confusa y mente confusa es lo que necesitaba para que se tragara mi mentira sin poner peros.
—Oye tranquilo, solo quería que vieras que se mucho de Ashley y saber de ella me lleva a saber de… ¡TI!—Dije con mi modo bitch sarcástica, sin sentimientos, malvada y cruel en su mayor nivel.
—¿Estás haciendo esto a propósito? ¡Lo estás haciendo!—Grito claramente fuera de sí.
Ya no se veía rastro de esa frialdad, de esa confianza de que era el rey del mundo y podía acabar con quien le viniera en gana.
Me acerque a él sin vergüenza alguna y tome su rostro entre mis manos, el se sorprendió por eso.
—Solo hago esto para que sepas que no te conviene tenerme como enemiga.—Le asegure.
—No sabes con quien te metes.—Dijo apartándose bruscamente.— ¿No pretendes contarme ese secreto?
—NO.—Respondí tajante y segura.
Pues sí, chicos y chicas, no logre idear una mentira para contarle como secreto de Ashley pues fuese lo que fuese lo que dijera, el lo investigaría y descubriría que era mentira.
Así que recurrí a esto, mostrarle que sabía su secretito o mejor dicho el de sus padres.
—No te daré el arma para destruir a Ashley, ese secreto solo yo lo puedo utilizar.—Le dije.
—No, no. Estas pensando como idiota. Si me lo cuentas seremos dos contra ella, te encubriré, te ayudare.—Respondió acercándose nuevamente a mí.
—¿Me crees idiota? Odias rotundamente a Ashley, si te cuento ese secreto lo revelaras, todos lo sabrán y mi fuente se secara, ya no podre chantajearla.—Le mentí, Wow que bien mentía.
El totalmente fuera de si me tomo por los hombros con ambas manos y me agito con desesperación.
—¡¡ME CONTARAS ESE SECRETO!! ¡¡HABLA!!—Grito molesto, desesperado y con su rostro rojizo de rabia.
Mi corazón latió rápido y comencé a sentir miedo de lo que el fuese capaz.
—¡HABLA ANNE! ¿Cuál es ese puto secreto?—Volvió a gritar.
—No te diré.—Le respondí y aunque trate de sonar fuerte tenía demasiado miedo.
A la mierda con el plan.
A la mierda con hacerse la bitch.
Él me lanzo sobre la cama tan fácil y rápido que parecí una plumita entre sus brazos.
—¡¡AYUDA!!—Comencé a gritar aunque mi subconsciente me dijo que sería inútil, era su casa.
—¡¡HABLA!! Me dirás ese secreto.—Dijo subiéndose sobre mí y sosteniendo mis brazos.
Trate de zafarme, lo golpee con los pies, le di en la cara pero era inútil.
Nuevamente todo había salido mal.
Pensé que esta sería mi salvación y terminaría siendo mi verdadera perdición.
El se acerco a mi rostro y rugió:
—¡HABLA ANNE!—No había pizca de delicadeza en sus manos que sostenían las mías, tampoco había finura ya en su tono, ni cordura en sus ojos.
Estaba obsesionado con Ashley, estaba loco.
Lágrimas de impotencia pasearon por mis mejillas al tiempo que apreté fuerte los ojos deseando despertar de esa pesadilla.
De pronto sentí que algo liquido, unas gotas cayeron sobre mi frente, al abrir los ojos Blacke estaba llorando.
—¡¡HABLA!!—Volvió a exigir.
—¡¡NO!!—Grite también llorando.
Ambos estábamos llorando, ninguno era malo pero ambos solo queríamos proteger nuestros secretos y en su caso además descubrir el de Ashley.
De pronto sentí que Blacke salió de manera rápida y abrupta de la cama y fue lanzado al suelo por una mano cubierta de tatuajes.
Un fuerte brazo fue lo único que vi al principio, un brazo que alejo a Blacke de mí y lo lanzo al suelo con poderío.
Abrí como platos mis ojos llorosos al ver quién era.
Su cabello estaba mojado como si hubiese estado corriendo, su camisa escolar abierta mostrando algunos tatuajes de su pecho que antes no había notado.
Sus ojos desprendían ferocidad, salvajismo, caos.
Su pecho subía y bajaba en fuertes respiraciones que lo hacían ver como un Superman caído del cielo para salvarme.
¿Ya saben quién es?
Aarón Hunder, obvio.
Buenas por aquí.
Les dije que ya extrañaba a Aarón y quien mejor que él para salvar a nuestra Anne.
Momentos románticos se vienen y también decepciones.
Pero… la pregunta del siglo:
¿Se queda Anne en Woonder?
¿Cómo, si no logro convencer a Blacke?
¿Ustedes que creen que pase?
Dejen sus teorías en comentarios y díganme que les va pareciendo esta historia.
Nos vemosss. Y recuerden:
Guarden bien sus secretos.
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Tu Secreto En Mis Manos ©
Teen FictionElla guarda un secreto. Ellos muchos. Ashley Afflets es una chica que oculta más de lo que a simple vista puede parecer. Aarón Hunder es un chico popular peligroso, guapo, astuto, amante del peligro y genio a la hora de descubrir secretos. Zach Mill...